Moviéndose de un lado a otro, como si fuera a caerse por su descoordinación física, nervioso, pálido y con las pupilas dilatadas, al parecer, por los efectos de una o varias sustancias estupefacientes. Así bajó de su coche el actor Ignacio Jordà González, más conocido por su nombre artístico Nacho Vidal, tras sufrir un accidente de tráfico en la autovía A-7 a su paso por el término municipal de Picassent.
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La Guardia Civil de Tráfico investiga ahora al actor de cine para adultos por un delito de conducción bajo la influencia de drogas y otro de negativa a someterse al control de alcoholemia. Los hechos sucedieron minutos antes de las cinco de la madrugada de este miércoles después de que Vidal perdiera el control de su vehículo, que se salió de la vía en Picassent.
Tras el accidente, el actor se negó a someterse a las pruebas de alcohol y drogas, por lo que fue trasladado al Hospital La Fe, donde detectaron cocaína, benzodiacepinas y marihuana en su orina, según informó el periódico Levante-EMV. Estos resultados son indiciarios a falta de un análisis de sangre que deben realizar en el Instituto de Medicina Legal de Valencia.
Vidal presentaba también un golpe en la cabeza que sufrió, al parecer, cuando bajó de su coche después del accidente. La lesión no es grave. Poco antes de que el vehículo se saliera de la autovía, un policía nacional que se encontraba fuera de servicio llamó al 112 para avisar de la extraña conducción de un hombre que iba al volante de un coche de alta gama. Era el actor porno, pero el testigo no lo sabía en ese momento.
Cuando la patrulla de la Guardia Civil de Tráfico llegó al lugar del accidente, Vidal presentaba síntomas de encontrarse bajo los efectos de drogas. Tenía las pupilas dilatadas y su descoordinación física le delataba, por lo que los agentes le dijeron que tenía que someterse a la prueba de alcoholemia y el test salival de detección de sustancias estupefacientes.
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El actor no colaboró. Negativas tras negativas y comentarios fuera de lugar. Los guardias civiles le informaron entonces de las consecuencias penales de sus respuestas evasivas, pero no parecía importarle el delito que estaba cometiendo.
Una vez trasladado al Hospital La Fe, los agentes solicitaron al personal médico que tomaran una muestra de sangre con fines terapéuticos para realizar al herido un análisis de detección de drogas, con la correspondiente autorización del juzgado, y llevarla luego al Instituto de Medicina Legal de Valencia.
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Como ya informó LAS PROVINCIAS, Nacho Vidal se encuentra a la espera de juicio por la muerte del fotógrafo José Luis Abad en un ritual de veneno de sapo bufo. La acusación particular que ejerce un hermano de la víctima pide cuatro años de prisión por el delito de homicidio imprudente y otros tres años de cárcel por un delito contra la salud pública.
Además, el actor ya fue investigado hace cuatro años por conducir bajo la influencia de drogas, presuntamente, en la ciudad de Valencia. El 3 de octubre de 2020, un policía nacional que se encontraba fuera de servicio llamó al 091 para avisar de la conducción temeraria de un hombre al volante de un Toyota. Circulaba en zigzag y estuvo a punto de chocar contra varios coches, por lo que el agente lo siguió e indicó el itinerario a sus compañeros.
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Tras ser interceptado en la avenida de Ausiàs March, los agentes identificaron al conductor, Nacho Vidal, quien se sometió al control de alcoholemia y al test salival de detección de sustancias estupefacientes, cuyos resultados fueron negativos. Sin embargo, la Policía lo detuvo por un delito contra la seguridad vial tras comprobar que tenía retirados todos los puntos del carné de conducir.
Aunque no dio positivo en ninguna droga, el actor apenas podía mantenerse en pie y se mostró agresivo en algunos momentos con los policías y sanitarios, llegando incluso a caer al suelo con uno de los agentes. Tras informarle de las consecuencias penales de su actitud, los policías trasladaron al detenido a La Fe para que le realizaran análisis de sangre.
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Vidal reconoció en el hospital que había consumido GHB (éxtasis líquido), una sustancia psicotrópica que no detectó el test salival que le realizó la Policía Local. El consumo de esta droga provoca insuficiencia hepática, problemas respiratorios, dolor de cabeza, ideas delirantes, alucinaciones y convulsiones que pueden llevar al coma y causar la muerte, según un informe del Plan Nacional sobre Drogas.
También produce síndrome de abstinencia (insomnio, temblores, sudoración, ansiedad...) si se suspende el consumo habitual. Algunos delincuentes sexuales utilizan la sustancia GHB para adormecer a sus víctimas y anular su voluntad.
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