Nueva agresión de pandilleros a jóvenes en el centro de Valencia durante la madrugada. En esta ocasión las víctimas son dos jóvenes hermanos que fueron abordados por una docena de personas, muchas de ellas menores en apariencia, que les propinaron puñetazos, patadas y golpes en la cabeza con una botella de cristal. La Policía Local de Valencia ha conseguido arrestar a tres de los sospechosos.
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Los hechos sucedieron sobre las tres de la madrugada de este domingo 8 de mayo. Las víctimas, de 21 y 19 años, se presentaron en el retén de la Policía Local de la calle San Miguel y describieron el violento asalto que acababan de padecer a menos de 300 metros de la sede policial.
Según han denunciado, el numeroso grupo de menores se les aproximó para pedirles un cigarro. Como las víctimas se negaron, todos comenzaron supuestamente a propinar puñetazos y patadas a las víctimas y a lanzarles amenazas de muerte. «Os voy a matar», llegó a escuchar uno de los agredidos por parte de uno de los participantes que portaba un cuchillo.
Tal y como lamentó el mayor de los hermanos, esa misma persona le golpeó con una botella de cerveza en la cabeza, lo que le causó una brecha por la que recibió puntos de sutura tras ser atendido en el Hospital General de Valencia. Cuando las víctimas estaban en el suelo entre golpes de la multitud sustrajeron al chico de 19 años el teléfono móvil que portaba en su pantalón.
De inmediato, la Policía Local organizó un dispositivo en busca de los autores. Con ayuda de las cámaras de seguridad instaladas en la zona detectaron a un amplio grupo de jóvenes que corría por la calle Corona.
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Finalmente, tres de los sospechosos fueron interceptados y reconocidos como autores por parte de las dos víctimas. Además, uno de los agentes que participó en el despliegue logró localizar el cuchillo en el suelo, con unas manchas de sangre. Los sospechosos, de entre 14 y 16 años, fueron entregados en dependencias de la Policía Nacional.
Uno de los detenidos portaba un teléfono móvil. Tras varias gestiones, los agentes comprobaron que se lo habían robado a una joven justo un día antes, este sábado 7 de mayo. Según la propietaria, una joven de 16 años, aseguró que su celular desapareció después de que se le acercara un joven cuando estaba sentada en el sofá de un local de la calle Corona. El aparato recuperado está valorado en 800 euros.
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Los robos nocturnos a jóvenes con violencia durante sus salidas nocturnas por Valencia supone un problema de seguridad ciudadana que, a pesar de los arrestos, continúa.
La Policía Nacional está tratando por todos los medios de poner freno a la oleada de robos con agresiones en el centro de Valencia y que tiene un claro denominador común: pandillas de jóvenes que rodean a sus víctimas en calles céntricas o próximas al cauce del Turia y no dudan en agredirles. Nueve de ellos acabaron detenidos en enero, después de sendos robos con violencia.
Los agentes arrestaron a seis sospechosos de entre 18 y 35 años que acorralaron a un grupo de jóvenes en un parque para robarles. Fue en la calle Hospital y una de las víctimas acabó herida. Uno de los atracadores intentó arrebatarle la chaqueta. Al no conseguirlo le propinó una patada y un bofetón. También le quitó la mascarilla y le escupió en la cara.
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El grupo se dispersó, pero las patrullas de la Policía Nacional interceptaron a seis de ellos. En el cacheo les intervinieron una caja de pendientes y 235 euros. Cuatro de los detenidos estaban en situación irregular en España.
Los otros tres presuntos atracadores, tres jóvenes de 21 y 22 años, fueron detenidos el sábado, tras otro robo en la calle Lope de Vega de Valencia. En esta ocasión abordaron a su víctima sobre las cuatro y media de la tarde, según fuentes policiales.
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Fue un camarero quien alertó a una patrulla tras auxiliar a la víctima, un hombre de 50 años que sangraba por una ceja tras ser golpeada. Los delincuentes le habían pedido dinero, la víctima les dio unas monedas e, insatisfechos, le agredieron para arrebatarle una cartera con 200 euros en metálico.
Los agentes localizaron por la zona a los tres sospechosos. De nuevo dos de ellos tenían antecedentes delictivos y estaban en situación irregular en España. Además, sobre uno de ellos pesaba una prohibición de entrada en España. Se les acusa de robo con violencia e intimidación.
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