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El juez que investiga el trágico incendio de Campanar ha remitido un oficio al Ayuntamiento de Valencia para que le envíe el informe sobre la actuación de los bomberos en el siniestro para identificar, citar y tomar declaración al responsable del operativo.
Como ya informó LAS PROVINCIAS, la extinción del fuego se retrasó unos minutos al fallar la primera autoescalera que llegó al edificio. Tras la rápida propagación de las llamas por las fachadas ventiladas de las dos torres, diez personas fallecieron y otras 15 resultaron heridas, entre ellas siete bomberos.
El Departamento de Bomberos, Prevención, Intervención de Emergencias y Protección Civil realizó un informe sobre las labores de extinción del incendio, cuyas conclusiones quieren conocer el juez, el fiscal, los afectados que perdieron sus viviendas y los abogados que representan a las familias de las víctimas.
Durante su declaración en el Juzgado de Instrucción número 9 de Valencia, el jefe del Departamento de Bomberos de Valencia, Enrique Chisbert, defendió el protocolo de intervención en el incendio, pero reconoció que la primera autoescalera que llevaron los bomberos no funcionaba. Este incidente retrasó la extinción del fuego, el fatídico 22 de febrero de 2023, al no poder atacar las llamas en la fachada durante los primeros minutos del siniestro.
El foco del incendio estaba en un balcón de la octava planta, por lo que los bomberos pidieron con urgencia un segundo vehículo con escalera, que pudieron desplegar poco después, pero las llamas ya se habían propagado por la fachada debido al material inflamable de la misma. Fueron momentos de gran tensión y nerviosismo en los que intervino la primera dotación de bomberos del parque de Campanar, aunque de inmediato llegaron refuerzos con más autoescaleras.
El jefe del Departamento de Bomberos de Valencia dio explicaciones también sobre el protocolo de confinamiento de las diez personas que fallecieron y el intento de rescate que a punto estuvo de cobrarse la vida de un bombero. Chisbert contestó las preguntas de los abogados y el fiscal durante más de dos horas. El interrogatorio tuvo lugar el pasado 22 de octubre en la sala Tirant lo Blanch de la Ciudad de la Justicia de Valencia.
Tras tomar declaración al máximo responsable del Departamento de Bomberos del Ayuntamiento de Valencia, el juez quiere interrogar ahora «al responsable que dirigió el operativo 'in situ' el día de los hechos previa identificación del mismo».
Además, el magistrado ha requerido a la mercantil Alucoil Europe que aporte, con la mayor brevedad, «la ficha técnica del modelo de panel composite que suministró para la construcción de la fachada del edificio» destruido por el incendio en la calle Rafael Alberti, así como los certificados que acrediten «el tipo de resistencia al fuego que realizaron la propia empresa o un laboratorio independiente».
Como responsables del paramento exterior del edificio, la providencia dictada por el juez identifica a la mercantil Ploder-Uicesa y a la contratista Fachadas Técnicas de Aluminio S. L. con domicilio social en una localidad valenciana. La primera empresa quebró tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y dejó una deuda de más de 300 millones de euros.
También ha solicitado a la Compañía Aseguradora Mapfre España que remita al juzgado, en un plazo de tres días, «las condiciones generales y particulares completas de la póliza» de los dos edificios destruidos por el fuego.
El juez tomará declaración en los próximos días como testigos a Julián García, el conserje del edificio y primera persona que localizó el fuego; la propietaria y el inquilino de la vivienda número 86 (donde se inició el incendio); y también a la administradora del complejo siniestrado y dueña de una de las casas.
El incendio tuvo lugar el 22 de febrero en un complejo de dos edificios en la confluencia de las calles Poeta Rafael Alberti y las avenidas Maestro Rodrigo y General Avilés, en el distrito de Campanar en Valencia. El fuego se inició sobre las 17:30 horas en la cocina de la vivienda número 86 y se extendió en poco tiempo al comedor y la fachada tras reventar los cristales de las ventanas del balcón.
El fuego destruyó en pocas horas dos bloques de 10 y 14 plantas con 138 viviendas en las que vivían 450 personas. Las rachas de viento alcanzaron los 60 kilómetros por hora entre las cinco de la tarde y las nueve de la noche del 22 de febrero. Las condiciones climatológicas, el material inflamable de la fachada y el incidente de la autoescalera que no funcionaba se aliaron en la tragedia.
Una posible fuga del gas refrigerante de una nevera causó el incendio, según un informe de la Policía Científica. Tras la minuciosa inspección que realizaron en los restos del frigorífico, los investigadores policiales determinaron que el fuego pudo iniciado en la parte trasera del electrodoméstico, al parecer, por una chispa o incluso la electricidad estática del aparato.
El devastador incendio de la torre Grenfell de Londres, que causó 79 muertos el 4 de junio de 2017, también comenzó en un frigorífico. La investigación policial determinó que una nevera defectuosa fue el origen de las primeras llamas, y en aquel terrible siniestro el fuego también se extendió a las plantas superiores.
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