Después de casi un año de sufrimiento, José Manuel Muñoz está a punto de poder volver a sostener entre sus brazos a su hija Saray, la pequeña que fue sustraída ilegalmente por su madre en Tavernes Blanques y se la llevó a vivir a Nimes, en Francia. Separándola de su padre y de su hermano y sólo dejándola hablar con ellos en llamadas de pocos minutos.
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La justicia española ya le dio la razón a José Manuel. El Juzgado de Primera Instancia número 2 de Moncada determinó el 15 de mayo de 2023 que Saray debía regresar a España con su padre de manera inmediata y le quitaba a la madre de la menor su custodia y también la patria potestad. Pero el camino ha sido largo.
La batalla por la custodia de la pequeña de cinco años continuó en los juzgados franceses. Josephine, la madre de Saray, alegó que su hija corría peligro si estaba con su padre. Falso. La resolución del juzgado de Nimes ha contemplado que no se «ha demostrado que las habilidades paternales de José Manuel Muñoz no sean adecuadas».
La justicia francesa también ha contemplado que Josephine sustrajo a Saray de manera ilegal y ha ordenado el retorno de la niña a España de manera inmediata. En la sentencia condena a la madre a pagar a José Manuel 2.000 euros en aplicación del artículo 26 del convenio de La Haya que establece que la persona que trasladó al menor ilegalmente debe pagar «los gastos necesarios en que haya incurrido el demandante incluidos los gastos de viajes, todos los costes o pagos para localizar al menor y las costas de representación judicial».
Desde que tuvieron la vista en Francia a finales del mes de enero, José Manuel no ha podido conciliar el sueño. Su expareja lo bloqueó de todas las plataformas y no le dejó volver a hablar ni de manera telefónica con la niña. «Cuando mi abogada me ha notificado la resolución he roto a llorar. Ella también. Ha sido muy duro», dice José Manuel.
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El hombre está esperando que se comunique la sentencia a las autoridades para acudir a Francia a por su hija. «Esta espera ha sido un desgaste psicológico. Estoy muy ansioso por volver a tenerla conmigo», comenta aliviado. Tiene muchas ganas de que la pequeña se reúna con su hermano, del que lo separaron cuando este tenía tan sólo dos meses y medio.
Josephine y su familia se llevaron a la menor por la fuerza mientras José Manuel y su padre la llevaban al colegio el 28 de abril del año pasado. Les propinaron una paliza. Por eso, el hombre va con cautela. «Acudiré con la Policía a recoger a mi hija. No creo que me la den por las buenas», confiesa José Manuel. Cuenta los minutos que quedan para reencontrarse con su niña.
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