María M.G. durante el juicio. D. Torres

La madre de los niños de Godella: «Gabriel lo tenía todo planeado. Mató a mis hijos y quería matarme a mí»

La acusada del crimen de Godella alude a la influencia de su pareja: «Creía que él era Dios y me volvió loca con la idea de una secta peligrosa»

Martes, 1 de junio 2021

Publicidad

Era la mujer más próxima a Amiel e Ixchel. Su madre. La que los cuidaba «con amor y apego», según testigos. Y ayer declaró ante ... el jurado como acusada de matarlos, junto con su pareja Gabriel, en un brote de esquizofrenia. María G. M. negó su participación. Dijo que sólo enterró a los pequeños cuando los encontró muertos y que hoy, con la reflexión y el tiempo, tiene un convencimiento: «Gabriel lo tenía todo controlado, mató a los niños y quería matarme a mí». En la época del crimen «él para mí era Dios y me volvió loca con la idea de una secta que nos perseguía».

María fue preguntada con insistencia sobre las creencias religiosas mayas y místicas que, según el fiscal, derivaron en el ritual de sacrificio de los menores en 2019. «Aprendimos la sanación de traumas y otras ceremonias. En la cultura maya la vida son muchos ciclos y luego llegaba la reencarnación. Los dos creímos en ello pero él me metió otras ideas en la cabeza después», dijo.

Según su versión, «no hicimos rituales con baños, sólo de regresión con algunos amigos». En cuanto a la idea de la secta amenazante, «nació porque leíamos sobre conspiraciones gubernamentales y de extraterrestres pero luego él lo reforzó».

Publicidad

A su entender, sufrió malos tratos y él se aprovechó de ese convencimiento instalado en María. «Me encontré varios días con moraduras. Gabriel me dijo que por la noche la secta nos atacaba, extraía material genético y nos visitaba secretamente». Después «empezamos a poner muebles en la puerta para protegernos y aparecían desplazados. Mucho después supe que lo hacía él, también las moraduras, en nuestras discusiones. Gabriel tapaba su violencia con las creencias».

También se refirió a episodios de maltrato a los menores. «Lanzaba al niño contra el sofá o la cama cuando se ponía a llorar y discutíamos mucho por eso. Creo que los maltrataba a escondidas». En otra ocasión, «me dio bofetadas y me empujó contra una pared con un cuchillo, amenazando con clavármelo. Me hablaba mal, con insultos, y decía que yo tenía el demonio dentro...».

Publicidad

Según María, Gabriel le infundió la idea de que Amiel sufría abusos sexuales e interrogaba al menor al respecto. «El niño decía a todo que sí, pero más bien por miedo a su padre». Según su relato, Gabriel llegó a asegurarle «que había muchas agresiones sexuales en el colegio y en el pueblo y que, sabiendo la verdad que sabíamos, corríamos peligro de muerte». Todo se centraba en la inexistente secta peligrosa. «Me estaba volviendo loca con todo aquello y pensaba que mis hijos también estaban en riesgo».

Según María, Gabriel «se creía Jesucristo reencarnado y decía que yo era María Magdalena y por eso nos atacaban por las noches. Yo era muy ingenua, creía sus conspiraciones y llegué a creer que era Dios». Como asumió que la secta se podía llevar a los niños, «comenzamos a vigilar por las noches».

Publicidad

Y en este perturbador contexto de convivencia, mente intoxicada y consumo esporádico de marihuana llegó la noche del crimen. En los días previos al horror, Gabriel «estaba colérico, con mucha ira, rompía cosas, decía que mi madre también abusaba de los niños y me convenció de irnos, de huir, porque todos eran la secta».

Según su versión, ella se fue a dormir con los niños y Gabriel se quedó despierto. Y así finalizó su relato: «Me levanté con un sobresalto porque Gabriel posó la mano sobre mi hombro. Tenía a la perra en mis pies, me tropecé con ella y caí. Estaba oscuro. Salí de la habitación y fuera encontré a los niños. Entré en shock y pensé que había sido la secta. Los cogí y los enterré. Le mentí para que no los encontrara porque hasta pensaba que él era de la secta. Después, me dio una paliza e intentó ahogarme, pero escapé».

Publicidad

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias al mejor precio: 3 meses por 1€

Publicidad