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Maje, con Antonio.
Quién es Maje, la viuda negra de Patraix

Quién es Maje, la viuda negra de Patraix

La mujer condenada por inducir al asesinato de su marido estudió en un colegio de monjas y mantuvo relaciones con al menos cuatro amantes en las fechas próximas al crimen

N. Ortega, Arturo Checa y Javier Martínez

VALENCIA | Valencia

Miércoles, 14 de octubre 2020

Maje, la viuda negra de Patraix. La mujer de Antonio. «Inteligente, manipuladora, amable, coqueta...» La han calificado de muchas formas y tras el juicio más mediático de los últimos años un jurado popular y un juez han sentenciado que también es una asesina. No como autora material, pero sí como inductora de la muerte de su marido, Antonio. El jurado la declaró culpable y el juez le ha impuesto una pena de 22 años de cárcel.

Maje es en realidad María Jesús Moreno, una joven nacida en 1990 en Novelda (Alicante). Hija de Antonio y María Dolores, creció en el seno de una familia perteneciente a una congregación religiosa, junto con cuatro hermanos. Eran tres chicos y dos chicas, y Maje era la segunda más pequeña. Su familia tenía (y tiene) un negocio familiar, una fontanería que primero fue tienda y después se convirtió en sociedad limitada con almacén y suministro de productos de calefacción y aire acondicionado.

De niña era una alumna muy aplicada, le encantaba la Plástica y ganó algún concurso escolar de dibujo. Le entusiasmaba cuando había que arreglarse y disfrazarse para el festival escolar, según recuerda una de las profesoras más veteranas del colegio Santa María Magdalena de las Carmelitas, el colegio de monjas donde estudió Maje.

«Una chiquita muy coqueta». Cuando llegó el Bachiller les dijo a las monjas: 'hermanas, mejor si me llaman Maje, que me gusta más que María Jesús'. «Virgen santa, quién lo iba a pensar entonces...», se les escapa ahora, cuando ven que está en a cárcel y leen todo lo que se ha publicado sobre ella. Era «muy amable, muy sonriente y muy coqueta», apunta una vecina de las afueras de Novelda.

Cómo conoció a Antonio

El destino unió a Antonio y María Jesús a través de un hermano de Maje. Víctor, el segundo de la casa, estudió Arquitectura en la Universidad de Alicante. Allí cursó también su ingeniería Antonio. De frecuentar la casa familiar, Antonio acabó echándole el ojo a Maje, y sus caminos se unieron en 2011 a pesar de los nueve años de diferencia de edad: él, 30; 21, ella. María Jesús fue su primera novia. Y la única.

Ella encontró en él a «un chaval maduro que podía tirar su vida hacia delante, alguien que estudió en Alicante y no volvió a vivir seguido en Novelda, trabajando en Huesca, Zaragoza, Requena... Eso le atrajo de él. ¿Enamorada ella? Puf... no sabría decirte, él mucho», describe un familiar del fallecido.

Pero cuando ella salió de Novelda, no tuvo ganas de volver. Allí se sentía prisionera. A Maje nunca le ha gustado el pueblo, se sentía prisionera. Y una vez ya casados, la mayoría de visitas a Novelda las hizo Antonio en solitario. Ella se quedaba en Valencia. Tres fines de semana al mes trabajaba en su turno de noche de enfermera en el Hospital Casa de la Salud.

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Cómo conoció a Salva

Allí conoció a Salvador R., de 47 años. Salva, el autor material del asesinato, el amante de Maje. O, como se supo durante la investigación, uno de ellos. Un celador que llevaba «toda la vida en el centro», como su esposa, Inma, jefa de la cuarta planta del centro médico y «hundida desde que ocurrió. Lleva de baja todo este tiempo», apunta una sanitaria de la Salud. Luego siguieron juntos en el hospital de Manises, donde él fue detenido.

Tanto Maje, enfermera, como Salva, auxiliar de enfermero o celador, trabajaban en el mismo hospital de Valencia y así lo describía ella en una carta intervenida por la Policía que le remitió a él: «Lo ví... Allí estaba... Sonriente, con los ojos brillantes desde el control de enfermería de la tercera planta (...) Me gustaba, me atraía, ¡¡¡lo deseaba!!! (...) Su olor, su presencia, su mechita cayendo, su gorrito...»

Y agregaba: «Me pongo presumida cuando viene, coqueta. Me anima que venga a planta y verlo... y pasar por su lado... »está el gotero de Ringer vacío« me dice y yo pienso... uff pues llénamelo tú pero no te vayas ya!«. En la misma carta también describía su relación: »Es la historia de amor más auténtica y apasionante que he vivido y la gente pueda escuchar«. »Esta carta es una declaración de amor hacia ti, te quiero por encima de cualquier obstáculo, de cualquier inconveniente, te quiero porque me llenas de vida y me haces sentir la mujer más importante del mundo. Tu Maje, tu bruja, tu fea... Pero al fin y al cabo... tuya!«, le afirmaba.

Salva estaba rendido al encanto que desprendía Maje y se mostraba dispuesto a hacer cualquier cosa. Cualquiera.

En los días que pasaron entre la muerte de Antonio y la detención, Maje y Salva mantuvieron conversaciones. Algunas fueron grabadas por la Policía, que tendió una trampa a Maje. El hermano de Antonio habló con ella por un tema de la herencia y le comentó que la Policía ya tenía pistas sobre el asesino. El cebo estaba preparado... y funcionó. Maje habló casi de inmediato con Salva, que se autoinculpó.

Las intervenciones de tres teléfonos permitieron a la policía descubrir la doble vida que llevaba Maje y las relaciones que mantuvo con sus amantes. La viuda recibía llamadas de familiares y contestaba de forma compungida y desconsolada, para acto seguido mostrar su alegría en otra conversación con una amiga tras confesarle que la muerte de su esposo había sido «una liberación» para ella.

Una vez en prisión, Maje escribió hasta 5 cartas a Salva que le hizo llegar a través de otros presos. Hasta que Salva, convencido por su hija, la delató. El pacto y el 'amor' de Salva y Maje duró justo 10 meses. El 10 de noviembre de 2018, un sábado, en solitario y por petición expresa del celador, acudió a declarar a la Ciudad de la Justicia. Salva declaró que Maje le propuso cometer el crimen y luego entre los dos planificaron el acuchillamiento en el garaje del barrio de Patraix en Valencia.

Los amantes de Maje

La Policía tiene constancia, en las fechas anteriores y posteriores a la muerte de Antonio, de que Maje mantuvo relaciones con al menos cuatro hombres. Tomás, Salva, José y Sergio son los cuatro amantes que se disputaron su cama. Solo los dos primeros sabían que estaba casada. A todos sus amantes les hizo creer que su esposo, Antonio Navarro, le infligía malos tratos psicológicos y a dos de ellos los tanteó para saber si estaban dispuestos a matar por amor y odio.

Un celador, un publicista, un guardia urbano, un fisioterapeuta... «Yo ahora voy a ser feliz y voy a hacer la vida que quiero, no sé aún con quién, me da igual. Yo me lo estoy pasando muy bien», afirmaba la viuda después del crimen.

Tomás, fisioterapeuta, manifestó que había mantenido una relación estable de pareja con Maje desde mayo de 2016 hasta marzo de 2017, cuando ella le dijo que no iba a separarse de Antonio. A partir de esa fecha quedaban en casa de Tomás y mantuvieron relaciones sexuales de forma esporádica hasta octubre de 2017 (dos meses después del asesinato) sin que lo supieran sus otros dos amantes: el publicista y el asesino confeso Salva.

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La policía también tomó en su día declaración a un guardia urbano, el cuarto amante de Maje, que define a la viuda como «una depredadora sexual» tras practicar sexo con ella tres veces una misma noche en el rellano, escaleras y el baño de la habitación de un hotel. La joven mantuvo esta fogosa relación 23 días después del asesinato tras conocer al policía en una discoteca de Alicante y hacerle creer que era ginecóloga.

Perfil psicológico

Según las investigaciones policiales y las escuchas telefónicas autorizadas por el juez que instruye el caso, Maje mentía y manipulaba con gran habilidad a su esposo, amantes, amigas y compañeros de trabajo. Los investigadores confirmaron que Maje utilizaba el sexo «como arma para manipular», afirma textualmente la diligencia policial, y averiguaron algunos aspectos de sus relaciones que son relevantes para probar el presunto móvil pasional, además del económico, del asesinato de Antonio Navarro.

La conclusión de la investigación del Grupo de Homicidios «no es un alegato o critica moral» ni expone la vida sexual de Maje gratuitamente, sino que la policía trata de demostrar la frialdad y la poca empatía que la viuda mostraba con sus amantes, que se sienten engañados y se consideran víctimas sentimentales, excepto Salva R., el compañero de trabajo al que convenció, presuntamente, para que cometiera el asesinato en el garaje de Patraix.

Investigación, escuchas, interrogatorios...

«Es una persona acostumbrada a mentir con suma facilidad y a manipular a los demás». La frase textual está extraída de las diligencias policiales y describe la personalidad que los agentes del grupo de Homicidios trazan de Maje tras meses de investigación, escuchas telefónicas e interrogatorios a la joven.

No es el único dictamen sobre la psicología de la mujer acusada del asesinato de su esposo. Forenses que la han examinado tras su ingreso ya en prisión diseccionan una personalidad extremadamente organizada y con una elevada inteligencia. María Jesús desprende «seguridad y gran capacidad de organización», como evidencia su habilidad para tener tres relaciones al mismo tiempo (su marido, el celador Salva y Jose, un publicista al que conoció en una discoteca de Valencia) sin que ningún afectado rompiese la baraja.

Las mentiras

Varios días antes del asesinato, la joven envió un mensaje de WhatsApp a su marido para decirle que trabajaba la noche del 15 de agosto en el hospital, pero no era cierto porque durmió con uno de sus amantes: un publicista que no sabía en aquel entonces que Maje estaba casada. La noche anterior al crimen, la joven envió otro mensaje para decirle a su esposo que le había preparado la cena: «Puxi. Ya en el hospital. Goza esa empanada hecha con amor». Maje mintió otra vez porque ya se encontraba en el piso de su amante en el paseo de la Alameda en Valencia, donde llevó la otra mitad de la empanada que había cocinado en su domicilio de la calle Calamocha.

También le comentó a su amiga que el asesinato de Antonio estaba relacionado con el caso del descuartizador de Ruzafa, un doble crimen perpetrado en Valencia dos semanas después del apuñalamiento mortal del ingeniero. Una mentira más de la viuda.

La siguiente gran mentira fue el 19 de agosto de 2017, tres días después del crimen. Una gran multitud asiste al funeral en la iglesia de San Pedro Apóstol de Novelda. Las muestras de dolor se mezclan con sentimientos de rabia. El asesinato a cuchilladas de Antonio ha causado una gran conmoción en la población alicantina que vio crecer a la víctima y su viuda. Con lágrimas corriendo en sus mejillas y rota de dolor, aparentemente, María Jesús M., de 27 años, sube al altar mayor y lee una carta de amor y agradecimiento a su difunto marido.

Los seguros millonarios y el móvil económico

Antonio, el ingeniero asesinado, era titular de varios seguros de vida y accidentes cuyos cobros ya había comenzado a gestionar Maje con la ayuda de uno de sus amantes, Salva R. L., el autor confeso del crimen de Patraix. Las cantidades de dinero correspondientes a estas pólizas que iba a percibir Maje, junto con la herencia y la pensión de viudedad, son tres indicios que sustentan la hipótesis policial del móvil económico en el asesinato.

Según el registro de la Gerencia Territorial de Justicia, el ingeniero Antonio Navarro era titular de tres seguros suscritos con Mapfre, Santa Lucía y Bankinter, aunque el último lo canceló cuatro meses después de casarse con Maje.

Según se desprende de las escuchas telefónicas y de la investigación del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, la viuda mostró su satisfacción por su situación económica tras el crimen, porque la pensión de viudedad de 1.100 euros al mes había incrementado sus ingresos.

Maje mantenía también una tensa lucha con la familia de su marido por la herencia. Maje les reclamaba el pago de 30.000 euros, una cantidad que ella aseguraba haber aportado para la compra de un piso en la calle Calamocha, donde vivía el matrimonio en el barrio valenciano de Patraix, y la posterior reforma que hicieron en la vivienda.

Las amigas de Maje y la fiesta

Sus amigas de toda la vida también eran de Novelda. Una de ellas es Rocío, considerada su mejor amiga. Con ella iba de campamentos religiosos en verano y con ella viajó a Barcelona para reforzar sus estudios de Enfermería. Ella es su confesora, con la que hablará luego de sus noches locas con el guardia urbano al que conoció en Cataluña o con el publicista de Valencia con el que estaba cuando Antonio fue asesinado. «Estamos muy locas. Nos gusta la movida con tíos buenos. Yo la movida con Antonio que en paz descanse no la quería (risas). Si yo luego me lo tenía que tirar después de la reconciliación no me apetecía, ¿vale?. Y con éste (en referencia al policía) me va a follar como me folló en el baño», le contaba a su amiga.

Desde el día de la muerte de Antonio, todo parece haber cambiado. Sus amigas íntimas parecen renegar de ella y ni siquiera Rocío quiere hablar. «Nosotras no sabíamos absolutamente nada de la segunda vida que llevaba Maje», explica una de ellas.

En las redes sociales lucen algunas fotos de sus noches de fiesta. En una de ellas aparece con cuatro amigas en una discoteca de Alicante, sonriente y deslumbrante... apenas un mes después del asesinato de Antonio.

Maje quería vivir la vida con «mucha fiesta», mentía a su marido para mantener relaciones sexuales con otros dos hombres y hasta presumía de que su esposo le perdonaba las infidelidades. Además, ella saldría muy perjudicada económicamente si se divorciaba, según la transcripción de las grabaciones telefónicas.

Galería. Los acusados (con Maje a la izquierda, en la fila de atrás) y los abogados, fiscal, acusación....

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Galería. Los acusados (con Maje a la izquierda, en la fila de atrás) y los abogados, fiscal, acusación....

Su vida en la cárcel

Desde que entró el 12 de enero de 2018 en la cárcel, Maje ganó protagonismo en Picassent. Quienes la veían a diario decían que «iba al gimnasio, que se estaba poniendo fuerte y que coqueteaba con otros presos». Al poco tiempo empezó a trabajar realizando el mantenimiento y limpieza de los diferentes módulos.

Supuestamente, entabló alguna relación dentro de la prisión de Picassent con otro recluso y fue la gota que derramó el vaso del despecho de Salvador, lo que junto a la presión de su hija le llevó a delatarla un 10 de octubre ante el juez.

Según ha podido saber LAS PROVINCIAS de fuentes próximas al entorno penitenciario, Maje tiene una pareja estable entre rejas y éste recluso sería el padre del bebé del que está embarazada desde el último trimestre de 2022. La conocida como viuda negra de Patraix tuvo un problema de espalda y no puede levantar peso ni hacer esfuerzos físicos. De eso hace ya un mes.

Relaciones de pareja entre rejas

Según describen funcionarios de prisiones consultados por este diario, no es extraño que se formen parejas entre reclusos. Si bien la vida individual se realiza en módulos separados por sexos, hay un sinfín de actividades en la cárcel de Picassent en la que se relacionan hombres y mujeres: polideportivo, piscina, recitales u otras actividades culturales destinadas a la reinserción. Fue en uno de estos entornos en los que, al parecer, se conocieron Maje y David gracias a la convivencia entre presos.

En cuanto a las relaciones sexuales dentro de un centro penitenciario, también es viable que dos reclusos que conforman una relación, bien sea gestada antes de entrar en prisión o después, puedan mantener encuentros en los vis a vis penitenciarios en las condiciones marcadas por el establecimiento en cada caso.

Lo que parece claro es que si llegado el momento Maje decide cuidar a su recién nacido cuando nazca deberá ser trasladada a la cárcel alicantina de Foncalent.

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