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La Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a 13 años de cárcel al maltratador que dejó en estado de coma a su exnovia tras una brutal agresión en 2015 en Manises. Luis M. T. se enfrentaba a una pena de 15 años de prisión por los delitos de asesinato en grado de tentativa y acoso, pero el tribunal le ha rebajado la condena porque «el desenlace de muerte no llegó a producirse por la alerta que dio la vecina, alarmada tras escuchar los gritos de la víctima, y la pronta intervención de la Policía Local de Manises y el SAMU».
El 1 de septiembre de 2015, Marta Montero Montolio ingresó en estado de coma en La Fe tras ser golpeada en la cabeza por su exnovio en el domicilio de ella. Según la sentencia, Luis M. cogió del cuello a su expareja después de una discusión, la lanzó contra la pared y le golpeó en la cabeza, pero no ha quedado probado que el acusado intentara estrangularla con un cable. Tras dos meses de cuidados intensivos en el hospital, la joven comenzó a despertar del estado patológico, aunque sin apenas sensibilidad ni capacidad motora. Sus padres y su hermano se turnaron para que nunca estuviera sola en los 384 días que permaneció hospitalizada.
Los violentos hechos son constitutivos de un delito de asesinato en grado de tentativa, según la sentencia de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Valencia, que aprecia una circunstancia agravante en la conducta de Luis M. Tras golpear a Marta, el agresor abandonó a la víctima a su suerte, con heridas muy graves en la cabeza, y tiró a un contenedor las ropas ensangrentadas de la joven.
Las secuelas cerebrales que sufre como consecuencia de la agresión dieron lugar al reconocimiento de una incapacidad absoluta para todo tipo de trabajo, así como una dependencia de una segunda persona para supervisar las actividades esenciales de la vida diaria. Marta no recuerda nada de su vida anterior al intento de asesinato. Sufre una lesión en la región occipital derecha por la fractura de cráneo que le causó su exnovio al golpearla tras una discusión. La víctima aún sigue recibiendo tratamiento en el Servicio de Daño Cerebral del Hospital Valencia al Mar.
La sentencia impone al procesado 12 años de cárcel por la tentativa de asesinato y otro año de prisión por acosar a la víctima. La acusación particular ejercida por el abogado Francisco Canet solicitó 15 años de cárcel para el acusado al considerar que el tribunal podría aplicar en este caso las agravantes de parentesco y ensañamiento.
La Audiencia de Valencia condena a Luis M. a pagar 990.000 euros a Marta en concepto de indemnización civil por las secuelas neurológicas y la incapacidad permanente absoluta que sufre la víctima, los 384 días de hospitalización, la alteración de su vida derivada de los cuidados continuados que precisa y la adecuación de su vivienda a unas circunstancias personales. El tribunal también condena al procesado a indemnizar con 58.000 euros a los padres de Marta por los daños morales que aún sufren. Sin embargo, la sentencia declara la insolvencia parcial de Luis M., que tiene un piso con una hipoteca, 17.000 euros en una cuenta bancaria y es copropietario con su exmujer de otra casa.
El acusado ya tenía antecedentes penales por maltratar a una pareja anterior. En el juicio, el procesado reconoció haber causado las lesiones a su exnovia, aunque declaró que la golpeó contra la pared tras una discusión y después de que ella le propinara dos bofetadas y un mordisco, una versión que carece de respaldo probatorio tras ser desmentida por el forense. El abogado defensor de Luis M. recurrirá la sentencia en los próximos días tras considerar que los hechos son contitutivos de un delito de homicidio en grado de tentativa.
Cuando Marta rompió la relación con su novio el 17 de julio de 2015, Luis M. escupió a la joven y le dio un empujón. Después comenzó a seguirla por la calle y a molestarla en la puerta de la residencia de ancianos donde trabajaba. Aconsejada por su familia, la víctima tenía intención de denunciar el acoso que estaba sufriendo a diario, pero cambió de opinión tras una conversación con la hermana del maltratador. Además, la joven temía que su exnovio se vengara si ella acudía a la policía.
El 1 de septiembre de 2015, Luis M. trató de asesinar a Marta al pegarle un fuerte golpe en la cabeza con el travesaño de una silla cuando la joven estaba en el suelo sin posibilidad de defenderse. La brutal agresión tuvo lugar en el domicilio de la víctima tras una discusión. Antes de huir y dejarla inconsciente en el suelo del comedor, el maltratador le quitó el vestido manchado de sangre y le puso un pantalón corto y una camiseta.
Una vecina que escuchó los gritos de la joven dio la voz de alarma. Cuando entró la Policía Local de Manises en la vivienda, la víctima sufría convulsiones en medio de un charco de sangre. Una ambulancia trasladó a Marta al Hospital La Fe, donde ingresó en estado de coma. El agresor fue detenido por dos policías de paisano cuando acudió al centro de salud de Manises para que le curasen las heridas que tenía en las manos.
Cuando ocurrieron los violentos hechos, Luis M. ya tenía antecedentes penales por maltratar a una pareja anterior. En el juicio, el procesado reconoció haber causado las lesiones a su exnovia, aunque declaró que la golpeó contra la pared tras una discusión y después de que ella le propinara dos bofetadas y un mordisco, una versión que carece de respaldo probatorio tras ser desmentida por el forense, según la sentencia. Aunque Luis M. aseveró que Marta seguía siendo su novia cuando la agredió el 1 de septiembre de 2015, la mayoría de testigos desmintieron al procesado y declararon que la joven decidió cortar la relación tras una discusión a mediados de julio en la que el maltratador escupió a su pareja. Después de aquella vejación, la víctima acudió con su padre a la comisaría de la Policía Nacional de Quart de Poblet para denunciar a su exnovio, pero en el último momento no lo hizo.
Otro de los testigos que declaró ante el tribunal de la Sección Primera fue un policía nacional que habló por teléfono con Luis M. antes y después de la brutal agresión. El agente afirmó que era amigo del acusado y restó importancia a la conversación de 383 segundos que mantuvieron a las 10.51 horas. La mujer que llamó a la policía poco después, concretamente a las 11.40 horas, señaló que escuchó un grito de mujer y varios golpes.
El policía también explicó al tribunal el contenido de otra conversación telefónica con el procesado, después de que este golpeara a Marta en la cabeza, en la que el maltratador le pidió que trasladara la jaula del perro de la víctima. Uno de los compañeros de trabajo de la mujer agredida, Alejandro M., relató en el juicio cómo fue testigo de un episodio violento de Luis M., que cogió del brazo a Marta tras una discusión, y afirmó que el acusado se hizo pasar por un guardia civil para conseguir su teléfono móvil y le preguntó dónde vivía.
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