Dos sanitarios salen del hospital donde fue asistido el menor. irene marsilla

Un menor lesiona en los ojos a otro al tirarle líquido corrosivo en el centro de Valencia

El joven agresor arrojó el contenido de un recipiente a la cara de la víctima tras preguntarle si quería que le hiciera un truco de magia

Javier Martínez

Valencia

Viernes, 10 de diciembre 2021, 00:17

«¿Quieres que te haga un truco de magia?» Esa es la pregunta que hizo un menor a otro segundos antes de arrojarle a la cara un líquido corrosivo, mezclado al parecer con agua, que llevaba en un recipiente transparente. La víctima sufrió lesiones en ... los dos ojos y fue trasladada con urgencia en una ambulancia al Hospital Universitario y Politécnico La Fe para que recibiera atención médica.

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La agresión tuvo lugar sobre las 19 horas del martes en pleno centro de Valencia cuando la víctima, un adolescente de 15 años, estaba esperando a un amigo. Un grupo de cuatro jóvenes se le acercó en la plaza Alfonso el Magnánimo, y uno de ellos, que vestía una sudadera negra con capucha, le preguntó si quería que le hiciera un truco de magia.

El chico pensó que iban a gastarle una broma y contestó con una negativa. Después insistió otro de los jóvenes que le abordaron en el parque, y antes de que pudiera reaccionar, ya le habían tirado a la cara un líquido que portaba uno de los individuos en un recipiente de plástico. Instantes después, el menor sintió un escozor muy fuerte en la garganta y los ojos.

«La cara me ardía. Me asusté mucho porque no veía nada y no sabía lo que me habían tirado. Olía a lejía pero no estoy seguro»

«La cara me ardía. Me asusté mucho porque no veía nada y no sabía lo que me habían tirado. Olía a lejía pero no estoy seguro», afirma la víctima, que fue socorrida poco después por su amigo y otras dos personas que escucharon sus gritos. «Creía que me iba a quedar ciego. El líquido me quemaba los ojos, la nariz y los labios. Tenía mucho miedo y pedí que llamaran a una ambulancia», añade el menor, que se sentó en el suelo para esperar la llegada de los servicios médicos.

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Los minutos le parecían horas. «La ambulancia tardó mucho. Estaba muy nervioso y yo sólo pedía que me tirasen agua a la cara. Le di cinco euros a mi amigo para que comprara botellas de agua», recuerda el adolescente. Tras recibir el aviso del suceso, una patrulla de la Policía Local de Valencia se desplazó con urgencia al lugar para auxiliar a la víctima y buscar a los agresores. También acudió una ambulancia con un técnico en emergencias sanitarias.

Mientras los agentes atendían al chico en la plaza de los Pinazo y trataban también de localizar a su madre, otra patrulla de la Policía Local se trasladó a los jardines de la plaza Alfonso el Magnánimo para buscar a los agresores, pero los policías no encontraron a ningún grupo de jóvenes con las características descritas por la víctima.

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Traslado a La Fe

La ambulancia de Soporte Vital Básico (SVB) llevó al menor al Hospital Universitario La Fe, donde acudió su madre tras ser avisada por la Policía de la agresión. Según informaron fuentes médicas, el chico fue asistido por un especialista del Servicio de Oftalmología del centro hospitalario, que constató las lesiones leves en los ojos y comenzó el tratamiento para su curación con gotas y una pomada antibiótica.

Tras informar a la madre y al menor de sus derechos como víctimas, los agentes de la Policía Local realizaron las correspondientes diligencias para remitirlas luego a la Policía Nacional, cuerpo que se ha hecho cargo de las investigaciones.

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Respecto a la identidad de sus agresores, el menor asegura que no los conoce y cree que fue atacado al azar. «Dos eran muy morenos. Creo que eran moros y los otros dos me parece que eran españoles. La verdad es que todo ocurrió muy rápido y no vi sus caras», señala la víctima.

«Al día siguiente me llamó por teléfono la Policía para preguntarme si podía reconocerlos si los viera en alguna foto, pero no pude ayudar en nada. Solo los vi unos segundos. Uno llevaba una sudadera con una capucha. Tendrían mi edad y recuerdo poco más», afirma el adolescente.

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Tampoco cree que su agresión se debiera a un móvil racista. «Yo soy rumano pero vivo en España desde que era muy pequeño. Tengo amigos españoles y nunca he tenido problemas. Fue mala suerte y me tocó a mí. Los que me tiraron el líquido no me conocían de nada, y yo tampoco sé quienes son ellos», sostiene la víctima.

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