El fraile de 76 años que resultó herido muy grave en el ataque contra los religiosos del Monasterio de Santo Espíritu de Gilet, perpetrado el sábado por un enfermo mental, falleció este lunes como consecuencia de los graves traumatismos que sufrió en la cabeza. Juan Antonio Llorente permanecía ingresado en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Clínico de Valencia, donde murió pese a los esfuerzos médicos.
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En cuanto a la evolución de los otros tres franciscanos que resultaron heridos, el guardián Fernando Hueso, responsable del monasterio, recibió el alta médica; el fraile de 95 años que fue trasladado del Hospital de Sagunto al Clínico de Valencia, fray Carlos, regresó al primer centro hospitalario tras mejorar su estado; y Albert, un monje catalán de 66 años, también sigue ingresado.
El ataque a los frailes tuvo lugar sobre las nueve de la mañana del sábado. El grupo de franciscanos que reside en el monasterio de Santo Espíritu, un total de siete religiosos, había terminado de desayunar y la mayoría de ellos se encontraban en su habitaciones.
Y fue en ese momento cuando un enfermo mental saltó la valla del recinto, entró en los aposentos al grito de «¡voy a matar a los frailes!» y golpeó a los religiosos con un bastón y una botella hasta que fray Ángel, el más corpulento de los monjes, se enfrentó al individuo y logró ahuyentarlo después de un forcejeo. «El hombre enfureció cuando saqué mi teléfono móvil y le dije que iba a llamar a la Policía», explicó el franciscano a una periodista del programa ‘En boca de todos’ de Cuatro.
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Gonzalo Bosch y Javier Martínez
«Después de las oraciones y la misa, estaba en la cocina cuando escuché un grito muy fuerte. Subí corriendo pensando que alguien se había caído y es cuando vi a un señor corpulento, que estaba dándole puñetazos y patadas al superior», manifestó fray Ángel.
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El religioso acudió entonces en auxilio de la víctima y el agresor comenzó a propinarle golpes a él mientras le decía: «¿Sabes quién soy?, soy Jesucristo y vengo a matar a todos los frailes». También dijo que el atacante no atendía a razones y parecía como si estuviera recibiendo órdenes en su cabeza.
El hombre detenido por el brutal ataque es un enfermo mental que sufre brotes psicóticos desde hace seis meses. El agresor, que fue arrestado por la Policía en la madrugada del domingo en Puerto de Sagunto, ha protagonizado varios incidentes violentos e intentos de suicidio que obligaron a intervenir a la Policía Nacional y Guardia Civil.
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Desde el pasado mes de mayo, el hombre de 46 años padecía paranoias y se mostraba agresivo. Decía que alguien le quería matar, tiró pintura al vehículo de un vecino, llamó a la Policía para avisar de que una mujer pedía auxilio y no era cierto, sufrió una brecha en la cabeza durante una pelea con otro hombre, se bañaba en la playa cuando ondeaba la bandera roja y se lanzó al mar desde el pantalán de Puerto de Sagunto.
En este último incidente resultó herido y fue rescatado por guardias civiles y policías portuarios, pero se arrojó otra vez al agua. Además de los brotes psicóticos, el agresor de los frailes consume drogas, lo que agrava todavía más sus trastornos mentales.
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El ataque al monasterio se saldó con una víctima mortal, el padre Juan Antonio, de 76 años, que sufrió un traumatismo craneoencefálico y fue trasladado al Clínico de Valencia, donde falleció este lunes. Los otros tres monjes, de 57, 66 y 95 años de edad, recibieron atención médica en el Hospital de Sagunto por traumatismos y contusiones.
Tras recibir el aviso del brutal ataque, una patrulla de la Policía Local de Gilet y otra de la Guardia Civil de Puçol acudieron con urgencia al lugar. Los agentes prestaron auxilio a los religiosos y ayudaron a los sanitarios a estabilizarlos antes de que fueran trasladados en las ambulancias.
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El padre Ángel, que llamó de inmediato al 112, facilitó a la Guardia Civil una descripción del agresor: un hombre de 1,80 metros de altura aproximadamente, complexión fuerte, brazos tatuados y rasgos de cara muy marcados con arrugas.
El individuo logró escapar, pero fue identificado por la Guardia Civil de Puçol tras una rápida investigación. Unas 16 horas después, la Policía Nacional detuvo al agresor de los frailes en la calle Teodoro Llorente tras ser localizado por un exinspector del cuerpo con la colaboración de un vigilante.
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El detenido, que pasará a disposición judicial mañana martes, tiene antecedentes delictivos por violencia de género y otros delitos, según informaron fuentes jurídicas.
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