La mujer que mató a su hijo en un hotel de Valencia lo envenenó con una sustancia tóxica en la papilla

La mujer que mató a su hijo de 25 años en un hotel de Valencia lo envenenó con una sustancia tóxica mezclada en la papilla que ingirió el joven con discapacidad psíquica, según la inspección que realizó la Policía Científica en la habitación donde fueron encontrados los cadáveres.

Tras recibir el aviso del macabro hallazgo, el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Valencia se hizo cargo de las investigaciones para esclarecer las causas de las dos muertes, aunque todas las pruebas indicaban que el joven había sido envenenado por su madre, que después se suicidó al tragar la misma sustancia tóxica que le dio a su hijo.

Los investigadores de la Policía no hallaron ninguna carta que pudiera arrojar luz sobre el móvil de este crimen y posterior suicidio, pero los indicios apuntan a un posible filicidio altruista. Los autores de estas muertes, una madre o un padre de la víctima, piensan que con su acto criminal evitan el sufrimiento de su hijo.

Tras sufrir una depresión que les hace querer acabar con su vida, «consideran que no pueden abandonar a sus hijos y dejarlos solos en el mundo, de modo que acaban con la vida de sus seres queridos antes de suicidarse», afirma Paz Velasco, criminóloga y profesora de la Universidad Internacional de Valencia (UIV).

Tras indagar en la vida de la presunta homicida, una psicóloga colombiana con permiso de residencia en España, la Policía averiguó que la mujer tenía la costumbre de disfrutar con su hijo de unos días de retiro cada cierto tiempo, por lo que el padre del joven no extrañó la ausencia de ambos durante las 48 horas que estuvieron en el hotel.

El filicidio tuvo lugar el pasado 30 de agosto en la habitación de un hotel en la avenida de las Cortes Valencianas, aunque los cadáveres no fueron descubiertos hasta dos días después. La presunta homicida, cuya identidad responde a las iniciales L. M. C., y su hijo se alojaron el último miércoles de agosto en la habitación número 705, en la séptima planta, y nadie les vio salir.

El 1 de septiembre (viernes), la sala del 091 recibió una llamada de un empleado del hotel, que informó del hallazgo de dos personas muertas en una de las habitaciones. El cadáver del joven estaba sobre la cama y el de su madre se encontraba tendido junto a los pies de su hijo, pero en el suelo, y parecía que habían fallecido tras ingerir algún veneno.

Los agentes de la Policía Científica hallaron una bolsa con restos de una sustancia tóxica, que fue remitida al Instituto de Medicina Legal de Valencia para su análisis, y un envase vacío donde la mujer habría mezclado el veneno con una papilla, según las investigaciones.

El joven tenía restos de vómito mezclado con sangre en la cara, lo que parece indicar que habría ingerido más cantidad de sustancia tóxica que su madre.

Tras visionar las grabaciones de las cámaras de seguridad del hotel, los investigadores de la Policía Nacional reconstruyeron las últimas horas con vida de la mujer y su hijo, comprobaron que no había entrado nadie más en la habitación 705 y descartaron la participación de alguna otra persona en los hechos criminales.

El joven y su madre fallecieron, al parecer, el mismo día que se alojaron en el hotel. Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Valencia tomaron muestras del contenido gástrico de los dos cadáveres durante las autopsias, lo que permitirá determinar el veneno que causó las muertes tras los correspondientes análisis químicos y toxicológicos.

El pasado 20 de julio se rozó la tragedia en la localidad de Fitero (Navarra) cuando una mujer intentó matar a sus tres hijos menores tras envenenarlos primero con salfumán y agredirlos después con un cuchillo.

Los dos hijos mayores consiguieron escapar para pedir auxilio a los vecinos, que alertaron de inmediato a la Guardia Civil. Los niños de tres, cinco y nueve años fueron trasladados con urgencia al Hospital Universitario de Pamplona. La madre de los menores también fue hospitalizada tras herirse con el cuchillo.

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