![Okupas en Valencia | «Los okupas nos golpearon y retuvieron en nuestra propia casa»](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202206/29/media/cortadas/okupa-RnGcomSbqFszhHnIdiNebTN-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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El desparpajo con el que los okupas toman pisos ajenos y la impotencia de los propietarios que sufren estos delitos en Valencia ha quedado patente en la mañana de este miércoles 29 de julio en la Ciudad de la Justicia. En el banquillo ... se sienta uno de los dos hombres (el otro fue expulsado por su situación ilegal en España) acusado de apropiarse de un piso que estaba siendo reformado en la calle Darcoa de Valencia, en el conflictivo barrio de Orriols.
Según describe la fiscal del caso, los hechos se produjeron durante la mañana del 9 de marzo del año pasado, cuando los encausados aprovecharon que la vivienda propiedad de las víctimas tenía la puerta abierta debido a las obras. Siempre según la acusación, pretendían «establecer allí su residencia».
Una vez dentro, se encontraron al propietario y a su hijo, a los que supuestamente empujaron hasta una de las habitaciones y retuvieron allí mientras cambiaban el bombín de la casa. Como añade la acusadora, cuando el dueño se dio cuenta de sus intenciones, les ofreció 300 euros a cambio de que se fueran. Los intrusos aceptaron el dinero, pero no se marcharon.
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Las víctimas exigieron su dinero de vuelta y lo único con lo que se encontraron fue con violencia. Según el Ministerio Público, «uno de ellos le dio un puñetazo en el estómago y el otro hizo ademán de golpear al hijo con un martillo». Por todo ello, la Fiscal pide seis años de prisión para el sospechoso por usurpación de bien inmueble con violencia, detención ilegal, estafa y maltrato.
En la sesión se escuchó la voz de las víctimas, un padre y su hijo que declararon tras un parabán para no tener que reencontrarse con el okupa. «Estábamos reformando la casa y fue con mi hijo a ver cómo marchaban las obras. De repente, aparecieron dos personas desconocidas que comenzaron a pedirme las llaves y nos forzaron a que nos metiéramos en una habitación del fondo», ha expuesto el afectado.
Los intrusos, según su versión, les decían que el piso «era del banco». Después «nos empujaron a una habitación del fondo y nos retuvieron allí mientras uno vigilaba y otro cambiaba el bombín de la puerta». El hombre intentó «a buenas que se marcharan de allí», pero al no lograrlo optó por ofrecerles dinero para sacarlos de su propia casa. «Les ofrecí 300 euros y el que nos vigilaba empezó a hacer llamadas telefónicas a alguien para estudiar la opción, no se si sería su socio o quién».
Como se quedaron el dinero y no se marchaban, el propietario se alteró. Entonces los okupas «me dieron un puñetazo, mientras a mi hijo le daban estirones y le amenazaban con un martillo». Así salieron de su propia casa antes de pedir ayuda a la Policía Nacional, que intervino después ante la invasión ilegal de la vivienda.
En el juicio ha declarado también el hijo del propietario, quien sufrió una crisis de ansiedad después de lo vivido. El joven ha ratificado la versión de su progenitor y ha asegurado que los okupas los retuvieron en el cuarto «entre diez y veinte minutos» y «no nos dejaban salir mientras cambiaban el bombín de la cerradura». Después, los okupas, ha reiterado, «nos sacaron a golpes de nuestra propia casa».
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El acusado se ha defendido con este argumento: «Nosotros vivíamos ya en esa casa. No éramos los dueños, pero éramos los okupas», ha esgrimido en tono defensivo, como si este razonamiento amparara la toma de la casa. «Si es que ya llevábamos una semana allí», ha incidido.
El procesado, que está en la cárcel por otros delitos, ha negado los delitos más graves. «Nosotros ni cambiamos el bombín de la puerta, ni secuestramos a nadie ni nos quedamos con su dinero. Tampoco golpeamos al señor ni amenazamos a nadie con un martillo», ha mantenido ante el tribunal encargado de juzgar el caso, la sección tercera de la Audiencia de Valencia.
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