El futuro del hijo de Maje en prisión

La vida se truncó trágicamente para el ingeniero Antonio y para el joven Hugo. Para ellos no hubo tregua ni oportunidad. Pero ahora, giros del destino, sus asesinos se quieren y Maje espera una nueva vida entre rejas.

¿Cómo se prevé esta gestación y los primeros años de un bebé alumbrado en prisión? Ella, apartada ya de sus tareas en panadería por causa del parto, hace vida más sosegada de lo habitual en el módulo 22. Se ha decidido que no haga esfuerzos para garantizar su salud y la de la criatura que espera. A diferencia de un embarazo en libertad, en Picassent no hay ginecólogo fijo. Ni ningún otro especialista. Eso sí, acude «cada cierto tiempo» para revisiones de mujeres pero no está en la plantilla sanitaria del centro, según fuentes penitenciarias.

Pero no sólo eso. Desde 2020 no hay módulo para madres en la cárcel de Picassent. Se conciben como un entorno penitenciario más agradable e íntimo para los recién nacidos de madres reclusas y en la Comunitat sólo está el de Fontcalent. Presumiblemente será este el lugar al que sea trasladada Maje a finales de año si decide encargarse del cuidado del bebé en sus primeros años de vida.

En cuanto a la asistencia en prisión, fuentes del tándem sindical ACAIP- UGT llevan ya tiempo lamentado «una clara falta de sanitarios» en Picassent. Actualmente, ahondan, «hay una quinta parte de los médicos que debería haber. De los 20 que marca la relación de puestos de trabajo, hay cuatro. Y de ellos uno interino y el otro, en prácticas».

En cuanto a David, de 38 años, está en el módulo 29. Es una zona pequeña de internos que desempeñan trabajos en el centro. Condenado a 15 años de cárcel por su homicidio, no se le conoce ningún incidente en prisión. Es un recluso con buena conducta y ya disfruta de permisos penitenciarios.

Según fuentes que en su día lo investigaron, también le consta un arresto por secuestro. Sin embargo, no ha trascendido si, como en el caso criminal, acabó con una sentencia condenatoria por este hecho.

David está entre rejas desde junio de 2008. Este verano habrá cumplido ya su condena. Más allá de los planes que la pareja decida respecto al niño, él podría encargarse de su cuidado tras salir de prisión. El bebé puede permanecer con su madre en prisión por su propio beneficio de crianza hasta los tres años, pero después los niños abandonan la prisión, se crían con familiares próximos y, en todo caso, pueden mantener el contacto con la progenitora a través de las visitas periódicas a los reos.