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AFP
Miércoles, 28 de noviembre 2018
Los expertos piden a India que no intente recuperar el cuerpo del joven norteamericano asesinado a flechazos en la isla Sentinel por una tribu aislada, a la que quería cristianizar. Los sentineleses, comunidad de cazadores y recolectores de la isla Sentinel del Norte, del archipiélago indio Andamán y Nicobar, mataron a John Allen Chau, de 27 años, cuando este intentó entrar ilegalmente en contacto con ellos.
En las últimas décadas, cualquier intento de contacto del mundo exterior ha terminado en hostilidades y en un rechazo violento por parte de esta comunidad, que cuenta con unos 150 miembros y que vive en autarquía desde hace siglos. «Lo que sabemos es que fueron asesinados y perseguidos por los británicos y los japoneses. Odian a cualquier persona en uniforme. Si ven a alguien en uniforme, lo matan enseguida», ha contado Anup Kapoor, profesor de antropología de la Universidad de Nueva Delhi.
Survival International, una organización de protección de los pueblos autóctonos, exhortó a las autoridades indias a que no intenten ninguna operación para recuperar los restos de John Allen Chau. «Cualquier intento de este tipo es sumamente peligroso, tanto para los funcionarios indios, como para el pueblo de los sentineleses que podría ser exterminado si se introducen enfermedades exteriores», ha declarado en un comunicado Stephen Corry, director de Survival International.
Según esta oenegé, los sentineleses descienden de las primeras poblaciones humanas que salieron de África y viven en Andamán desde hace 60.000 años. Además de provocar un choque de civilizaciones, un contacto con el exterior podría ser fatal para los sentineleses, que al haber evolucionado al margen de la humanidad no cuentan con un sistema inmunitario adaptado a los agentes infecciosos que podrían aportar los intrusos.
«El riesgo de una epidemia mortal de gripe, de sarampión o de otra enfermedad exterior es real y aumenta con cada contacto de este tipo», señaló Corry. Una posición que reitera un grupo de antropólogos y autores indios en un comunicado común. «Los derechos y deseos de los sentineleses deben respetarse y no se gana nada acentuando el conflicto y las tensiones, y aún peor, creando una situación donde se causa más daño», han declarado en un texto enviado a la prensa.
Las autoridades llevan a cabo su búsqueda observando la isla a distancia, para evitar provocar un contacto con los autóctonos. La ley india prohíbe acercarse a Sentinel del Norte a menos de cinco kilómetros de distancia. La policía ha abierto una investigación y ha detenido a siete personas, entre ellas seis pescadores, acusados de haber ayudado al viajero norteamericano en su proyecto. Los expertos excluyen que se presenten sanciones contra la tribu.
Las autoridades locales, aconsejadas por antropólogos y especialistas en poblaciones tribales, han explicado que una posible recuperación del cuerpo, si se produce, podría tardar semanas. Los pescadores que llevaron ilegalmente a John Chau a Sentinel del Norte, y que alertaron de su desaparición, cuentan que vieron a la tribu enterrar al cuerpo en la playa.
La amenaza para los habitantes de esta isla es tal que los especialistas en derechos indígenas dicen que nunca se presentarán cargos de asesinato contra ellos y que el cuerpo de Chau tendrá que permanecer en la isla para proteger lo que probablemente sea la última tribu preneolítica del mundo. La policía está hablando con antropólogos y expertos sobre la mejor manera de establecer contacto.
La pasada semana, enviaron un barco cerca de la isla por segunda vez desde el asesinato de Chau. «El equipo tomó las debidas precauciones para garantizar que este grupo tribal particularmente vulnerable no se vea perturbado y angustiado durante el ejercicio», dijo la policía en una declaración.
«Su familia merece que el cuerpo de John sea llevado a casa donde puede ser enterrado», dijo la semana pasada Mat Staver, el presidente de la organización Covenant Journey, que organiza viajes a Israel para estudiantes cristianos y con la que John Chau viajó en 2015.
Si bien este caso ha desencadenado una lluvia de críticas mundial, una parte de la comunidad evangélica estadounidense ha transformado al joven Chau en «mártir». Según ellos, su muerte lo inscribe en la larga línea de misioneros asesinados durante siglos durante sus proyectos de difundir el cristianismo. «Mis héroes son gente como John Allen Chau que el 17 de noviembre fue asesinado como mártir por la tribu de los sentineleses», escribía especialmente en las redes sociales el tele-evangelista Tony Suarez.
En su cuenta de Instagram, el viajero reflejaba sobre todo la imagen de un aventurero amante de las excursiones al aire libre. Pero su diario de a bordo, que mantuvo hasta sus últimas horas, reveló que su aventura estaba preparada desde hace tiempo y en secreto «en nombre de Dios».
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