Maje y Salva se delataron al hablar del crimen al lado de un policía en una cafetería

El juicio con jurado contra Salvador R. y María Jesús M., más conocidos como Salva y Maje, por el asesinato del marido de ella, el ingeniero Antonio Navarro, se reanudó ayer con la declaración de varios policías que participaron en la investigación del crimen. Los dos procesados fueron trasladados a primera hora de la mañana desde la cárcel de Picassent a la Ciudad de la Justicia de Valencia, pero no entraron en la sala Tirant lo Blanch hasta pasados varios minutos de las diez de la mañana.

Un inspector del Grupo de Homicidios manifestó que escuchó una conversación entre Maje y Salva cuando hablaban del asesinato en una cafetería de Torrent. Tras sentirse investigados, la viuda y su amante quedaron para acordar las declaraciones de cada uno en el caso de que fueran detenidos.

Como la policía sabía la hora y el lugar de esa cita por las escuchas telefónicas, los investigadores colocaron un dispositivo de grabación cerca de la mesa donde hablaba la pareja y un inspector de paisano se sentó a escasos metros. Este mando de la Policía Nacional reprodujo algunos momentos de la conversación en la que Salva tranquilizó varias veces a Maje con frases como «a ti no te va a pasar nada».

También precisó que estaba sentado a una distancia aproximada de 1,30 metros cuando escuchó la preparación de la coartada de los dos acusados con alusiones a la llave del garaje donde asesinaron a la víctima.

«Nosotros somos compañeros de trabajo y yo no sabía que tú estabas celoso», dijo la viuda a su amante, según recordó el testigo. Otra de las frases que delataron a los procesados fue pronunciada por Salva: «Si pasa algo yo sabré quitarte de esto». El inspector aseveró que se acordaba con exactitud de la distancia que había entre las dos mesas de la cafetería, porque la midieron posteriormente para reflejar este dato en el atestado policial que entregaron al juez instructor.

Durante el interrogatorio del fiscal, el testigo explicó que Tomás, otro de los amantes de la acusada, declaró ante la policía que la joven enfermera le había tanteado en una conversación, a través de Telegram, para saber «si él entraba al trapo para matar» al marido de Maje.

En aquella conversación, cuya transcripción consta en el sumario, Tomás llegó a escribir: «Te juro que lo voy a matar», pero después le aconsejó que denunciara los malos tratos que ella aseguraba que le infligía su marido; y la acusada le contestó: «He pensado en acabar con su vida». Maje mintió a este amante al decirle que ella vivía con su amiga Rocío para ocultarle las relaciones que tenía con Salva y José, y le comentó también que su esposo estaba enfermo de cáncer.

En la sesión de ayer declararon otros ocho policías, entre ellos un agente del Grupo de Homicidios que analizó los posicionamientos de los teléfonos móviles de los procesados. El abogado Miguel Ferrer, que ejerce la acusación particular, preguntó a este testigo por una conversación que Maje mantuvo con otro de sus amantes, un publicista llamado José, minutos después de que Salva le confirmara que ya había matado a Antonio.

«La conversación era desenfadada con tonterías y un intercambio de mensajes como hola chochete o ¿cómo estás cariñete?», manifestó el agente. La acusada escribió estas palabras poco antes de acudir al garaje de Patraix y simular una gran tristeza por la muerte de su marido. El magistrado que preside el tribunal volvió a llamar la atención a Javier Boix por apostillar tras la declaración de un testigo.