Así se propagó el fuego por el edificio de nueva construcción

Este jueves 22 de febrero pasará a los libros de historia como una de las jornadas más negras para la ciudad de Valencia a causa de uno de los incendios más virulentos de toda la vida que, casi en la medianoche, dejaba 14 heridos, entre ellos un menor de 7 años. El edificio de 14 pisos arrasado por las llamas ubicado en la rotonda de General Avilés con Maestro Rodrigo, fue levantado entre 2005 y 2008 por la promotora Fbex como parte de una promoción de lujo con la pretensión de vender las viviendas a 6.000 euros el metro cuadrado en la época del boom inmobiliario.

El inmueble contaba con 138 viviendas, 15 alturas y tres párquines subterráneos y tenía lo que se conoce como fachada ventilada, un sistema pensado para el aislamiento acústico y sobre todo térmico, de manera que favorece el ahorro energético.

La fachada estaba revestida de paneles de composite formados por dos láminas cubiertas de aluminio y un núcleo de agregado mineral. A eso hay que sumarle el poliuretano, un material combustible que reviste el ladrillo y se encuentra tras la plancha de aluminio. De forma que entre el muro y el material de revestimiento se crea una cámara de aire que permite la ventilación.

Dicho edificio ha resultado tener las características idóneas para que las llamas se propaguen rapidamente por la fachada como consecuencia, entre otras cosas, de los materiales de construcción y unas condiciones meteorológicas propicias para avivar las llamas con rachas de viento de entre 20 y 60 kilómetros por hora.

El fuego, del que se desconoce su origen, habría comenzado en la puerta 86 del edificio en el séptimo piso en torno a las 17.30 horas para posteriormente propagarse por la fachada hacia arriba con un efecto chimenea y hacia abajo con un efecto de combustión provocado por las láminas de poliuretano para, acto seguido, extenderse a la segunda torre.

Este caso recuerda al incendio de la torre Grenfell en junio de 2017 en Londres, un edificio de 24 plantas que también ardió por el cortocircuito de una nevera dejando 72 muertos. En este caso, los expertos británicos cuestionaron el revestimiento del edificio ya que contenía poliuretano, igual que en el edificio de Valencia. Aquel suceso, además provocó que miles de pisos no se pudieran vender posteriormente en el mercado inmobiliario británico al estar revestidos del mismo material que causó el incendio en Grenfell.

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