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Un policía, en la puerta de la finca de la calle Conde Altea en la que se produjo el crimen. Irene Marsilla
El acusado de asesinar a su pareja en la calle Conde Altea declara que no se acuerda de nada

El acusado de asesinar a su pareja en la calle Conde Altea declara que no se acuerda de nada

Los psiquiatras que entrevistaron al procesado afirman que el acusado relató cómo mató a Cristina con todo lujo de detalles

Viernes, 26 de mayo 2023, 11:54

«No recuerdo nada. Sólo me vienen flashes. Ni siquiera me acuerdo de cómo iba vestida». Repentino olvido del acusado de asesinar a su pareja en un piso de la calle Conde Altea de Valencia. Alberto L., el procesado por la muerte de Cristina B., ha declarado en el juicio que se celebra en la Ciudad de la Justicia de Valencia que tiene una absoluta laguna mental sobre la noche en la que presuntamente acabó con la vida de la mujer de 30 años.

Su declaración no casa con las entrevistas que tuvo con los psiquiatras que le atendieron. Como han confirmado los peritos, el investigado relató con todo lujo de detalles cómo acabó con la vida de su pareja y le asestó hasta 60 puñaladas. Incluso dio sus 'motivos' al psiquiatra que lo atendió mientras estaba ingresado en Urgencias: tenía miedo de que su novia lo dejara porque no se consideraba «suficientemente bueno para ella».

Sus palabras han conmocionado a toda la sala del jurado, ya que se ha contradicho de sus versiones anteriores. En esta nueva vista ha mantenido que su relación con Cristina era prácticamente idílica y que no tenía ningún tipo de temor de que pudiera cortar con él. Sin embargo, también ha dicho que no mintió en ninguna de sus entrevistas con los psiquiatras y psicólogos que le atendieron.

Antes de empezar a declarar ha querido pedir perdón a la familia de la víctima. Sin embargo, la forma en la que ha expresado la disculpa ha resultado chocante: no se ha girado para mirar a la cara a los familiares, les ha hablado de espaldas. Su tono de voz tampoco estaba cargado con demasiada emotividad. Respondía prácticamente con monosílabos, distanciándose del relato que estaba contando.

La defensa de Alberto L. se desmorona a medida que continúan las sesiones del juicio que se celebra en la Ciudad de la Justicia de Valencia. El acusado se enfrenta a una pena de 25 años de prisión por asesinar a su pareja sentimental, Cristina B., en su vivienda de la calle Conde Altea.

El investigado alegó que sufrió una enajenación mental transitoria en el momento de los hechos para rebajar la condena a 10 años de cárcel. Pero el psiquiatra que lo atendió en su ingreso en urgencias lo tiene claro: Alberto L. sabía perfectamente lo que había hecho. «Estaba consciente y orientado. No tenía alteradas sus facultades cognitivas», ha señalado el profesional.

Durante su entrevista con el psiquiatra «se mostró bastante frío». Sólo al final dijo que se arrepentía. Pero lejos de lo que ha mantenido la defensa, no se trató de un acto impulsivo. «Contó que llevaba dos días pensando en matarla», ha desvelado el perito. Y el acusado lo ha confirmado.

En la entrevista con los psiquiatras, Alberto L. se autodefinió como una persona mentirosa y manipuladora que podía «usar a la gente». Sin embargo, en su declaración ha renegado de estos calificativos.

Si el acusado intentó quitarse la vida es otra de las incógnitas de este juicio. Las peritos del Instituto de Medicina Legal de Valencia de la Unidad de Valoración Forese Integral tienen claras sus conclusiones: coinciden en que el investigado sabía perfectamente lo que hacía y también cuáles eran las consecuencias de sus actos.

«En ningún momento mostró remordimientos de lo que había hecho ni sufrió por Cristina o por cómo le podría haber afectado a la familia de ella», ha evidenciado la psiquiatra forense.

Todos los expertos están de acuerdo en que Alberto L. no sufre ninguna enfermedad mental ni ningún trastorno de la personalidad. «Intentó manipular las respuestas del test de personalidad. Los parámetros están exagerados», ha expresado la psicóloga del Instituto de Medicina Legal de Valencia.

La defensa del acusado también se basa en que tiene alexitimia, un rasgo de personalidad que le impide mostrar sus emociones. Pero esto sólo lo mantienen los peritos traídos por la propia defensa. Ni las profesionales del Instituto de Medicina Legal de Valencia ni los psiquiatras traídos por la acusación particular apoyan esta teoría. De hecho, sus conclusiones son que podía frenar el ataque en cualquier momento «pero no tuvo la voluntad de hacerlo. Fue un hecho reflexivo y con voluntad finalista. No pensaba parar hasta que estuviera muerta».

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