Cada día roban ocho vehículos en la Comunitat Valenciana

Según las estadísticas policiales, un 85% de las sustracciones son improvisadas, el 15% restante tiene una planificación previa y sólo se recuperan el 10% de los vehículos, un dato preocupante que tiene su explicación: la dificultad de realizar un seguimiento de un automóvil desguazado. Las víctima lo saben y por eso muchas veces difunden la foto de su vehículo en las redes sociales y piden ayuda para recuperarlo.

El robo organizado de vehículos, a parte de la preocupación inmediata para el propietario, tiene implicaciones financieras para las compañías de seguros, perjudica la reputación de los fabricantes de automóviles y, en la mayoría de los casos, está vinculado a otros delitos más graves.

Para los grupos criminales, el tráfico de vehículos robados es una forma de obtener beneficios con pocos riesgos para financiar y llevar a cabo otras actividades delictivas como el tráfico de sustancias estupefacientes, armas o personas, y terrorismo internacional.

El mercado ilícito de recambios es una fuente de ingresos para los grupos delictivos. Internet ha contribuido en los últimos años a un espectacular incremento de la venta de piezas de vehículos, lo que es motivo de gran preocupación para los fabricantes de automóviles y los organismos encargados de la aplicación de la ley.

Además del impacto económico en la industria, esta actividad ilícita pone en peligro los conductores, pues es probable que las piezas de recambio ilícitas no cumplan las normas de seguridad obligatorias. Según un informe de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (UNESPA), los automóviles más robados en España son los Seat Ibiza, Seat León, Volkswagen Golf, Ford Focus, Citroën Xsara, Peugeot 206, Ford Fiesta y Renault Mègane.

Los tres modelos de coches más sustraídos coinciden con los automóviles de segunda mano más vendidos en 2022, por lo que muchos de estos vehículos acaban en talleres clandestinos o naves alquiladas, donde los desguazan para traficar con los tubos de escape, carburadores, retrovisores, radiadores y faros, entre otras piezas.

Los grupos delictivos que sustraen coches para venderlos en el extranjero prefieren modelos de alta gama. Entre los vehículos más codiciados se encuentran los BMW X3 o X5, el Toyota Land Cruiser o el Mercedes clase G. Tras ser robados, muchas veces con la llave original o una copia de la misma, estos turismos suelen acabar en algún país de Europa del Este o África tras pasar antes por un taller clandestino, una madriguera en el argot policial, donde falsifican el número de bastidor, las placas de matrícula y la documentación del vehículo para dar una apariencia legal a la venta.

La delincuencia relacionada con los automóviles, especialmente el robo organizado y el comercio ilícito de piezas de recambio, afecta a la propiedad personal, la economía y la seguridad vial en todos los países. Consciente de ello, Interpol tiene una base de datos de coches sustraídos, realiza cursos de formación para detectarlos y colabora con los fabricantes de automóviles y para frenar este tipo de delitos.

La base de datos de Interpol sobre vehículos de motor robados (SMV) es una herramienta esencial en la lucha contra el robo y el tráfico de vehículos internacional, ya que incluye datos sobre sustracción de automóviles, camiones, motocicletas, remolques, caravanas, autobuses y sus componentes. Esta información policial permite a las autoridades de los países miembros comprobar vehículos sospechosos y conocer de manera instantánea si han denunciado su robo.

Una base de datos internacional de esta naturaleza es fundamental, dado que a menudo se trafica con los vehículos a través de las fronteras nacionales, terminando algunas veces a miles de kilómetros del lugar del robo. En 2020, más de 248 976 vehículos de motor fueron identificados como robados a nivel mundial gracias a la base de datos SMV. Unos 135 países transmitieron a Interpol sus datos sobre automóviles sustraídos a nivel nacional, y realizaron más de 256 millones de búsquedas.

Tras esta coordinación internacional, la Policía ha llegado a encontrar en Sudamérica y Australia automóviles sustraídos en Europa. Interpol cuenta con un grupo especializado, que está formado por policías e investigadores del sector privado, para luchar contra la delincuencia relacionada con los vehículos. Estos especialistas apoyan a los países miembros en operaciones en puertos y pasos fronterizos que dan lugar a detenciones y recuperaciones de vehículos robados.