El 'Rambo de Requena', un fugitivo torpe al volante que viste ropa militar y se oculta en el monte

Un individuo de mediana edad, solitario, desconfiado y violento, pero sin antecedentes penales, que conoce las montañas donde se oculta, aficionado a las armas de fuego, torpe para conducir vehículos y podría sufrir una enfermedad mental, aunque no se medicaría. Este es el perfil que ha realizado la Guardia Civil del delincuente conocido como el 'Rambo de Requena'.

Armado con una escopeta de cañones recortados, el hombre de entre 35 y 40 años, delgado y de 1,80 de estatura, mantiene en jaque desde hace tres meses a la Guardia Civil, policías locales y guardas forestales en las comarcas de la Plana Utiel-Requena, la Hoya de Buñol y los Serranos. El individuo ha cometido una ola de robos. Como ya informó LAS PROVINCIAS, el ladrón viste ropa de camuflaje, lleva barba y se oculta en el monte, casas abandonadas y chalés, donde se aprovisiona de víveres, y ha eludido varias veces el cerco policial, uno de ellos pese al apoyo del helicóptero de la Guardia Civil.

Los investigadores saben que no tiene antecedentes penales porque ya han cotejado sus huellas con las de la base de datos de delincuentes y no obtuvieron ninguna coincidencia. La sucesión de delitos cometidos por el 'Rambo de Requena' comenzó el pasado 28 de febrero, cuando robó tres vehículos en pocas horas, concretamente una furgoneta Citroën C5, una grúa y un Ford Tourneo. El individuo demostró ese día su torpeza al volante al sufrir dos accidentes en la carretera que une la pedanía de Los Isidros y el municipio de Utiel.

El delincuente, que conoce muy bien los caminos y las sendas de la comarca de la Plana Utiel-Requena, retuvo a un hombre durante tres horas y solo le robó un manojo de espárragos tras obligarle a que le trasladara con su vehículo a un camino de Siete Aguas.

Durante el tiempo que mantuvo retenida a la víctima, el ladrón dialogó con ella en tono amistoso y le dijo que no le haría daño si le obedecía. El conductor del coche le pidió que dejara la escopeta en el asiento trasero, pero el delincuente no soltó el arma en ningún momento.

En otro robo, el ladrón disparó al aire porque el conductor del vehículo no quería darle la llave y también encañonó con su escopeta a un guardia civil y un matrimonio en el asalto a un chalé en una pedanía de Requena.

La situación de peligro que vivieron la pareja y el agente duró apenas unos segundos, ya que salieron corriendo para resguardarse detrás del vehículo policial y el delincuente aprovechó entonces para escapar monte a través.