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«Salva es el único que tenía un móvil para matar»

El abogado de Maje pide su absolución e insiste: «No hay prueba alguna de que planeara el crimen» | Javier Boix apela a la presunción de inocencia y asegura que su conducta tampoco cuadra legalmente con un encubrimiento

Jueves, 29 de octubre 2020

Javier Boix, el abogado estrella en el juicio del crimen de Patraix, ha sido el último en intervenir. Lo ha hecho para pedir la absolución de Maje al considerarla inocente de cualquier delito en el caso y, a resumidas cuentas, una víctima de un Salva despechado. Para Boix, el amante de Maje es el único que tenía un móvil para asesinar a Antonio y, según él, lo plasmó en una frase registrada en la causa: «Mi situación de estar o no estar este, cambia»

Ni siquiera Boix y su compañera letrada Alicia Andújar tienen en consideración el delito de encubrimiento en sus conclusiones definitivas. Ni asesina ni encubridora, desde su punto de vista, a pesar de que la propia Maje pidió perdón en su declaración por haber encubierto a Salva. Entiende la defensa que si no reveló la viuda que el crimen lo cometió Salva fue por un temor a las consecuencias.

Vídeo. La defensa de Maje presenta sus alegaciones

En su calificación definitiva, Boix y Andújar, han incluido un pequeño cambio: un matiz relativo a la entrega de llaves de Maje a Salva. Y también insisten en que la viuda «ni indicó al asesino que fuera a matar» a Antonio «ni cómo debía hacerlo».

En su alegato al jurado apeló a la presunción de inocencia, insistió en que no hay pruebas de la participación de Maje y cargo todas las culpas contra Salva. Es decir, Salva fue, a tenor de su discurso, planificador y ejecutor para librarse del marido de su amante y así tener un camino despejado hacia su anhelado amor.

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Boix ha lamentado filtraciones del secreto de sumario, un supuesto «juicio paralelo» de su defendida, así como irregularidades en el proceso de interrogatorio de Maje por la policía cuando la detuvieron «sin presencia de asistencia letrada».

El abogado insiste en que para inducir a un asesinato el inductor debe convencer al autor de que mate y cómo debe hacerlo. «Y aquí eso no ocurre». Boix ha resaltado que las llaves de la casa, del garaje y del coche de Maje «ya las tenía Salva meses antes del crimen». En su opinión, «ni en los mensajes de WhatsApp ni en las muchas conversaciones intervenidas hay prueba alguna» de que Maje actuara como inductora. «No hallarán el menor indicio de que ella quisiera matar» a Antonio, ha remarcado ante el jurado.

Entiende Boix que, con el Código Penal en la mano, su conducta no casa con el encubrimiento. Además, «no es cierto que Maje haya prolongado su relación con Salva en la cárcel en beneficio propio porque fue ella la que cortó la relación». Si fuera cierto este interés, dice Boix, «la hubiera mantenido hasta el final y fue ella quién la cortó». Y ha recordado: «el mal pensamiento o manifestar un deseo de matar no es delito» y «ser mentirosa o infiel tampoco».

Vídeo. Las últimas palabras en el juicio de Salva

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