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J. A. Marrahí
Viernes, 27 de enero 2023, 12:24
Javier Santos no se rinde. El valenciano que lleva años luchando para que se ratifique a nivel judicial que Julio Iglesias es su padre va ... a demandar al cantante en Estados Unidos, dando así un nuevo giro a su empeño tras haber fracasado en territorio europeo.
Así lo han confirmado a LAS PROVINCIAS fuentes del gabinete jurídico del abogado Fernando Osuna, el letrado especializado en este tipo de pleitos y que también defiende al valenciano que reclama la paternidad del célebre compositor Juan Carlos Calderón.
Tal y como ya informó este diario, Javier Santos lleva años defendiendo que su existencia es fruto de la relación entre el intérprete y su madre, María Edite Santos. Fue, siempre según su versión, en 1975 en Tarragona, tras conocerse en una sala de fiestas en la que la mujer trabajaba como bailarina.
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Después, cada uno siguió por su cuenta y Maria Edite recaló en Valencia. Pero para entonces, Javier ya estaba en camino. Hasta que fue alumbrado en 1976, por lo que hoy tiene 47 años.
Primero fue su madre la que inició una lucha judicial en los años 90 para intentar demostrar que Javier era hijo del cantante. Se aportaron pruebas y testigos pero faltaba el ADN. Un juzgado valenciano entendió que la negativa de Iglesias a un cotejo era motivo suficiente, junto con el resto de incidios, para reconocer la paternidad.
Virtualmente, Santos fue en ese momento hijo del autor de 'Hey' durante un tiempo. Pero llegaron los recursos del cantante y el Tribunal Supremo tumbó la decisión del tribunal valenciano de primera instancia: argumentó el Alto Tribunal que la negativa de Iglesias a una comparación genética no lo convertía necesariamente en padre del demandante. Primer chasco.
Esa misma lucha se reabrió hace media década. En esta ocasión fue Javier Santos, ya adulto, quien reinició la lucha judicial en su propio nombre. En esta ocasión, además, llegaba al juzgado acompañando el resto de indicios históricos con una prueba de ADN obtenida por medios detectivescos a través de un vestigio de un resto arrojado a la basura por un hijo del cantante. Y probaba, con un elevadísimo porcentaje, que Javier Santos es hijo de Juilio Iglesias.
Pero el curso del proceso judicial siguió un camino similar. Un juzgado de primera instancia lo declaró hijo del cantante y cuando el caso llegó al Supremo acabó de nuevo tumbada la paternidad. En este caso, los abogados de Iglesias hicieron valer el argumento judicial de la 'cosa juzgada'. Es decir, que los tribunales ya se habían pronunciado al respecto con el litigio de los años 90 y por tanto no era justificable volverlo a hacer.
Según expone el abogado Osuna, "ya están muy avanzados los contactos entre los abogados norteamericanos y nuestro despacho para demandar al cantante en Estados Unidos". Los argumentos, añade, "serán los mismos pero adaptados a la normativa norteamericana".
La principal prueba, expone el letrado, "será el ADN ya obtenido a Julio José Iglesias Preysler por los detectives", el tomado de la basura sin que el hijo del cantante se percatara de la maniobra. También se amparará "en la negativa del cantante a someterse a la prueba".
Paralelamente, ahonda Osuna, "se continúa con el recurso ante la ONU por una infracción de derechos humanos". La sociedad, reflexiona el letrado, "ya sabe que Javier Santos es hijo de Julio Iglesias en el ámbito genético". Además, "ningún tribunal le va a quitar a Javier esa verdad científica".
Para el gabinete que defiende los intereses de Santos, "causa mucha sorpresa que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo no haya admitido a trámite el recurso de mi cliente, cuando siempre ha defendido la verdad genética por encima de la cosa juzgada y otras cuestiones formales".
El TEDH, recuerda Osuna, "en casos similares al de Julio Iglesias se ha pronunciado siempre a favor del hijo demandante de la paternidad frente a los casos en los que los Estados miembros antepusieron un obstáculo procesal (cosa juzgada o prohibición de repetir un juicio) o impidieron el conocimiento de una realidad científica o una verdad genética". En cualquier caso, avanza el abogado sevillano, "hay muchas salidas a este desafortunado caso, al margen de las judiciales, que se utilizarían en su momento".
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