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Jorge Ignacio es juzgado por tres muertes, pero hay otras 8 víctimas que sobrevivieron. jesús signes

Los teléfonos de Jorge Ignacio le ubican en el lugar de la muerte de Lady Marcela

Los investigadores ya sospechaban que el presunto asesino de Lady Marcela residía en Manuel antes de la desaparición de Marta Calvo

RUBÉN GARCÍA BASTIDA

Martes, 21 de junio 2022, 19:36

Los teléfonos de Jorge Ignacio P. J. le sitúan en el momento y el lugar de la muerte de Lady Marcela el 14 de junio de 2019. Unas horas que coinciden además con la visita del último cliente que contactó con ella ... a través de un nombre ficticio. Así se desprende de las declaraciones de las dos inspectoras jefe del grupo de Homicidios responsables de la investigación para esclarecer las muertes de esta mujer, Arliene Ramos y Marta Calvo, desde su inicio en la séptima sesión del juicio. La primera en comparecer ante la magistrada fue Esther Maldonado, que estuvo al frente de este grupo policial hasta finales de 2019. Esta explicó cómo la localización a través de la triangulación de las antenas de telefonía móvil permitieron determinar que el acusado por los asesinatos de Arliene Ramos, Lady Marcela y Marta Calvo, así como por intoxicar con cocaína presuntamente a otras ocho mujeres, estuvo en la avenida de la Plata donde apareció el cadáver entre las ocho y las once de la noche.

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Maldonado señaló que, tras el hallazgo del cuerpo de Lady Marcela, las pesquisas realizadas en un móvil Alcatel hallado en su piso y que esta utilizaba para contactar con los clientes, revelaron que un hombre que se hacía llamar Lucas Cárdenas había contactado con ella a las 19.18 para solicitar sus servicios sexuales iniciando una conversación que terminó una hora después, a las 20.15, cuando le dijo estar ya en la zona y le pidió que le indicara la puerta de la vivienda. «Subo», dijo él. Fue la última vez que Lady Marcela atendió un mensaje.

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«Pedimos registro de llamadas con posicionamiento e intervención de la línea –explicó la inspectora–. Una vez que se interviene. también accedimos al número de IMEI (un identificador único para cada teléfono móvil) que estaba utilizando esa tarjeta prepago y lo intervinimos también». Al intentar averiguar más datos sobre la línea, la Policía se dio con un muro. Lucas Cárdenas era un nombre ficticio utilizado para comprar la tarjeta, tenía una dirección ficticia y un DNI que correspondía a otra persona.

Lo que sí pudieron corroborar es que aquel teléfono había estado en la zona del crimen y que quien lo utilizaba iba a dormir «casi todas las noches a Manuel», localidad donde residía Jorge Ignacio. Eso ocurrió, según el relato la inspectora, en el mes de octubre de 2019. Es decir, semanas o días antes de que Marta Calvo desapareciera, el siete de noviembre.

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Sobre la investigación continuó ahondando, tras Maldonado, su sucesora en el cargo, Teresa Cocera, quien explicó que previamente, el 9 de abril, Jorge Ignacio había sido parado por una patrulla de la Policía Local, que comprobó que este llevaba tres teléfonos móviles, de los que anotaron el IMEI. Cuando esos IMEI acabaron en el sistema informático policial, el cruce de información reveló que uno de ellos había estado en la zona en que murió Lady Marcela la noche de los hechos, al igual que ocurría con el otro teléfono asociado a Lucas Cárdenas. lo que les llevó a conectar ambas identidades.

La inspectora relató que tras la difusión de las imágenes de la casa de Jorge Ignacio en televisión, una mujer acudió a la Policía para declarar que ese era el lugar al que la había llevado uno de sus clientes. También detalló su solicitud de la práctica sexual de la 'fiesta blanca', el mismo modus operandi que se había identificado en otros casos. Fue entonces cuando tras lo sucedido con Marta Calvo, la investigación se volcó en la forma de actuar del acusado.

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«Le hicieron daño por gusto»

En la sesión también testificaron los policías locales y nacionales que llegaron en primer lugar a la vivienda de Lady Marcela y la mujer que le alquilaba la vivienda para la práctica de la prostitución. «Yo la llamaba y no me contestaba, empecé a llamarla por la noche, no recuerdo la hora y al día siguiente, como no me contestó, cogí un taxi y fui para allá. No era normal que no contestara al teléfono», rememoró la testigo. Al llegar al piso, vio sus piernas en la cama a través de la puerta entreabierta. «Pensé que estaba con alguien y no quería entrar. Al final entré y la vi desnuda, boca arriba». Tras llamarla y comprobar que no contestaba marcó el número de su pareja sentimental y el del 112 para avisar de lo que había pasado. En la habitación había una botella, dos vasos, algo que parecía marihuana y una pipa de fumar, según señaló. También dijo que Lady Marcela había llegado al piso unos 15 días antes de los hechos y que ya planeaba abandonarlo el lunes siguiente, tres días después de su muerte. «Ella se iba a ir a Murcia. Le habían dado otro sitio», afirmó.

Otro de los asuntos que abordó fue la conversación que la testigo tuvo con el padrastro de Lady Marcela tras el suceso. «Hablamos sobre la repatriación del cuerpo. Estábamos pendientes de los trámites con el consulado de Colombia». «Él me dijo que ella estaba muy feliz, que la veía muy contenta». «Ella no hacía daño a nadie, luchaba por sus hijos… Que alguien le haga daño así, por gusto, matar por matar…», dijo antes de ser reprendida por la magistrada, que le pidió que no realizara valoraciones. «Si algo le pasó, fue en contra de su voluntad», apostilló la testigo.

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Según el relato de los policías que llegaron al lugar la mañana del 15 de junio, Lady Marcela tenía «espuma en la boca» y parecía llevar muerta varias horas. Esther Maldonado señaló que recibió una llamada del Instituto de Medicina Legal de Valencia que realizó la autopsia. «Habían visto algunas cosas que no les cuadraban». Había «marcas de erosiones en ambos lados de la cara con forma semicircular» y otras señales que los médicos identifican como compatibles con «una asfixia por sofocación obstruyendo la boca y la nariz».

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