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J. A. Marrahí
Domingo, 10 de septiembre 2023, 01:01
La desgracia de Marruecos vuelve a remarcarnos un peligro del que la Comunitat no está exenta: el de los terremotos. Como explican desde Emergencias de la Generalitat, la región «está situada en un área de actividad sísmica moderada a escala mundial, pero de relativa importancia en la Península Ibérica».
Y el riesgo crece en las comarcas más meridionales de nuestro territorio, el sur de Alicante. La mayor peligrosidad sísmica se concentra en la comarca del Baix Segura, ya cerca de Murcia que ya sufrió el azote de Lorca. En el pasado, «zonas de nuestro territorio se han visto afectadas por grandes terremotos», remarca el organismo autonómico. Como el de Torrevieja, que el 21 de marzo de 1829 causó cientos de muertos y heridos y destruyó la mayor parte de las viviendas.
Para medir la magnitud, es decir, la fuerza o energía liberada por los terremotos, se utiliza la escala de Richter. Pero los daños producidos dependen de muchos otros factores, entre ellos el tipo de terreno y la calidad de las construcciones. Para medir la intensidad o los daños, se emplea la escala Escala de Intensidad Macrosísmica Europea (EMS-98), que abarca desde el grado I, el más ligero, hasta el XII, considerado como destrucción total. A partir de los grados VI y VII empiezan a producirse daños importantes.
Y sí, hay zonas de la región bajo la sombra de esos riesgos. En concreto, ahondan, los grados de intensidad sísmica que afectarían a Valencia y Alicante serían desde VI hasta X. Siempre en caso de producirse los terremotos más graves esperados (para un periodo de retorno de 500 años). Existen 327 municipios valencianos con una intensidad igual o superior a VII. De ellos, 136 están en Alicante y 191 en Valencia. En esta tesitura, la Generalitat, a través de Emergencias, ha confeccionado una serie de consejos para la población.
En primer lugar, y si vives en zonas con riesgo, asegura al suelo o paredes las conducciones y bombonas de gas, y los objetos de gran tamaño y peso (como estanterías o armarios) que puedan caerse o volcarse.
Se aconseja tener a mano, en un lugar conocido por toda la familia, una linterna, un botiquín y un sistema que te permita comunicarte (radio, teléfono). «Ten un especial cuidado con la ubicación de los productos tóxicos o inflamables a fin de evitar que se produzcan derrames», inciden en Emergencias.
Otra clave es revisar y reforzar chimeneas, cornisas o balcones, pues son las partes de las edificaciones que primero se pueden desprender. También las instalaciones que puedan romperse, como electricidad, conducciones de agua, gas y saneamientos.
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Elísabeth Rodríguez
La duración de un temblor es variable. «Un terremoto puede durar desde unos pocos segundos hasta algo más de un minuto», estiman los expertos del 112. Si es grande primero se notará una perturbación moderada, las llamadas ondas P. Luego vendrá lo peor. El suelo vibrará violentamente y posiblemente perderemos el equilibrio o será imposible moverse. Numerosos objetos caen mientras ventanas y puertas se abren y cierran violentamente.
Aconseja la Generalitat lo más difícil: «Mantener la calma y no dejarse dominar por el miedo». En ningún caso hay que gritar: «¡Es un terremoto!». Puede alimentar el miedo. Mejor alertar: «¡A cubierto!», que podría ayudar a que alguien se salve situándose en un lugar seguro.
Los siguientes pasos dependerán de dónde se encuentre cada habitante del territorio afectado. Si nos sorprende dentro de un edificio se aconseja continuar dentro hasta que acabe el terremoto. Aléjate de todo objeto que pueda caer encima. También de ventanas o espejos cuyo cristal pueda estallar y cortar. Al mismo tiempo, evita pasar debajo de puertas con ventanales encima del marco de la puerta. La mejor solución es buscar una mesa o mueble sólido y quedarse debajo. En el dormitorio, bajo la cama hasta que pase el terremoto.
Si te encuentras en un pasillo, un pilar, una esquina de la sala o el marco de una puerta (siempre que no tengan un ventanal encima) «siéntate en el suelo, flexionando y levantando las rodillas para cubrir el cuerpo y proteger la cabeza con las manos». Si tenemos un casco, cojín o algo a mano con lo que cubrir la cabeza es bueno hacerlo.
Bajo ningún concepto hay que usar el ascensor. Es muy posible que se averíe y nos quedemos atrapados. Y si el temblor nos sorprende en la cocina Emergencias aconseja «salir inmediatamente». Es el cuarto más peligroso de la casa por el gran número de objetos que pueden caer de los armarios.
9,5 ---
Benijófar, Rojales, Torrevieja, Los Montesinos, Formentera del Segura.
9 ---
Almoradí, Benejúzar, Bigastro, Callosa de Segura, Catral, Cox, Crevillent, Daya Nueva, Daya Vieja, Dolores, Elche, Guardamar del Segura, Orihuela, Rafal, Redován, San Fulgencio.
8,5 ---
Albatera, Algorfa, Benferri, Cocentaina, Granja de Rocamora, Jacarilla, San Miguel de Salinas, Santa Pola, Pilar de la Horadada, San Isidro, Alberic, Alcàntera del Xúquer, Antella, Aielo de Malferit, Bellús, Beneixida, Benigànim, Canals, Càrcer, Cotes, Gavarda, la Granja de la Costera, Xàtiva, l'Olleria, El Palomar, Rotglà i Corbera, Sant Joanet, Sempere, Vallés, Castelló.
En un edificio público, como un supermercado o cine, no hay que correr despavoridamente hacia la salida. «Se puede crear una avalancha humana que, con toda probabilidad, provocará más heridos que el propio terremoto», razonan los técnicos.
En el cine o el teatro el consejo es echarse al suelo, de rodillas, cubriendo cabeza y cuello con las manos. Procuraremos, además, realizarlo en el hueco de nuestra butaca, de manera que el resto de personas puedan hacer lo propio en sus respectivos huecos.
En espacios con estanterías, como bibliotecas, archivos o supermercados, la instrucción es salir de los pasillos y agacharse del mismo modo: de rodillas, cubriendo la cabeza y cuello. Pero hay que permanecer junto a los laterales de las estanterías. En el colegio, la opción pasa por arrodillarse debajo del pupitre, con un libro sobre la cabeza.
Los seísmos sorprenden a otros dentro de vehículos. ¿Qué hacer? «Detenlo lentamente en el arcén de la carretera y no pares nunca debajo o sobre la plataforma de un puente. Tampoco junto a postes, edificios degradados o zonas de desprendimientos», aconseja Emergencias. E igual que en casa, «no salgas hasta que termine el terremoto», pero procura no bloquear la carretera.
En el caso de que el movimiento telúrico sobrevenga mientras caminamos por la calle, la reacción debe ser alejarse de edificios, carreteras, postes o árboles y caminar en busca de sitios abiertos. ¿No los hay? Entonces «cúbrete en el zaguán de la casa más próxima, preferentemente bajo el marco de la puerta de entrada, sin penetrar en el patio o rellano de la vivienda».
La Generalitat también expone una serie de recomendaciones para cuando ha pasado el terremoto, pues el peligro persiste de otras maneras. Si estamos en casa y no hay luz natural, no encender interruptores o velas porque podría haberse producido una fuga de gas y sería arriesgado por posible deflagración. Mejor usar una linterna.
Segundo paso: cierra la espita del gas, el suministro de luz y el agua. Si aprecias un escape de gas «no cortes la luz; al hacerlo puede saltar una chispa que prenda el escape». De igual modo, no utilices aparatos eléctricos por el mismo motivo.
La Generalitat aconseja no abandonar la vivienda si no se observan daños serios en ella. Una reacción casi instintiva es asomarse a ventanas o balcones para ver cómo está el exterior, pero hay que evitarlo «porque podrían fallar con el peso».
Si fuera necesario evacuar la vivienda, mejor hacerlo todos los miembros de la familia conjuntamente, siempre por escaleras y nunca por ascensor. Tenemos que alejarnos de cables rotos o caídos y vigilar que los niños no se acerquen a ellos.
En el caso de encontrarnos con personas gravemente heridas «es mejor no moverlas y esperar a los equipos de rescate a menos que sea necesario», apunta el organismo autonómico.
En la región existen normas arquitectónicas que exigen más garantías para los edificios que se ubican en los puntos de más peligro. Son los edificios 'antiterremoto' valencianos. Aplican recursos constructivos como uniones reforzadas, pilares más gruesos o una mayor carga de acero.
La peor situación posible es acabar bajo escombros o muros desplomados, ya sea en espacios relativamente amplios o estrechos. En el primer caso, Emergencias aconseja procurar escapar por los huecos existentes. Si fuera posible es bueno usar una linterna para realizar señales sobre la ubicación. Segundo consejo: evitar movimientos innecesarios para no inhalar polvo.
«Cúbrete la nariz y la boca con lo que tengas a mano, pues el tejido de algodón denso puede actuar como un buen filtro», indica el 112. El siguiente paso es hacer ruido en una tubería o pared para que los rescatadores puedan escucharnos. «Si es posible, utiliza un silbato o sonido fuerte para realizar señales a los rescatadores». Pero, cuidado, «grita sólo como último recurso, pues la fuerza y la ansiedad pueden hacer inhalar cantidades peligrosas de polvo».
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