Dos víctimas declaran que el homicida de Marta Calvo las drogó a traición en citas sexuales

Dos mujeres que tuvieron sendas citas sexuales con Jorge Ignacio P. J., el narcotraficante acusado de matar a Marta Calvo y otras dos jóvenes, declararon ayer ante el juez que el presunto asesino en serie las drogó «a traición» al introducirles pequeñas piedras de cocaína en sus genitales sin su consentimiento. Las dos víctimas tienen 35 y 44 años, son españolas, ejercen la prostitución en Valencia y manifestaron que sintieron miedo cuando empezaron a encontrarse mal por la intoxicación de droga.

El encuentro sexual entre Jorge Ignacio y la mujer de 44 años tuvo lugar el 25 de octubre de 2019 en un piso de la calle Donoso Cortés en Valencia. La víctima explicó durante su declaración que al presunto homicida le gustaba ponerse cocaína en el pene, y que le introdujo en la vagina y el ano unas piedras de droga del tamaño de una lenteja. Tras darse cuenta, ella le dijo que no lo volviera a hacer y él negó haberle metido cocaína. Jorge Ignacio le pagó 440 euros por cuatro horas de servicios sexuales y le insistió mucho para que consumiera droga.

El 6 de noviembre de 2019, un día antes de la desaparición de Marta, el presunto homicida quedó otra vez con la misma mujer en la vivienda de la calle Donoso Cortés, aunque en esta ocasión estuvo muy pocos minutos en el piso. El individuo se desnudó y se comportó de forma agresiva porque quería mantener relaciones sexuales sin pagar. Ella le dijo que se fuera y él se marchó tras mirarla de forma amenazante.

Otra de las mujeres quedó con el presunto asesino en un hotel de Valencia tras contactar con él en una web de citas. Según su relato, Jorge Ignacio trató de introducirle dos veces cocaína en los genitales. Ella se sacó la droga y le recriminó su acción. Luego discutieron por el dinero, y la víctima aseguró que el individuo profirió una grave amenaza: «Yo no soy de pegarte, te voy a balacear», sinónimo latino de tirotear. La mujer se asustó entonces y huyó.

El abogado Juan Carlos Navarro, que representa a las dos declarantes y a otras dos víctimas fallecidas, atribuye un delito de tentativa de homicidio a Jorge Ignacio al considerar que puso en riesgo la vida de las dos mujeres cuando introdujo cocaína en sus genitales. Los letrados de las acusaciones coincidieron al afirmar que las declaraciones prueban el comportamiento repetitivo y criminal del hombre que mató, presuntamente, a Marta Calvo, Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas.

El juez también tomó declaración a una mujer colombiana de 41 años que habló por teléfono con Jorge Ignacio el mismo día de la desaparición de la joven de Estivella. La testigo recibió la llamada (el 7 de noviembre al mediodía) y un mensaje de wasap (la noche del 10 de noviembre) del presunto homicida pocas horas antes y tres días después de la muerte de Marta, respectivamente, pero no llegó a quedar con él.

Además de estas mujeres, dos compañeras de piso de Arliene Ramos, la víctima que falleció en un hospital, fueron citadas por el magistrado, pero sólo se presentó una de ellas en el juzgado. La testigo identificó a Jorge Ignacio como el último cliente de Arliene y el hombre que no la auxilió cuando comenzó a convulsionar. Los hechos ocurrieron el 25 de marzo de 2019 en el piso donde varias mujeres ejercían la prostitución en la Gran Vía Marqués del Turia de Valencia.

La víctima empezó a encontrarse mal y sufrió convulsiones cuando estaba en una habitación con el individuo, que se marchó sin auxiliarla, y murió días después en un hospital de Valencia. La fiscal Socorro Zaragozá acusa al presunto homicida de un delito de omisión del deber de socorro, pero el abogado Juan Carlos Navarro considera que Arliene pudo ser asesinada con la introducción de droga en sus genitales, la peligrosa práctica sexual que Jorge Ignacio repetía en sus citas. La autopsia detectó cocaína y benzodiacepina en el cuerpo de la mujer brasileña, aunque un informe del Instituto Nacional de Toxicología descarta una intoxicación aguda por drogas como causa de la muerte.