Adiós a un siglo de historia naval de Valencia

Las grúas y el desarrollo del puerto se han llevado por delante 105 años de historia naval, eso sí, con informes que autorizan el derribo de parte de las naves de la antigua Unión Naval de Levante, unos astilleros localizados en el interior del Puerto que fueron bombardeados en la Guerra Civil y reconstruidos en la posguerra. Parte del complejo será rehabilitado para ser utilizado como terminal de pasajeros.

Las grúas derriban estos días la antigua calderería. El Puerto insiste en que todos los trabajos son respetuosos con el complejo. Se basan, para ello, en un informe de la Cátedra Demetrio Ribes que admite que el espacio no es Bien de Relevancia Local. «Si bien es cierto que el conjunto industrial de Unión Naval debe entenderse como una unidad para preservar su contexto, la diferencia cronológica y el gran número de volúmenes de los que se compone hace complicada su conservación integral. Por esa razón, en caso de priorizar sería imprescindible conservar y mantener los elementos de mayor importancia del conjunto. Con ello se preservaría la memoria del astillero y se desvirtuaría lo menos posible su esencia», indica el documento firmado por Manuel Carreres y Luis Arciniega.

El informe, aprobado en el consejo asesor del Puerto en verano de 2018, dice que hay que respetar las cinco naves más cercanas al cantil, que forman parte del complejo original y de su ampliación en los años 40; las dos gradas conservadas (algunos vecinos aseguran que se ha derribado tanto una de las naves como, al menos, una de las gradas); el edificio de oficinas, la torre de agua y las grúas. El Puerto insiste en que todo se ha hecho con arreglo al informe.

Baleària, que aspira a ser concesionaria de la nueva terminal de pasajeros, invertirá más de 37 millones de euros en la infraestructura, que comprenderá unos 63.000 metros cuadrados y 13.462 de lámina de agua concesionada en los antiguos terrenos de la Unión Naval de Levante, entre el muelle de Poniente y el muelle del Espigón del Turia. En las antiguas instalaciones de UNL se ubicarán las terminales para pasajeros de línea regular y cruceristas, con espacios y operativas separadas e independientes. Se habilitarán cuatro muelles para ferries y cruceros.

Sin embargo, no han tardado en salir voces que ponen en duda los trabajos. La arquitecta Diana Sánchez Mustieles es una de las grandes conocedoras del patrimonio industrial de la ciudad. Este jueves ya alertó de que ha pasado «lo que ahora hay que lamentar». «Se ha derribado un porcentaje del conjunto. Cuando se toman estas decisiones, en el caso de un complejo completo, se seleccionan qué elementos se consideran de más interés y cuáles no y eso es un problema», indica Sánchez Mustieles, que recuerda lo sucedido en Tabacalera o en Agrónomos, donde los derribos se llevaron por delante estructuras que no estaban protegidas pero que formaban parte de complejos que sí lo estaban. La arquitecta explica que ella habría optado «por mantener el conjunto completo, con un uso para todas las naves». «En muchos casos lo que pasa es que como son necesarias parcelas y solares y se quiere hacer obra nueva... Se deja un conjunto incompleto con edificios que tienen mucho valor», lamenta.

«Estos conjuntos completos tienen un valor especial porque se entiende todo un esquema productivo. Si no, se termina descontextualizando», comenta Sánchez Mustieles. Sea como fuere, el Puerto defiende su actuación y ya pfrece hasta simulaciones de cómo quedará la nueva terminal, situada en unas naves que son historia de la ciudad.

• Temas
• Puerto de Valencia