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Una señora presenta el pasaporte Covid

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Una señora presenta el pasaporte Covid IRENE MARSILLA

El pasaporte Covid arranca a medio gas en la hostelería

La primera jornada se salda con diversidad de medidas a la hora de pedir a los clientes el carné de inmunización

Francisco Ricós

Valencia

Sábado, 4 de diciembre 2021, 12:21

Resta todavía un trecho, posiblemente hasta que empiece a haber inspecciones, para que mostrar el pasaporte Covid sea la condición sine qua non para entrar en un bar o un restaurante con capacidad para más de 50 personas. El primer día se salda con desigualdad. Como si hubiese empezado a funcionar a medio gas. No obstante, ya advirtieron desde el Consell que iban a dejar unos días para que empresarios, empleados y clientes se adapten a esta nueva realidad que llega para quedarse al menos 30 días.

No todo el mundo de la restauración que tiene la obligación de pedirlo lo hace, pero quien solicita el documento de inmunización lo hace a rajatabla y si no se lo muestran, no entran. «Con lo que hemos pasado todos estos meses, como para que ahora te pillen y te pongan una multa de hasta 30.000 euros», comenta Silvia, empleada de un restaurante de primera línea de la playa del Cabañal, 'Destino 56'.

Algún establecimiento ni siquiera tenía colocado a primera hora de la mañana el cartel de Stop Covid que indica la obligación de mostrar el pasaporte. Eso sucede en un concurrido, y con razón, local de almuerzos situado en el entorno de Juan Llorens, Abastos y Archiduque Carlos.

La mayoría sí tiene en lugar visible el papel que obliga a colocar Sanidad, aunque no todos reclaman el documento a sus clientes para poder entrar, como ha podido comprobar LAS PROVINCIAS en otro local tradicional de bocadillos y tapas, almuerzos y cenas, de la misma zona que el anterior.

Eso sí, a medida de que los establecimientos aumentan de caché, la exigencia del pasaporte Covid para los clientes se generaliza. Es el caso de los restaurantes del Paseo de Neptuno, en El Cabanyal, una zona de tradición en la gastronomía valenciana. Restaurantes de tronío reconocido que no tienen estrellas ni soles pero dan a los comensales una cocina valenciana con productos de calidad, como son la Marcelina, la Pepica, Neptuno, El Coso y unos cuantos más.

Hasta los extranjeros

La jornada inaugural del pasaporte Covid invitaba a acudir a estos locales al mediodía. Sol, unos 20 grados. A la hora de comer no hacía viento en la orilla de la mar. El agua estaba en calma... Y los comensales esperaban en la puerta de los locales, en el paseo marítimo, a que los empleados de los restaurantes les comprobaran su pasaporte Covid.

En estos locales suele haber casi siempre un empleado situado a las puertas del local, abierto al paseo marítimo, para invitar a los transeúntes a que entren a comer en su establecimiento. Este empleado, por lo general, es el encargado de comprobar la validez del pasaporte Covid, ya sean los potenciales comensales de Reino Unido, Alemania, Italia o de Madrid.

En Mediterránia, uno de los restaurantes de la zona, se acerca una pareja de británicos. Les piden el documento. Sacan sus móviles, les pasan el escáner y les acompañan hasta una mesa. «Ok. Come on», les dice la joven que les atiende.

«Ayuso no pide el pasaporte Covid en Madrid, pero Ximo Puig aquí, sí», afirma Miguel, del restaurante Destino 56

En Destino 56, un local acogedor que estaba bastante lleno a la hora de comer, su relaciones públicas, Miguel, relataba que la verificación del documento «retrasa la entrada» de los comensales a la sala, algo en lo que coinciden todos los trabajadores de la hostelería, y destacaba que, en general, no ha encontrado demasiados problemas.

Eso sí, relataba que ha topado con un par de turistas procedentes de la capital de España que no comprendían qué está pasando en la Comunitat Valenciana con el carné Covid. «'Es que Ayuso no lo pide en Madrid', me decían y les he respondido que Ayuso no lo pide en Madrid, pero Ximo Puig aquí sí».

«A pagar, la hostelería»

Silvia, compañera de Miguel en este restaurante, apuntaba que lo del pasaporte Covid se tendría que haber hecho efectivo «en toda España o en ningún lugar, porque la gente que viene de fuera a Valencia y en su tierra no es obligatorio, aquí se lía».

La joven apuntaba que a lo largo de toda la pandemia «al final siempre lo acabamos pagamos nosotros, la hostelería. Para que la gente se vacune, que me parece muy bien, nos obligan a la hostelería a hacer de policías y nosotros no tenemos autoridad para pedir a nadie el DNI», afirma la joven.

«A la gente, le gustará más o menos, pero al final, si quiere ir a una discoteca o entrar a un restaurante se tiene que vacunar y sacarse el pasaporte Covid. Y temo que esto ha venido para largo. Nosotros lo cumplimos de manera exhaustiva. No nos queda otra», reflexiona Silvia mientras se da un respiro en la orilla del paseo marítimo.

La aventura del carné Covid empezó en los bares y restaurantes a primera hora de la mañana, con los almuerzos. «Ayer (el viernes) pusimos los carteles de Stop Covid y los clientes ya venían enseñándolo», comenta José a las 10 de mañana mientras prepara un bocadillo en un local de solera. «Lo único malo es que esto es una pérdida de tiempo. Estamos solo dos personas. ¿Qué hago? ¿Dejo los almuerzos? ¿Cómo trabajamos?», se pregunta en voz alta sin parar de cocinar.

Los empleados se quejan de las colas a las puertas de los locales por tener que leer el código QR y ver el DNI de los clientes

El local interior está medio lleno, pero la terraza está a rebosar. Fuera no hay ningún problema en que el cliente no muestre su carné Covid. Pero dentro tampoco lo piden. «Mi jefe está pensando como lo hacemos», apunta José.

Sin vigilancia policial

Hacia Tres Forques y Archiduque Carlos un par de policías locales salen de un bar. En la puerta hacen cola unas 15 personas, ansiosas por dar buena cuenta de un buen bocadillo, 'cacaus del collaret' y un 'cremaet'. No hay ningún cartel que advierta de la obligación de presentar el pasaporte Covid. La pareja de guardias locales charlan con una señora junto a la terraza atestada de comensales. Uno de los policías comenta que de momento no están vigilando que los establecimientos hosteleros pidan el certificado Covid y se marchan a realizar un servicio a Benimàmet.

Casi enfrente de este templo del almuerzo valenciano, otro afamado local pide sin problemas el certificado. Luis, empleado del local, asesora a un chaval que quiere entrar con su abuelo a almorzar. Descargan el documento, lo escanean, enseña el joven su DNI y entra al local.«Si queréis pasar al interior tenéis que mostrar el pasaporte. Si no, a la fresca», comenta risueño Luis. «La gente se está comportando, pero es una pérdida de tiempo. ¿Pero esto se aplica también en supermercados y centros comerciales, no? Allí se juntan más de 50 personas». Le explicamos grosso modo que no, que es para lugares donde la gente se quita la mascarilla. «Pues no me parece bien. Ya verás a la hora de comer el lío que tenemos».

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