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La Asociación de Técnicos de Emergencias Sanitarias, dedicados sobre todo a la conducción de ambulancias, ha enviado una carta al concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, para hacerle llegar la preocupación de la entidad desde las modificaciones de la calzada en las avenidas Burjassot y Reino de Valencia, que se han quedado en un carril por la reserva de espacio para un carril bici delimitado por bordillos.
El argumento es la «reducción de carriles de circulación y la obstaculización para acceder a las aceras a causa de la delimitación con bordillo en vez de con separadores de caucho como el de los carriles bus, lo que provoca que para poder salvarlos haya que hacer muchas maniobras en una avenida muy estrecha».
Las obras de ambos carriles están muy adelantadas y forman parte de los presupuestos participativos, la primera propuesta por los vecinos y la segunda por el gobierno municipal. El pasado viernes, el grupo Ciudadanos estuvo repartiendo de nuevo folletos a conductores y vecinos para que supieran de esa circunstancia. Los conductores alegan en su escrito que «la problemática añadida es que las ambulancias son vehículos muy largos, además de que algunas patologías que se trasladan no admiten saltos o movimientos bruscos. La mayoría de las veces nos toca aprovechar el espacio abierto que se deja para la salida de los garajes, pero obstaculizamos los accesos para el perjuicio de estas personas, que lejos de entender que se trata de un servicio urgente y prioritario, en la mayoría de ocasiones somos increpados, insultados e incluso amenazados. No poder utilizar el segundo carril para efectuar una parada y realizar el servicio, porque ahora es un carril bici, hace que nos tengamos que desplazar mucho del lugar exacto del incidente para no obstaculizar la vía a los demás».
Esto supone un «inconveniente tanto para la propia asistencia como para la intimidad del paciente. Esta asociación no está en contra de los carriles bici. Nos parece muy bien que una gran ciudad como Valencia sea mucho más amable con la movilidad de los ciudadanos, pero aquellas medidas que se toman y afectan a los servicios tan indispensables como los de emergencias se deberían haber estudiado antes».
Otro de los problemas detectados los últimos años son «las rampas de acceso al jardín del viejo cauce, donde se suelen producir muchos incidentes. También son un problema porque cada vez quedan menos abiertas, ya que se están bloqueando con bolardos fijos. Necesitamos acceder al río por el acceso más cercano al incidente, ya que recorrer mucho tramo por el interior con la ambulancia es muy complicado: los ojos de los puentes, los árboles, los usuarios del jardín que muchos van con auriculares de música y no nos oye, todo esto ralentiza y nos dificulta nuestro trabajo».
Por este motivo reclaman que a la hora de planificar el trazado de un carril bici «se tenga en cuenta a los servicios de emergencias. Que estudien utilizar separadores entre el carril bici y la calzada menos agresivos en avenidas donde solo quede un carril para la circulación de vehículos y que se nos facilite un plano con los accesos abiertos aptos en el jardín del Turia». Desde la entidad añaden la urgencia de recibir del Consistorio «ante la inminente llegada de las Fallas un plano con los cortes de calles y avenidas ya sea por monumento o carpa».
Movilidad en valencia
La asociación ha presentado también alegaciones a la ordenanza de Movilidad, ahora en periodo de exposición al público. Así, indican que todos los días se enfrentan al «problema de circular entre el tráfico de Valencia. Los vehículos de transporte sanitario necesitamos movernos con agilidad por la ciudad y esta necesidad, tanto cuando vamos hacia la emergencia, como cuando regresamos hacia nuestras bases, radica en las características del servicio y la zonificación de las unidades. Necesitamos regresar rápido a nuestras áreas de acción para atender de una manera más rápida el siguiente incidente sanitario».
La alegación abunda diciendo que las ambulancias TNA que «realizan traslados de pacientes sin urgencia también precisan de mayor movilidad para que los pacientes, muchos de ellos con patologías crónicas, pasen el menor tiempo en el interior del vehículo y eviten llegar tarde a las citas previstas como pueden ser rehabilitación, diálisis, etc. También que el vehículo quede libre antes repercute en menor espera del resto de usuarios que esperan».
Por esta razones reclaman el permiso para circular por los carriles destinados a taxis y autobuses, que se «nos permita su utilización tanto cuando se vaya en servicio de urgencia, identificado con luces o sirenas, como cuando vayamos de vuelta a nuestras zonas de influencia aunque no tengamos prioridad en su uso sobre taxis y autobuses».
La asociación plantea que esta autorización se haga extensible a todos los vehículos de emergencias. «Como medida complementaria, proponemos que en avenidas con más de dos carriles en un mismo sentido y que no tengan uno para transporte público, quede marcado uno con símbolo o leyenda con el fin de que los conductores de los demás vehículos lo dejen libre ante la presencia de ambulancias».
El pasado 30 de octubre, la multinacional Lime acordó con el Consorcio Valencia 2007 la colocación de 250 patinetes eléctricos durante tres meses, dentro de un programa piloto con el que la empresa pretendía un segundo intento de implantarse en Valencia, tras el fallido unos meses antes por el decomiso de los aparatos, al carecer el Consistorio de la regulación necesaria.
Ese acuerdo sigue pendiente de ejecutar debido a «unos trámites» que debe cumplir la empresa, indicaron fuentes del Consorcio. Se trata de un proyecto piloto aprobado por la comisión delegada y que resulta «interesante para La Marina por diferentes cuestiones. Por una parte, favorece la movilidad sostenible de norte a sur, en un recinto con más de un millón de metros cuadrados de superficie. Por otra, los datos y usos que se concluirán de esta prueba ayudarán a nutrir los estudios de movilidad», indicaron entonces. La iniciativa se enmarca en La Marina de Valencia Living Lab, un ecosistema experimental abierto que permite testar, en un entorno controlado, productos y proyectos susceptibles de ser aplicados después en la ciudad.
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