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Los apartamentos turísticos ya copan los límites de la ciudad, allí donde Valencia no parece tener demasiado atractivo para los visitantes pero donde hay espacio libre para instalar viviendas turísticas. Es lo que ha pasado en la calle Archena, en el barrio de Soternes. Aquí, ... donde Valencia se convierte en Mislata en apenas una calle, los vecinos de una comunidad han tenido que imponer decenas de restricciones draconianas a los propietarios de cinco locales reconvertidos a pisos para reducir la temida afluencia de turistas.
La calle Archena no está exenta de atractivos turísticos. En puridad, sí, claro: no es más que una calle de unos pocos metros. Pero se encuentra a tiro de piedra del parque de Cabecera, Bioparc y el Jardín del Turia y muy cerca de varias líneas de EMT y de la parada de metro de Nou d'Octubre. Es por eso que un empresario ha decidido reconvertir varios locales en cinco viviendas turísticas. Incluso ha dividido el patio de luces en varias parcelas para crear terrazas interiores. Es por eso que los vecinos se han movilizado.
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Mientras las obras continúan a pie de calle (son características: desaparecen las persianas y los escaparates se convierten en paredes opacas), los vecinos han decidido imponer muchas restricciones al propietario de los pisos. Los inquilinos no podrán poner toldos, ni hacer barbacoas ni paellas en el patio interior. El dueño no podrá instalar aire acondicionado (lo cual, a nivel de calle en Valencia, hace prácticamente inviable la vida en verano). Tampoco se puede poner música después de las 23 horas y el dueño, u otra persona, tendrá que ir a dar la llave en mano: no se podrá habilitar el acceso, que se hará por el interior del edificio, a través de un código. Los residentes creen que estas limitaciones complicarán tanto el disfrute de los apartamentos que conseguirán que el propietario desista en este modelo de negocio.
No es la primera vez que los apartamentos llegan a barrios alejados del centro. En Patraix son un problema desde hace semanas y en Nou Benicalap, hay entornos, sobre todo la zona más cercana a Ciudad Fallera y a la ronda norte, donde la práctica totalidad de los bajos son apartamentos turísticos. Ahí, como pasa en Archena, no hay locales comerciales, más allá de una farmacia cercana y una tienda de productos latinoamericanos. En Nou Benicalap lo más cercano es un supermercado de grandes dimensiones. Estas zonas, lejos del centro, tiene como denominador común un bajo precio de los locales y buenas conexiones con la plaza del Ayuntamiento y las playas, lo que hace que sean muy apreciadas por los visitantes de la ciudad.
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