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El presidente de la Autoridad Portuaria, Aurelio Martínez, valoró este martes por primera vez la petición de la Generalitat de que la Marina de Valencia se convierta en un puerto autonómico, una iniciativa lanzada por el presidente del Consell, Ximo Puig, el pasado 29 de mayo. El primero dijo en el transcurso de la apertura de una exposición sobre el medio ambiente en la Casa del Reloj que no lo ve «imposible, pero nos excede; es una decisión del Gobierno, pero confieso que es complicado porque es dominio público portuario del Estado».
La consellera de Política Territorial, Rebeca Torró, reafirmó el 30 de mayo tras el consejo rector que aprobó la liquidación y disolución del Consorcio Valencia 2007 la voluntad de la Administración autonómica de convertir la Marina en un puerto autonómico, algo que supone una serie de trámites. El primer paso es una solicitud formal a Puertos del Estado, que dijo iba a ser inmediata.
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Una vez superado esta fase y la del Ministerio, el Consejo de Ministros debe dar luz verde a la segregación de la Marina del puerto comercial. Para ello, el Consell se apoya en un artículo de la Ley de Puertos del Estado que lo permite, aunque nunca se ha aplicado.
Martínez no añadió nada más, salvo que se trata de una decisión en la que la Autoridad Portuaria no tiene ninguna competencia. La normativa dice que las actividades de los dos puertos deben estar separados, lo que ocurre, aunque lo mismo pasa por ejemplo en Barcelona y Bilbao, por lo que otras fuentes insistieron en el 'efecto dominó' que puede causar la petición de Puig.
En todo caso se trata de un proceso largo y mientras, los asuntos de la Marina serán gestionados por el Ayuntamiento de Valencia de común acuerdo con el Puerto, según explicó el alcalde Joan Ribó tras el consejo rector. Este martes se vivió un nuevo ejemplo con la firma de un convenio para la instalación de un árbol solar en la rotonda de las banderas, el acceso a la dársena desde el paseo marítimo.
El convenio permitirá la construcción de un árbol solar para recarga de pequeños vehículos eléctricos como bicicletas y patinetes y otros dispositivos como teléfonos y ordenadores portátiles. El concejal de Emergencia Climática, Alejandro Ramon, destacó que el proyecto busca «acercar la energía renovable a pie de calle».
La instalación tiene forma de árbol, simulando ramas y hojas que albergan los paneles fotovoltaicos. Ocupará una superficie de 40 metros cuadrados, aproximadamente, del dominio público portuario. Tendrá una potencia de 3,84 kWp con una producción máxima de 5.313 kWh al año. Dispondrá de 12 tomas eléctricas para la recarga de pequeños vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos.
El presupuesto del proyecto asciende a 68.568 euros. Ramón destacó que «la mayoría de las instalaciones de energía renovable se sitúan en los tejados y quedan invisibilizadas. Lo que queremos es precisamente dar visibilidad a esa alternativa de energía renovable como son las placas solares». El concejal señaló que el dispositivo tiene una arquitectura singular y servirá también para «promocionar y dar a conocer las Oficinas de la Energía».
Esta instalación forma parte de un proyecto más amplio, seleccionado por los vecinos en el proceso de votación Decidim, que contempla la puesta en marcha de cuatro árboles solares. La climatología de Valencia es idónea para este tipo de instalaciones. Del estudio llevado a cabo para la realización del proyecto se desprende que el árbol solar que se va a instalar en el paseo marítimo estará disponible al 99%. Es decir, tan solo cuatro días al año no será capaz de cubrir su carga objetiva.
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