El Ayuntamiento aprueba la limpieza y restauración de las esculturas y la fuente de Cánovas

Es una obras modesta, de apenas 35.000 euros, aunque es una de las fuentes con esculturas más singulares de Valencia. El Ayuntamiento invertirá esa cantidad en la limpieza y rehabilitación de las cinco esculturas de bronce de Benlliure, los pedestales de piedra y el vaso de la fuente que forman el conjunto situado en la plaza Cánovas del Castillo, en el Ensanche.

Como criterio general, no se aplicarán tratamientos sin avalar por estudios o análisis previos, se mantendrá siempre la pátina original y no se utilizarán productos abrasivos ni ningún otro que pueda alterar las esculturas. Si alguna de las piezas precisa protección, se emplearán barnices o ceras.

La restauración que se va a llevar a cabo pretende recuperar las condiciones óptimas que precisen las esculturas de bronce, además del resto de elementos. Incluye la limpieza, tratamientos de protección de superficies y acabados, reparación y reintegración de pequeños daños y revisión de uniones y fijaciones de componentes y anclajes.

El Ayuntamiento, agradecido al marqués de Campo por las mejoras que realizó en la ciudad cuando fue alcalde en 1843, decidió erigirle, aún en vida, un monumento designándose para realizar las esculturas al escultor Mariano Benlliure. Se levanta sobre la base de unas escalinatas octogonales que rodean el vaso de la fuente. En las mismas se incrustan unos pedestales que forman una cruz curvada en sus encuentros, donde se colocan las 5 esculturas de bronce. En el centro, un pedestal de gran altura donde se halla instalada la figura del marqués de Campo con su hijo.

Lo que desconocen muchos viandantes que pasean por la Gran Vía Marqués del Turia es que las cuatro estatuas que descansan sobre pedestales simbolizan las más destacadas empresas del famoso valenciano: el ferrocarril, representado por un hombre que se apoya en una rueda de locomotora; la navegación, por una matrona sobre un timón; el gas, por un joven portador de un mechero, y, la Caridad, una monja leyendo a unos niños.