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Vivir encima de una terraza puede ser una experiencia placentera o un auténtico infierno. Si esa terraza está llena todo el día de cientos de ... personas que beben alcohol a precios irrisorios, sin duda el caso es el segundo. Es lo que ocurre en la plaza del Cedro, donde los vecinos están tan hartos que le han pedido al Ayuntamiento que reduzca las terrazas. Aseguran que la alcaldesa lo prometió. El Consistorio lo niega: dicen que sólo era una de las ideas que se podían estudiar, aunque aseguran que ahora no están e esa opción. Lo que sí se plantean es reducir el horario de apertura, más allá de la media hora de recorte que se acometerá después de Pascua.
El Ayuntamiento sabe que en los entornos de las plazas del Cedro y de Honduras tiene un problema. Y gordo. Sea por la presencia masiva de estudiantes, sea por terrazas de gran tamaño, sea por la venta de alcohol a precios reducidos que los residentes achacan a un determinado número de locales, lo cierto es que los decibelios en la zona siempre son demasiados. Tanto que ambos entornos están a la espera de que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana decida si hay o no que aplicar la Zona Acústicamente Saturada (ZAS), una fórmula legal que no seduce al Consistorio (ni a este ni al de antes).
Para evitarlo, desde la concejalía de Contaminación Acústica han puesto en marcha varias medidas, como han hecho en Ruzafa. En Honduras hablan de presencia policial e inspección de locales constante, mientras que en el Cedro se acometerá en las próximas semanas una reducción de los horarios de las terrazas. Según fuentes municipales, desde el 1 de marzo al 31 de octubre, en la zona del Cedro las terrazas podrán estar abiertas de 8 a 0.30 horas del día siguiente y hasta la 1 los viernes, sábados y las vísperas de festivo. Durante los meses de enero, febrero, noviembre y diciembre, el horario será de 8 horas a medianoche. Ahora, el Consistorio estudia adelantar este cierre, lo que permitiría mejorar el descanso de los vecinos.
Confían en que así el problema del ruido se reduzca. Los residentes no las tienen todas consigo. De hecho, han organizado concentraciones, manifestaciones y marchas en la zona para visibilizar la cuestión, aunque la realidad es que cualquier vecino de la zona sabe que el ruido es un problema grave. Las asociaciones creen que la única solución efectiva es la reducción de las terrazas, pero lo cierto es que esa medida no parece haber surtido el efecto deseado en el barrio de Honduras, donde las quejas vecinales se mantienen. Claro que el cierre adelantado de terrazas tampoco, dado que en Ruzafa ciertas entidades, como Russafa Descansa, estudian acudir a la vía penal contra el Ayuntamiento ante las molestias generadas por la noche.
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