El Ayuntamiento de Valencia ha decidido ponerse manos a la obra con uno de los caballos de batalla más importantes que tiene la concejalía de ... Movilidad: la coexistencia entre peatones y otros medios de transporte. El primer trimestre de 2024 será importante a este respecto, porque será entonces cuando el departamento que dirige Jesús Carbonell espera tener terminado el informe sobre la seguridad de los carriles bici de la ciudad y entonces podrá intervenir en algunos de los más polémicos, como el de Reino de Valencia, el de las grandes vías o el de la avenida de la Constitución. Además, intensificará la vigilancia de ciclistas y conductores de vehículos de movilidad personal (VMP), los conocidos patinetes eléctricos, en zonas peatonales.
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Para el nuevo equipo de gobierno del Consistorio, el peatón está en el centro de la movilidad. Lo han dicho por activa y por pasiva, como también hicieran PSPV y Compromís, pero a tenor del PP, la izquierda no hizo honor a sus declaraciones. Tanto es así que el concejal de Movilidad, Jesús Carbonell, explicó en el pleno de la pasada semana que pronto iba a haber novedades al respecto. Según ha podido saber LAS PROVINCIAS, los técnicos ultiman estas semanas el informe sobre la seguridad de los carriles bici. Estará listo antes de Fallas, a lo largo del primer trimestre de 2024. Será entonces, se prevé, cuando se actúe en determinados enclaves de la ciudad. Carbonell está obsesionado, si se entiende la palabra, con que cualquier actuación que lleve a cabo en estos asuntos tan sensibles cuente con informes de seguridad especializados que den cobertura legal a las intervenciones en la vía pública.
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Aunque se desconoce el contenido del mismo, fuentes conocedoras han explicado que los tres carriles bici más polémicos, por distintas razones, son los de Reino de Valencia, grandes vías Fernando el Católico y Ramón y Cajal y la avenida de la Constitución. El objetivo del documento es identificar si los carriles bici son peligrosos para los peatones o el resto de usuarios de la vía, incluidos los propios ciclistas. En el caso del primero, el mismo Carbonell ha dicho que aunque el informe concluya que es seguro, intervendrá si es necesario porque la vía suele estar saturada. De hecho, ha llegado a verse a vehículos de emergencia por el carril bici debido a un atasco en el único carril para coches que queda. La intervención en la zona incluyó la eliminación del giro en las grandes vías, por lo que para acceder a Marqués del Turia hay que ir por Martí, lo que provoca embotellamientos.
En el caso del de las grandes vías, concretamente Ramón y Cajal y Fernando el Católico, el PP ya ha insistido en varias ocasiones en que es peligroso. El mismo Ribó reconocía que no era un carril para principiantes y, como le recordó el PP en campaña, no se lo recomendaría ni a sus nietos. Se da por hecho que Movilidad lo eliminará, pero es cierto que se creía que eso iba a ocurrir rápidamente. No ha pasado. Como tampoco ha habido demasiados accidentes de gravedad, lo que podría dar cuenta de su seguridad... o del poco uso que tiene el carril. El mapa de intensidades ciclistas que ofrece el Ayuntamiento de Valencia no da datos de las grandes vías. En Constitución, el carril es problemático porque va por el centro de una rotonda de mucho tráfico, como es la de la confluencia de esta avenida con Primado Reig.
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No se sabe qué va a pasar con estos viales. Fuentes conocedoras han explicado que alguno de ellos, como el de las grandes vías, podría revertirse en pro de un proyecto especial para construir un carril bici «de verdad», proyecto, cabe recordar, descartado por Compromís porque supondría eliminar un carril de circulación en el segundo anillo de la ciudad, uno de los que más circulación asume sobre todo desde la construcción del anillo ciclista en la ronda interior.
Y luego está la cuestión de la protección de los peatones. Aunque la ordenanza de movilidad es clara respecto a por dónde pueden circular bicicletas o patinetes (nunca por aceras y en zonas peatonales únicamente a velocidad humana), a la hora de la verdad esta norma no se cumple siempre. La culpa, en parte, lo tiene la falta de celo de la Policía Local. El mismo Carbonell reconoció en una entrevista con este diario que no dispone de cinemómetros para medir la velocidad de ambos vehículos. Bueno, falso. Tiene uno que puede comprobar cómo de rápido circulan las bicicletas.
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La prioridad, así, para la Policía Local será en 2024 las multas a estos vehículos y a cualquier otro que complique la circulación de los peatones. Fuentes municipales insisten, y mucho, en que la vigilancia sobre los coches no se va a reducir, pero se va a intensificar sobre los medios de transporte que comparten espacio con los peatones. Para ello se aumentará la presencia policial en entornos eminentemente para viandantes, como los alrededores de la plaza del Ayuntamiento, lo que también pretende dar respuesta a las constantes reclamaciones de las distintas asociaciones de vecinos, así como de la federación, que han pedido en varias ocasiones un control de los VMP y bicicletas que discurren por calles peatonales.
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