El Ayuntamiento paga para poner fin al conflicto de Tabacalera 18 años después

El conflicto de Tabacalera toca a su fin. Para ello, eso sí, el Ayuntamiento ha tenido que claudicar. El Consistorio ha decidido desistir del recurso interpuesto a la sentencia que daba la razón a los vecinos de Penyarroja, que afeaban a Urbanismo que la solución al conflicto pasara por quitarles varias parcelas de uso dotacional y convertirlas en solares para construir edificios. Las cosas se quedarán como están, y para evitar tener que dar a la empresa con la que se llegó a un acuerdo en su momento parcelas para nuevos rascacielos, el Ayuntamiento pagará una cantidad superior a los 20 millones de euros que la concejala Sandra Gómez ya se ha apresurado al PP a preguntar de dónde los van a sacar.

El conflicto se remonta a principios del siglo XXI, cuando la promotora Guadalmedina compró la antigua Tabacalera. La intención era proponerle al Ayuntamiento la permuta por un solar municipal más céntrico, en la plaza de América, y dos parcelas a espaldas del edificio. Lo consiguió. Se derribaron dos naves. El PSPV denunció y la historia se archivó, pero los vecinos insistieron y la primera sentencia decretó que la permuta era ilegal.

Con ese problema se encontró el PSPV a su llegada a la concejalía de Urbanismo, que para evitar pagar a Guadalmedina el coste de las parcelas donde ya no podía construir, a espaldas de Tabacalera, decidió ofrecerles dos parcelas donde levantar los inmuebles. Pero de nuevo los vecinos, en este caso de Penyarroja, dijeron que no, porque esos solares habían sido recalificados: estaban marcados como suelo dotacional y en ellos quieren un centro cívico y un centro social, así como un ambulatorio. Una sentencia les dio la razón a finales del pasado año.

Urbanismo recurrió, entre otras cosas porque Guadalmedina amagó con pedir al Ayuntamiento que le devolviera Tabacalera a cambio de los edificios que no iba a poder levantar y de los que ya había levantado, lo cual era una mala solución para un Consistorio que tiene a 1.800 funcionarios en la antigua fábrica de tabacos. Sandra Gómez no quería pagar 24 millones de euros y no consiguió convencer a los vecinos de Penyarroja, cuyo máximo dirigente vecinal, por cierto, va en las listas de María José Catalá al Ayuntamiento de Valencia.

Pero ahora ha decidido desistir de esos recursos y dejar las cosas tal como están. Así lo aprobará la comisión de Urbanismo. Para eso, tendrá que pagar, claro. En torno a unos 20 millones de euros para aplacar a la empresa, según ha informado Radio Valencia. La también vicealcaldesa ha explicado que su prioridad «era la seguridad jurídica para todas las personas que adquirieron las viviendas de buena fe», que podían encontrarse viviendo en inmuebles municipales si se revertía al antes de la permuta y los edificios construidos a principios de siglo por Gualdamedina pasaban a manos del Consistorio. Pero Gómez ha aprovechado para cargar contra el PP. «Ha hecho un daño directo a esta ciudad de más de 20 millones de euros, de momento, de los que tendrá que hacerse cargo el Ayuntamiento. ¿Se va a hacer responsable su partido de los 20 millones que los valencianos tenemos que pagar por culpa de su corrupción urbanística?», se ha preguntado.

La concejala de Urbanismo ha tenido también palabras, aunque sin nombrarle, para José Tárrega, número 17 de la lista de Catalá y actual portavoz de la plataforma vecinal de Penyarroja. «Me llama también la atención que una persona que ha hecho daño a este Ayuntamiento, que ha hecho que tengamos que pagar más de 20 millones de euros, la acompañe en la lista. Lo denuncié públicamente: había un supuesto movimiento vecinal que dirigía el PP como una marioneta», ha indicado. «Uno de sus principales portavoces forma parte de la lista del PP. Me parece una desvergüenza que el partido que ha sido responsable del pelotazo urbanístico incorpore a la lista a la persona que ha imposibilitado que este Ayuntamiento no tuviera que hacerse cargo de esta cuantía», ha criticado.

Gómez ha tildado este hecho de «una desfachatez». «Son unos irresponsables. Nunca hubo vocación de llegar a una solución o a un acuerdo», ha finalizado.

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