Valencia multará el botellón en las calles cedidas a las fallas para fiestas

Hay una línea que separa el consumo de alcohol en la zona autorizada a una comisión fallera, por ejemplo la barra de una verbena, del botellón descontrolado alrededor de un banco al otro lado de la misma calle. Esto último es lo que el Ayuntamiento quiere reducir, perseguir y, por lo tanto sancionar las próximas Fallas en Valencia.

El botellón fue uno de los asuntos tratados en la llamada mesa de diálogo para acordar el bando fallero de 2020. El concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, sentó por segunda vez a todos los sectores implicados para tratar este asunto y otros que formarán parte del documento que se ha publicado el 19 de febrero de 2020.

Fuset propuso que el bando recoja de forma explícita la prohibición de hacer botellón durante las fiestas grandes de la ciudad, incluidas las zonas en las demarcaciones falleras donde sí está autorizada la venta y consumo de bebidas alcohólicas. Todos los presentes, informó el gobierno municipal, secundaron la propuesta que permitirá que el consumo se produzca sólo en las barras instaladas por las comisiones. «Queremos continuar avanzando en la mejora de la convivencia en Fallas y por eso hay que felicitar a todos los agentes por el consenso alcanzado, que implica que el botellón no estará permitido tampoco en Fallas y que el consumo, siempre responsable, sólo se podrá realizar en las zonas autorizadas a las comisiones», explicó el edil.

Puedes consultar el Bando de Fallas dictado por el alcalde Joan Ribó en este PDF, que puedes descargar, ampliar, compartir o imprimir. Si no puedes visualizarlo correctamente, recarga la página

En el bando de estas Fallas, se indica que «no existirá prohibición de venta, suministro y consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública en las zonas de actividad autorizadas a las comisiones de falla entre los días 9 y 19 de marzo», además de remitir a una ley y una ordenanza que regulan las condiciones. De cara al próximo ejercicio, la propuesta del Consistorio pasa por acotar más la definición de «zonas de actividad autorizadas» a espacios como las verbenas y las carpas, excluyendo por completo la práctica del botellón. Lo que se tiene claro es la voluntad de acabar con la «falsa percepción» de que el consumo no se sanciona en todas las calles de la ciudad, lo que deriva en un macrobotellón.

Sobre este punto se mostró de acuerdo el presidente de la Interagrupación de Fallas, Guillermo Serrano: «Las fallas no hacen botellón», precisó para dejar claro el apoyo a la propuesta municipal del próximo año. Cada comisión tiene una zona autorizada para actividades. El permiso de consumo de alcohol que valida Cultura Festiva prohíbe el resto al considerarlo botellón, una distinción que debe realizar la Policía Local a la hora de sancionar.

El bando de las fiestas de este año apelaba a la ciudadanía y «personas que visitan la ciudad a la responsabilidad y el civismo en el consumo moderado de bebidas alcohólicas, que deberán ser suministradas y consumidas en las zonas autorizadas para ello». La palabra clave es «suministrar», es decir, que hayan sido vendidas en las verbenas y mercadillos. Todo lo demás será motivo de multa por los agentes.

La cuestión de fondo son las imágenes terribles del entorno de la Lonja y la iglesia de los Santos Juanes convertido en un enorme botellón el pasado marzo, con decenas de personas orinando en las fachadas de los monumentos. Asociaciones culturales como Círculo por la Defensa del Patrimonio denunciaron que el Consistorio no había puesto todos los recursos para acabar con esta situación. La mesa de diálogo volverá a reunirse en noviembre para concretar este asunto, aunque antes del próximo día 15 deberán entregar las respuestas de una encuesta que habla del calendario de montaje de carpas, verbenas, propuestas de limpieza y hasta la salida de piezas a las calles para plantar las fallas, con el deseo de acelerar al máximo la aprobación del bando y dar margen a las comisiones, que deben tramitar todos los permisos.

A la mesa de diálogo acudió la asociación de comerciantes del centro histórico, que se mostró de acuerdo con las sanciones al botellón. Fuentes de la entidad indicaron que es algo que el Ayuntamiento debería hacer todo el año. «En países como Inglaterra colocan señales en las zonas donde se bebe en la calle, alertando de que se puede sancionar hasta con 300 euros». En la misma línea, la presidenta de la Federación de Vecinos, María José Broseta, apoyó las restricciones al consumo.

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