![Catalá encargará un perfil de los vecinos de las Casitas Rosa antes de decidir si hay derribos](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/04/12/casitas-rosa-catalaok1-damian-RqxM5VVeAcyEFBGv0BQizsM-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![Catalá encargará un perfil de los vecinos de las Casitas Rosa antes de decidir si hay derribos](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/04/12/casitas-rosa-catalaok1-damian-RqxM5VVeAcyEFBGv0BQizsM-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Lola Soriano Pons
Valencia
Viernes, 12 de abril 2024, 19:40
Detrás del uno, el dos. El gobierno de María José Catalá ya ha concluido un primer paso en la Malvarrosa, con la reurbanización y eliminación de la imagen decadente que existía en la plaza 7 de Octubre, ubicada entre los bloques de las Casitas Rosa, ... y ahora el segundo paso del Ayuntamiento de Valencia va a ser analizar y tratar de dar soluciones personalizadas a la realidad social existente en la zona.
La alcaldesa de Valencia ha visitado este viernes el final de obras ya concluidas de la plaza 7 de octubre, espacio público creado en 1991 tras el derribo de un bloque de viviendas en mal estado y con mucho conflicto social y que ahora se ha dejado diáfano para que no sirva de refugio para el negocio de la droga.
Catalá ha explicado que desde que esta al frente del Consistorio ha visitado tres veces la zona y ya en el primer encuentro con los vecinos se acordó la necesidad de una intervención para eliminar problemas de convivencia, «y tomamos la decisión de invertir 250.000 euros en rehacer esta plaza y tener una mayor vigilancia policial; y, además, en darle salida y que no fuera un tapón, de manera que los coches pudieran transitar tranquilamente».
Se trata de una actuación urbanística que ha terminado dos meses antes de lo previsto. De hecho, la asociación vecinal Amics de la Malva le ha agradecido la intervención «ya que la gente ha visto un primer paso, porque había hartazgo», tal como ha apuntado Pau Díaz, portavoz de la entidad, pero le recordado «que sólo es un primer paso y hay que seguir actuando con temas sociales, educativos, culturales y sanitarios«.
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Precisamente Catalá, acto seguido, ha anunciado que la siguiente actuación en la zona será una intervención de tipo social. «En la segunda reunión que tuvimos con la asociación de vecinos ya tomamos la decisión de trabajar en el segundo paso, que era un plan de análisis social de los de los distintos bloques de las casitas rosas». «Ya estamos trabajando en cómo vamos a hacer esa fotografía de la realidad que tenemos, que es diversa en los diferentes bloques».
La alcaldesa ha afirmado que quiere «tener un análisis de cómo están las viviendas, de quién está en ellas, cuáles son los contextos familiares económico-sociales de las personas que viven en estas viviendas... para ir tomando decisiones».
A la pregunta formulada por LAS PROVINCIAS de qué datos arrojaron los primeros informes que ya realizaron desde la Policía Local sobre la situación de los residentes en los pisos de las Casitas Rosa, Catalá ha respondido que fue «un trabajo de campo que nos puede servir, pero necesitamos un estudio realizado por trabajadores sociales».
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Lola Soriano Pons
En este encuentro con los vecinos y representantes del centro de mayores del barrio, Catalá ha explicado que van a buscar la asistencia de una consultora de trabajadores sociales para poder radiografiar la situación social de los residentes en las Casitas Rosa. verán quiénes son propietarios, la gente que está en concepto de alquiler y también los que han okupado pisos. De igual manera, estudiarán la situación de las familias y las soluciones a aplicar.
Ha detallado que ya tienen presupuesto para esta asistencia técnica y también ha avanzado que la Generalitat les cederá un local, el antiguo comedor social, que servirá como oficina técnica transversal para el estudio social que van a realizar.
Un vecino, Agustín Abarca, ha propuesto que para ser conscientes del avance «es necesario fijar un calendario de acciones, para que cuando acabe la legislatura, podamos repasar los hechos concretos» y la alcaldesa le ha explicado que la consultora que haga el estudio «nos dirá qué tiempos necesita para realizar la intervención» y ha dejado claro que lo «primero es centrarse en la radiografía del contexto social en el que viven estas personas, y ya un tercer paso será ver la cuestión urbanística», en referencia a los posibles derribos de algún bloque y ha insistido en que no quiere «abrir ninguna puerta a la especulación de viviendas, no quiero que pase».
Cabe destacar que, yendo más allá, incluso ha querido garantizar la participación vecinal en todo el proceso que van a hacer en las Casitas Rosa y en la Malvarrosa. «Quiero que vayáis más allá de la participación y que veáis realidades, y no sólo participar. Quiero que toméis decisiones junto con el Ayuntamiento, y no sólo ver la participación como algo para entretener a la gente y que es una maniobra de distracción», un gesto que ha dejado caer que han hecho otros pero que no hará ella.
Llegado este punto, y con una clara alusión al gobierno anterior, ha querido dejar claro un asunto: «No voy a encargar un estudio para que concluya que hay que hacer más estudios, sino que yo voy a ir directamente a actuar y a tomar decisiones».
De forma clara y sin medias tintas, Catalá ha destacado que esta actuación «no será de un día para otro, ya que llevamos muchos años de retraso en esta cuestión, pero vamos a ir de la mano de los centros educativos, de las asociaciones de vecinos, de servicios sociales, del centro de juventud, de otras administraciones como el Estado y la Generalitat... trabajando en una solución a este problema». De hecho, en el encuentro con los vecinos, también han estado presentes responsables de Servicios Sociales de la Malvarrosa; Jordi Bosch, director del colegio parroquial Santiago Apóstol y María José Enríquez, coordinadora de la oenegé Brúfol, que trata con colectivos en riesgo de exclusión en Bloque Portuarios.
Catalá ha emplazado a las entidades vecinales a un nuevo encuentro entre abril y mayo en el que se concretará la intervención social, con plazos, presupuestos y personal específico.
Por su parte, el portavoz vecinal de Amics de la Malvar, Pau Díaz, ha recordado que después de haber tenido un 'otoño caliente' «donde hicimos una manifestación multitudinaria en octubre, dos movilizaciones en noviembre, otra manifestación en diciembre y una concentración ante el pleno, hemos visto que ahora gracias a la acción vecinal se ha abierto una puerta al diálogo».
Ha valorado el primer paso dado con la remodelación de la plaza 7 de Octubre para que ya no sea un callejón sin salida y refugio para la venta de droga, pero ha aclarado que no quieren «un barrio marginal, pero tampoco un barrio para ricos con la turistificación. Ni una cosa, ni la otra, queremos una mejora social, cultural, educativa y sanitaria».
Además, han aprovechado la oportunidad para presentarle a la alcaldesa un documento con propuestas de mejora que previamente han consensuado vecinos, usuarios del centro de mayores y de jóvenes.
Otros vecinos presentes han reconocido que ha sido importante «la limpieza y el hecho de adecentar la plaza 7 de Octubre, pero «seguimos teniendo el cáncer de la droga. Nos han quitado la guarida -en referencia a la limpieza de la plaza- pero el negocio de la droga no se ha cerrado y tienen recaderos para vender la droga en calles próximas, sin entrar a los pisos».
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