El Ayuntamiento de Valencia limpiará los puentes del río y avisa a las personas sintecho que retiren sus enseres

Puentes como el de Campanar, de Glorias Valencianas (más conocido como puente de Ademuz) o el del Real son los que más sirven de techo a las personas que pernoctan en tiendas de campaña, en colchones tirados en el suelo o en cartones cubiertos con mantas, pero la realidad es que esos dormitorios improvisados, muebles y carros llenos de ropa se acumulan y quedan expuestos todo el día, a la vista de los visitantes del Jardín del Turia, el principal pulmón verde de la ciudad.

El Ayuntamiento de Valencia va a proceder este miércoles a limpiar los puentes del río, una acción, que según afirman, realizan periódicamente para garantizar la salubridad del espacio.

De hecho, este martes, en el puente del Real ya se podía leer un cartel informativo del propio Ayuntamiento de Valencia donde se advertía que se va a proceder a limpiar la zona este miércoles. El cartel estaba escrito en cuatro idiomas, entre ellos el castellano, francés y árabe, para que los posibles moradores pudieran retirar sus pertenencias antes de que entrara el servicio de Limpieza del Ayuntamiento.

En concreto, la nota informativa, con el nombre del Ayuntamiento pero sin el escudo municipal, decía: «En cumplimiento de la Ordenanza de Limpieza, y debido a las constantes molestias presentadas por los vecinos, el Servicio de Limpieza actuará en la zona a partir de la fecha abajo señalada. Por lo tanto, no dejen ninguna pertenencia personal porque todos los enseres que se encuentran en vía pública serán retirados por dicho servicio».

Y es que en este punto em concreto, por ejemplo, este martes seis de los diez arcos o vanos del puente tenían asentamientos. En el vano situado en el extremo más próximo a los jardines de Viveros, dos eran las tiendas de campaña levantadas este martes, rodeadas de carros de la compra y ropa. Precisamente uno de los moradores, al notar la presencia de visitantes, asegura que no saben dónde irá. «No te voy a decir mi nombre, me he acercado para ver si eráis de alguna administración y veniáis a darme ayudas. En este arco vivo con dos compañeras. Yo llevó aquí cuatro años y medio, pero al final nos tenemos que ir moviendo de un sitio a otro. No nos llegan ayudas y tenemos que ir a las monjitas y a los curas para que nos den café o pan para comer algo. El poco dinero que conseguimos es aparcando coches».

Narra indignado que el otro día «vino un grupo de cuarentones y, estando nosotros dentro de la tienda, nos orinaron. No es justo».

En un segundo vano del puente hay una tienda de campaña, bicis y carros de la compra; en un tercero hay tres tiendas de campaña más y hasta la sábana de un hospital. En un cuarto, unos cartones hacen las funciones de pared para guardar pertenencias, hay dos tiendas de campaña más, un perchero de madera y carros de la compra y hasta un carro de bebé; en un quinto se acumulan los colchones y los carros, si bien el de presencia más numerosa es el último, el que está pegado al petril, con cinco tiendas de campaña más, colchones, ropa en bolsas, cuencos para alimentar a animales de compañía y sillas y todo ello rodeado de botes de vino y garrafas de agua y un olor persistente y en muchos de ellos hay hornillos o fogones para calentarse alimentos.

Incluso hay un habitáculo improvisado, con un colchón y una tela, que unos vecinos contemplan entre el hueco de una enredadera y la pared del río. «Estábamos buscando semillas de un árbol y nos hemos encontrado con estos asentamientos, uno de ellos, escondido en una enredadera. Esto va en aumento y en Tenerife, de donde somos, también se está produciendo la misma situación», describe Alfonso Ramos.

Mientras unos pasean y otros corren, son muchos los turistas que pasean por la zona en bicicleta y evitan pasar por los arcos del puente del Real donde hay asentamientos y se desplazan a los puntos centrales, que están libres.

Sobre la limpieza que va a hacer el Ayuntamiento, fuentes municipales, detallan que es una actuación que se hace periódicamente. Añaden que se trata de limpiar la zona, por tema de salubridad, y que siempre acude la brigada de limpieza acompañada por la patrulla X4 de la Policía Local de Valencia, agentes especializados que atienden a las personas que viven en la calle, y por personal de Servicios Sociales.

Estas mismas fuentes afirman que siempre se ofrecen a estas personas recursos alternativos, pero reconocen que la mayoría no quieren acogerse por temas de adicciones o problemas de salud mental.

Sobre el concurso que el Ayuntamiento sacó en diciembre a licitación para abrir un centro con 50 plazas para personas vulnerables por dos años prorrogables por otros dos más, por 1,3 millones de euros y que ha quedado desierto, desde el Consistorio aseguran que lo volverán a licitar por un precio más elevado. Precisamente el trámite de la licitación se hizo de urgencia, dada la situación de presencia masiva de personas durmiendo en la calle y el primero de los cuatro centros que tienen previstos abrir en el futuro tenía como objetivo acoger a medio centenar de hombres que fuermen en la calle y no presentan adicciones ni patologías mentales.