Badenas zancadillea a Catalá

Y es que la segunda mitad del mismo se le puede hacer larga a la alcaldesa si decide expulsar a Badenas del equipo de gobierno. Si eso pasara, a expensas de ver qué ocurriría con el resto de concejales de Vox, tendría que negociar todos los acuerdos con él que, además, podría abrirse a una moción de censura con PSPV y Compromís, algo que ahora, justo es decirlo, parece ser producto de mentes febriles más que de una realidad. Pero es que si hace eso y Badenas pasa al grupo de no adscritos, Vox podría terminar resolviendo que no hay corrupción en los hechos por los que ahora se le investiga y, por tanto, reinstaurarlo en sus cargos. Pero, seamos sinceros, esto ahora también parece producto de mentes aún más febriles.

Que la sintonía entre Badenas y los técnicos y funcionarios adscritos a su concejalía no es buena se ha contado varias veces. En Valencia Activa, de hecho, tiene montado un polvorín. Ha habido hasta que cambiar de gerente en dos años. En los corrillos de la Casa Gran es vox pópuli, y no es un juego de palabras, que sus formas con sus subordinados son mejorables. Pero entre Badenas y Catalá siempre había habido buena relación o, al menos, la suficiente como para aparentar delante de las cámaras.

El problema, la verdad, lo tiene la alcaldesa. La presión de la oposición se redoblará en próximas fechas. Hay cierta urgencia en el seno del equipo de gobierno por arreglar cuanto antes este problema. «Tenemos que mostrar que la gestión es lo más importante», decía este lunes en el Ayuntamiento una fuente con mando en plaza. Mientras, por cierto, Vox, que acaba de despedir a su jefa de prensa, está desaparecido: nadie se dejó ver por el balcón durante la mascletà ni dieron ninguna explicación más allá de un vídeo de la rueda de prensa del portavoz nacional de Vox, José Antonio Fúster, en Madrid. Este diario intentó contactar con Badenas o José Gosálbez, presumible portavoz municipal de Vox a partir de ahora, pero uno no cogió el teléfono y el otro derivó a una responsable de prensa... que no cogió el teléfono. La bunkerización es una realidad.