![Las barras de los bares, condenadas en la ciudad de Valencia](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202010/19/media/cortadas/barras-bar-kJkH-U120504317985DJD-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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Con los periódicos, los platos con sus respectivas tazas encima, la vitrina con los platos del día y los altos taburetes dispuestos en fila. El sonido de la televisión de fondo y los «buenos días» desde el otro lado de la barra. Esta escena de primera hora de la mañana en un bar cualquiera de la ciudad, ya es historia. El metacrilato condenó a las barras de bar. Hace meses que se instalaron las primeras mamparas de protección con las que se terminaron las conversaciones con los dueños, los cafés y las cervezas rápidas, o los encuentros con vecinos del barrio y las conversación con el codo sobre la barra. Los hosteleros asumen las nuevas restricciones para el consumo en las barras que empiezan esta semana, con miedo a que lleguen más.
«La barra ya estaba condenada, pocos clientes la usan desde que hay Covid, salvo para pagar, ahora lo único que nos salva son las terrazas por ahora, hasta que llegue el frío», dice el gerente del Bar Marvi, Tino Fernández. En su local, los almuerzos ya sustituyen a las cenas por el adelanto del cierre impuesto desde el mes de agosto. «Se nota que la gente prefiere reunirse en casa, para qué van a salir si cerramos pronto y luego no tienen donde tomarse una copa», comenta comprensivo.
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El almuerzo es el punto fuerte del Bar Rojas Clemente. Durante 50 años las mañanas han sido frenéticas en el estrecho local junto al Mercado. «Pocos entran, prefieren la terraza y menos mal que la tenemos», agradece casi con alivio el dueño, Martín Rodríguez. Reconoce que desde el confinamiento trabajan para pagar gastos, pero ganan poco. «Nos han frito a impuestos y trabajamos para pagar, al final aceptas las restricciones porque tienens que seguir trabajando pero tememos que dentro de poco llegue algo peor, si nos vuelven a cerrar será difícil volver», añade.
La restauración, mutilada ya por el adelanto del cierre, el límite de aforo, o las distancias entre mesas, vuelve a sufrir una amputación más: la de las barras. A metro y medio de distancia y sólo en grupos de cuatro personas se podrán usar. La restauración pierde parte de su esencia. Resignados, los hosteleros abren este lunes con señales y obstáculos para marcar las zonas donde se podrá estar en barra, y afrontan una nueva prórroga de las restricciones.
Gonzalo no deja de advertir a sus clientes: «He puesto las marcas en al barra, siempre les explicamos a los clientes pero a veces es desesperante porque aquí vienen a almorzar y a comer muchos obreros que trabajan en la zona y sí que se usa mucho la barra». Es el dueño del Café Mont Blanc en pleno barrio del Cabanyal, y para él es «lo que toca». No han dejado de cumplir cada una de las medidas a rajatabla. «Tenemos que hacerlo, ser estrictos con lo que nos digan, esto no deja de ser una medida más y aunque nos afecta, la vamos a cumplir porque tenemos que seguir abiertos sea como sea», explica.
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Quienes no tienen terraza se lamentan. El poco espacio que les queda para acoger a la clientela se ve reducido cada vez más. Gladís ya hace tiempo que puso unas mesas entre las sillas para separar el espacio de quienes se sentaban en barra. Temen que pueda llegar algo peor. «Desde que abrimos hemos dividido el tramo de la barra, como no tenemos terraza se nota. Pero no nos podemos quejar, con que no nos cierren, seguiremos adelante», dice esperanzado Gladis propietario de La Parrilla.
«Las pérdidas en la hostelería y el cierre del ocio nocturno hace que la situación sea mala y necesitamos encontrar soluciones, y para ello habría que activar el Observatorio del Ocio y el Turismo para abordar la problemática del sector», ha declarado este lunes la responsable de la Coordinadora de Hostelería de los Barrios Valencia, Gemma Piqué, tras mantener una reunión con la portavoz del grupo municipal popular, María José Catalá. Desde la Coordinadora advierte que desde que empezó la pandemia los establecimientos pierden aproximadamente más de la mitad de la facturación habitual. Y no hay previsión de mejora en lo que queda de año.
La suspensión de las tasas de mesas y sillas en las terrazas para el próximo año, así como abordar otras bonificaciones vinculadas a impuestos o la flexibilidad en los pagos, son algunas de las cuestiones que se han puesto sobre la mesa en esta reunión en la que los hostelos dejan clara la urgencia para abordar soluciones en un sector que está en la cuerda floja en la ciudad y que sin ayuda podría llevar al cierre de muchos locales.
Por su parte, la lider de la oposición planteará estas algunas de estas medidas en el Debate de la Ciudad para conseguir el consenso con el resto de partidos, «obtener la con el propósito de «dar con la mejor solución para el 2021 y que no ser un problema para estos sectores económicos tan perjudicados», ha explicado Català.
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