![Destrozos por el vandalismo en uno de los chiringuitos de la playa de la Malvarrosa.](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202106/13/media/vandalismo-playa-ivan-arlandis.jpg)
Ver fotos
Secciones
Servicios
Destacamos
Ver fotos
Dos noches bastaron para que los botellones y las fiestas en la playa de Valencia arrasaran en el primer fin de semana sin toque de queda. «Esto es inaguantable, nos han robado todo, nos han destrozado los chiringuitos», relataba Esther Calero, propietaria de la ... empresa 'Mar y Sombra' mostrando los desperfectos en los kioscos.
Las playas del Cabanyal y la Malvarrosa de Valencia se han convertido este fin de semana en un punto conflictivo. Con el fin del toque de queda y el horario de cierre a las dos de la madrugada para el ocio, la playa es el punto de encuentro de cientos de jóvenes que acuden con bebida hasta la arena.
El viernes por la noche ya estalló el botellón. Imágenes y vídeos que circularon en redes sociales dejaron ver esas playas abarrotadas y en ellos se pudo comprobar como la fiesta iba más allá. Algunos de los asistentes a estos botellones se subían a las propias casetas y chiringuitos. Pero aún quedaba el sábado, y fue en esaa madrugada cuando estas fiestas causaron mayores estragos.
Al día siguiente, domingo, día de playa, y los chiringuitos sin poder levantar persiana para trabajar. «Es imposible que hoy podamos sacar adelante el día, si nos han robado y nos han destrozado la caseta», comentó Calero.
El puesto número 11 no pudo ser abierto por el alto nivel de desperfectos tras los botellones que se produjeron el fin de semana. Otros de los afectados fueron los puestos 9, 10 y 12 .
La propietaria de esta empresa de gestión de los kioscos no daba crédito. «Han volcado sombrillas, sacaron las colchonetas de las hamacas, se subieron al techo hasta hundirlo. Esto ya es mucho más de lo que aquí suele pasar», reconocía. Aunque muchas veces se han encontrado con suciedad, o alguna pintada, nunca algo tan grave como ahora. Los dejaron sin nada, sin trabajo en uno de los días más interesantes de la semana para ellos: el domingo. Les robaron bebida y comida, y les estropearon buena parte del mobiliario. Todo ello, por valor de 15.000 euros entre las dos noches de fiesta. «Nos ha salido caro el fin de semana», ironiza Calero.
Y más que les podría costar. Comenta que ya está pidiendo presupuesto para contratar vigilancia privada en la zona. Porque sin duda, para ella, es una de las grandes carencias en la playa.
Es uno de los puntos más conflictivos de la ciudad ahora mismo. «Antes, cuando la gente salía hasta las cinco de la mañana, en la playa no había nada, sólo suciedad y algunos despistados que se iban en cuanto aparecía la limpieza de playas, pero ahora son muchas horas desde que cierran pubs y bares», explica.
Esther Calero asegura que tras lo ocurrido este fin de semana, la empresa lo ha puesto en conocimiento de las autoridades municipales. «Hemos reclamado a la Policía Local y al Ayuntamiento, es necesario un servicio extraordinario de vigilancia, porque desde luego falta policía a esas horas», reconoce.
«No entendemos cómo las personas ven diversión a través de la destrucción de la propiedad ajena y esperamos que desde el Ayuntamiento de Valencia se pongan las herramientas necesarias para solucionar esta lamentable situación», añadió la propietaria de la empresa.
Los restaurantes de la zona también fueron testigos de lo ocurrido durante el fin de semana y confirman el descontrol que se genera tras el cierre de los locales de ocio y cómo la playa de la Malvarrosa se convierte en el punto de encuentro de los más jóvenes para seguir con la fiesta por su cuenta.
«En estas dos noches se han hecho botellones hasta altas horas de la madrugada que no benefician a nadie, y hay actos vandálicos, también por la noche. Creemos que hay que dar paso a la apertura del ocio nocturno para evitar todo esto», comentó a este diario José Miralles, propietario del restaurante La Alegría de la Huerta y presidente de la Asociación de Restaurantes de la playa de la Malvarrosa.
Para Miralles la clave está en reabrir el ocio «hasta las tres y media de la mañana para que esa gente que hace botellón fuera de los locales pudiera estar controlada, sentada en sus mesas, consumiendo, pero sentados, y así se pudiera controlar aunque sea a una parte de ese público, está claro que no se puede controlar a todo el mundo, y que sobre todo hablamos de civismo, educación y respeto que es lo que más falta en este momento y sentido común, pero si los políticos usaran el sentido común se darían cuenta que los locales con la posibilidad de estar abiertos hasta las tres de la mañana, amortiguarían la ola que pudiera venir de contagios», comentó.
Que el fin del toque de queda ha resucitado a la noche valenciana está claro. Pero lo que muchos se plantean tras el primer fin de semana es cómo y a qué precio. Sobre todo para los vecinos, pero también para los hosteleros y el ocio, que ven en la limitación del horario de cierre el principal motivo por el que proliferan los botellones nocturnos en las calles de la ciudad. Y de ello hablan hasta en las redes sociales y también testigos:«Las calles estaban llenas, como en Fallas y la playa peor, abarrotada», relató un joven que el sábado por la noche cenó por el centro de la ciudad y terminó en la noche en la playa.
Los representantes de los locales de ocio como la Federación de Ocio y Turismo, FOTUR, condenan lo ocurrido durante el fin de semana y creen que precisamente su trabajo podría ser gran parte de la solución.
La Coordinadora Empresarial de Ocio y Hostelería recordaron que ya advirtieron de lo que podría ocurrir, y creen que siguen sometiendo a los locales a severas restricciones mientras prolifera el botellón.
Tanto el Ayuntamiento de Valencia como la Policía Local no hicieron declaraciones al respecto de lo ocurrido. Sin embargo, los representantes del ocio en la ciudad aseguraron haber advertido sobre lo que podría ocurrir tras el fin del estado de alarma y con el horario reducido para los pubs y discotecas.
Quien también denunció la falta de vigilancia tras los botellones fue el Partido Popular en el Ayuntamiento. El concejal Santiago Ballester reclamó un refuerzo en el control de los botellones en la ciudad ya que aseguró «se extiende por más de 11 barrios de Valencia según los datos de la Policía Local y se sigue recortando la plantilla desde que Ribó y PSOE llegaron al Ayuntamiento y lo que es más grave, en los operativos contra el botellón».
Hasta tres noches seguidas de gritos, peleas y follón se vivieron este fin de semana en las plazas de Honduras y el Cedro. Los vecinos no son los únicos que protestan por el botellón en los parques y plazas de esta zona universitaria, también lo hacen los propios hosteleros y propietarios de locales de ocio como pubs y discotecas.
«Encima los vecinos creen que son clientes tuyos, cuando tu tienes que pagar impuestos, cumplir con aforos y restricciones y estos están hasta las tantas con música en altavoces, sin mascarilla, cantando a grito pelado, bebiendo en la calle, un desastre», relata el propietario de un pub en la zona.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.