«En Brujas, hay que hacer el giro muy despacio»

No es de extrañar, por tanto, que el comité de empresa ya haya alertado de la situación, que es potencialmente peligrosa. El presidente del máximo órgano de representación de los trabajadores de la EMT, Pedro Vizcaíno, explica que hace ya «dos meses largos» avisaron a la dirección de lo que ocurría en esa plaza, sobre todo por la tarde y por la noche, «cuando llegan muchos turistas y la zona se llena de gente».

Vizcaíno recuerda lo ocurrido cuando hace unos años el Consistorio decidió convertir la avenida del Oeste en doble sentido para los autobuses únicamente en un carril, el más cercano a la plaza del Ayuntamiento, desde la calle Garrigues. El motivo eran las obras en María Cristina, que obligaron a cerrar parte del inicio de la calle San Vicente. Este cambio en la ordenación viaria provocó seis heridos y un fallecido porque los viandantes no se daban cuenta del doble sentido y cruzaban sin mirar. Imprudencia de los propios viandantes, quizá, pero también falta de diligencia del Consistorio, que reconoció de alguna manera su error cuando pintó en el suelo mensajes que insistían en que los autobuses venían en dirección al Mercado Central y no sólo a la plaza de San Agustín. Los siniestros se detuvieron casi de golpe. «Pero aquí va a pasar algo, más pronto que tarde, y la empresa sólo actúa así», lamenta el presidente del comité.

Es por eso que las distintas secciones sindicales han dado la orden o, mejor dicho, el consejo a los conductores de las líneas 7 y 27 que el giro lo den «lo más lento posible, con cuidado y despacio», para evitar accidentes. La idea es que si algún viandante se cruza ante el paso del autobús, haya tiempo suficiente para reaccionar y así no haya que lamentar males mayores.

Los sindicatos han insistido en este problema esta misma semana, cuando se ha hecho la evaluación de la línea 73, que volverá a la plaza en próximas fechas. Aunque los autobuses de esa línea no girarán hacia la izquierda para volver por la avenida del Oeste, sino que se dirigirán hacia el nortte por Boatella, Carda y Murillo para salir a Guillem de Castro y Quart, en esa revisión fue Comisiones Obreras quien alertó del riesgo de la circulación de autobuses en una plaza eminentemente peatonal.

A pie de plaza, precisamente, quizá no se vive con tanto miedo. LAS PROVINCIAS lo pudo comprobar este jueves por la mañana, cuando, eso sí, el sol caía con fuerza sobre Ciudad de Brujas y eran pocos quienes se aventuraban a pasear bajo sus rayos. Dentro del Mercado Central, eso sí, una de cuyas puertas tiene un ángulo de visión directo con la zona donde los autobuses dan la vuelta, los vendedores sí temen que ocurra algo. «No hay día que no escuchemos los bocinazos de los autobues», explican en una parada cercana a esa puerta.

Marcos es vecino de la zona. Vive, de hecho, en un portal de la calle Cabalazas. Dice que desde su casa ve la 'rotonda de maceteros'. «Sí, he visto gente que tiene que levantarse cuando pasa el autobús, y alguna noche pasará algo porque viene mucha gente a hacer botellón y demás», lamenta. En una hora, llegan a la plaza no menos de 5 autobuses. Ninguno de ellos tiene excesivos problemas para hacer el giro, en una maniobra que parece imposible para quienes no hemos cogido en nuestra vida el volante de uno de esos monstruos de nueve metros. Eso sí, la maniobra se hace sin prisa, con buena letra, y las distancias con los bancos se reducen a la mínima expresión, tanto que, en algunos casos, sería imposible si hubiera gente sentada. Esas personas tendrían que levantarse para facilitar la maniobra, como alertan desde el comité de empresa. Y con la plaza llena, el giro sería casi imposible.