El Cabanyal vuelve a la pancarta

Ya lo hicieron hace unos meses cuando llevaron su protesta a la plaza del Ayuntamiento y ahora convocan la primera concentración en sus barrios. Siete entidades del Marítimo ultiman una protesta el próximo día 4 a las siete de la tarde en el cruce de la avenida Mediterráneo y la calle de la Reina. Están hartos de muchas cosas, pero destacan el tráfico de drogas, el lastre de la degradación urbanística y las ocupaciones ilegales.

Malvarrosa, Virgen del Carmen-Beteró, Villas de las Arenas, Pavimar, Bloque Portuarios, Llamosí-Remonta y Zero Incívics se han sumado a la convocatoria, que pretende ser de nuevo un toque de atención al Ayuntamiento y la Generalitat sobre la falta de actuaciones en el Marítimo.

La misma convocatoria lo dice todo, tanto sus reivindicaciones como los problemas que sufre el barrio. Los problemas de convivencia persisten, mientras que Servicios Sociales no acaba de solucionar nade de lo que piden los vecinos. El tráfico de drogas es creciente y fuentes de la convocatoria destacan que «llevamos ya décadas con eso».

Bloque Portuarios es parte esencial del problema, dado que en muchas viviendas públicas se han permitido las ocupaciones ilegales. Destinados a desaparecer dentro del plan de prolongación de la avenida Blasco Ibáñez, no recibieron ningún mantenimiento excepto algunas escaleras donde han aguantado propietarios e inquilinos frente al viejo sistema de patada en la puerta y enganches ilegales.

La solución sobre esto no se prevé a corto plazo ni mucho menos. El vicepresidente segundo y conceller de Vivienda, Rubén Martínez Dalmau, dijo recientemente que no habría ningún desalojo sin una alternativa para los afectados. El problema es que los últimos años no se han sacado adelante promociones públicas de viviendas sociales.

Eso, unido a la lentitud exasperante de la aprobación del nuevo plan del Cabanyal hace que Bloque Portuarios siga siendo considerado el principal foco de problemas de convivencia del barrio, aunque el tráfico de drogas se traslada a las calles cercanas, como es el caso claro de Pescadores.

El movimiento de protesta nació de la plataforma Zero Incívics, un grupo de vecinos que se unió a través de las redes sociales. Como sucede en estos casos, ese modo de comunicación ha servido también para darle voz a opiniones extremas que no son del agrado de la mayoría, indicaron las mismas fuentes. En todo caso, su utilidad es innegable, incluso alertando de intentos de ocupaciones ilegales.

Tan lejos como ayer, el alcalde Ribó y el vicepresidente Martínez Dalmau acordaron un nuevo plan de ayudas para la rehabilitación de viviendas privadas y algunas intervenciones públicas. Una iniciativa no exenta de críticas por la lentitud en la ejecución de proyectos públicos, donde el Consistorio no ha certificado ninguna ayuda a la Generalitat, según ha denunciado el grupo popular. La reforma de plazas y las promociones de viviendas siguen paradas, al contrario de lo que ha sucedido con las iniciativas privadas.