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Obras en la calle Alicante, este lunes por la mañana. DAMIÁN TORRES
La calle Alicante, un callejón sin salida de polvo, muros de metal y aceras estrechas: «No sé quién va a venir a comprar»

La calle Alicante, un callejón sin salida de polvo, muros de metal y aceras estrechas: «No sé quién va a venir a comprar»

Las obras del metro cortarán la vía entre Xàtiva y Germanías hasta verano de 2024

Álex Serrano

Valencia

Lunes, 5 de junio 2023, 14:15

«¿Quién va a venir a vernos aquí?» o «no vamos a poder sobrevivir». Adentrarse este lunes en los negocios de las calles Alicante y Castellón es poner el pie en el corazón de unos negocios deprimidos. Arruinados. Potencialmente, claro. El cierre de ambas vías por las obras de construcción del canal peatonal entre las estaciones de metro de Xàtiva y Alicante supone que las tiendas de la zona, una docena aproximadamente, se enfrentan a un año de ruido, polvo, molestias y, sobre todo, invisibilización.

«¿Quién va a venir a vernos aquí?», se preguntan Inma y Laura Navarro, propietarias de la tienda Sigue el Carnaval, situada en la calle Castellón, por donde únicamente se pondrá acceder por el pasaje Doctor Serra. «¿Por dónde van a entrar mis proveedores?», es otra de las preguntas sin respuesta de las hermanas Navarro. Aunque en esa vía no habrá obras, se va a hacer acopio de materiales en ella, lo que obliga a la Conselleria de Obras Públicas y a Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) a levantar un muro de casi dos metros de planchas de aluminio junto a la acera, que quedará, eso sí, libre. «Podían haber puesto carteles anunciando que seguimos abiertos, pero ni eso», lamentan.

Sigue el Carnaval es una tienda de disfraces que está abierta desde hace cuatro décadas. La campaña más fuerte del año, la de Halloween, la dan casi por perdida. «Tengo que contratar seguridad privada, trabajamos 18 horas, estamos abiertos durante 11 y se forman colas de 10-12 personas en todo momento en la acera. Eso no va a poder pasar este año», denuncian las hermanas Navarro.

En otros locales de la zona, la sensación es aún más agorera. «No vamos a poder sobrevivir», indican en una tienda cercana. Desde la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico apuntan que ha faltado información por parte de las administraciones, así como sensibilidad con negocios que pasarán 10 meses casi aislados. «Es la primera vez en 20 años que se inician unas obras de reforma sin haber tenido ni una reunión con los comercios afectados para planificar los trabajos y ver las necesidades de los distintos negocios», apuntan.

Además, explican que las obras sí han tenido en cuenta las comisiones falleras o los accesos a la plaza por la Feria de Julio. La calle Alicante estará cortada en Fallas: es una vía de evacuación en dirección a La Fe en caso de accidente en la mascletà o en el centro. El acceso de las ambulancias o de los coches de bomberos a las calles, donde viven miles de vecinos, también es motivo de preocupación para residentes y comerciantes, que temen graves problemas si ocurre una desgracia.

«Vamos a vivir en una inseguridad constante», temen en una tienda de la calle Alicante, que recuerda que el paso de turistas en bicicletas o patinetes por las aceras o por la calle« ya es un problema grave». Eso, evidentemente, no podrá pasar ahora porque el carril bici queda cortada y porque por las aceras prácticamente no cabe un carrito de bebé o una silla de ruedas, por lo que parece muy complicado que que circule un grupo de ciclistas.

Obras de 16,5 millones de euros

Las obras costarán 16,5 millones de euros. Estarán terminadas en el verano del próximo año, momento en que el cañón se abrirá al público para permitir el tránsito de viajeros y viajeras de metro y tranvía. La intervención hará posible una conexión rápida y fluida de las personas usuarias de las Líneas 3, 5 y 9 del metro para realizar transbordo con la Línea 10 del tranvía.

El paso peatonal Alacant-Xàtiva, que cuenta con la financiación de fondos europeos, tendrá una longitud proyectada superior a 250 metros y unirá a través del subsuelo ambas estaciones desde los vestíbulos, arrancando a cota de vestíbulo en el lado Alacant y llegando a unos tres metros por debajo del nivel de vestíbulo de la estación de Xàtiva, lo que obliga a disponer un núcleo de comunicación vertical compuesto por una escalera fija y otra mecánica y un ascensor accesible para PMR (personas de movilidad reducida).

El proyecto incluye el diseño de todas las instalaciones eléctricas y de alumbrado; ventilación; protección contra incendios y comunicaciones necesarias para la puesta en servicio de la conexión peatonal, así como equipos de transporte asistido para las personas viajeras.

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