El 22 de febrero de 2024 el edificio de la calle Rafael Alberti número 2 ardió casi por completo. Se trataba de una urbanización de 45 metros de altura y que contaba con 138 viviendas donde residían 450 personas. Durante el suceso se lamentó la muerte de diez personas ... . Un edificio que los propietarios decidieron rehabilitar y que hoy se encuentra a un par de semanas de ver finalizadas sus tareas de desescombro. Una construcción, en definitiva, que pretende resurgir literalmente de sus cenizas, y que ya está a punto de superar la primera fase para poder rehabilitarse. Mientras tanto, el proceso judicial que busca depurar responsabilidades en aquel fatídico suceso continúa, y los vecinos afrontan viven su primera Navidad en sus nuevos hogares.
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La Asociación de Propietarios Afectados por el Incendio de Campanar (Aproicam) anunció el 7 de junio que los peritos contratados por los propios vecinos realizaron un informe favorable para poder rehabilitar el edificio. De esta manera, para ponerse 'manos a la obra' se debía limpiar toda la construcción para dejar tan sólo la estructura, lo único aprovechable para llevar a cabo esa reconstrucción. Giticsa, empresa especializada en gestión de residuos y limpiezas industriales, fue la entidad escogida por Aproicam para llevar a cabo las tareas de desescombro del inmueble. Unos trabajaos que tienen un coste de 1,5 millones de euros y que comenzaron el 2 de septiembre. Hasta 40 trabajadores son los encargados de llevar a cabo dicha limpieza
Tres meses después, LAS PROVINCIAS ha tenido acceso, de nuevo, al interior del edificio de la Rafael Alberti número 2 para ver los avances en las tareas de desescombro. «Lo que se ha hecho hasta ahora es una limpieza general del edificio, clasificando todos los residuos, uno por uno, según sus materiales. Lo primero que retiramos fue los muebles, luego las piezas metálicas. Todo separado para llevar a sus contenedores específicos. Además, en la fachada la mayor parte se ha limpiado, por no decir el 100%», explica Katherine Rincón, directora de obra de Giticsa.
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Cabe recordar que la lista de tareas a llevar a cabo por la empresa no era precisamente corta. Para el desescombro, los operarios debían realizar toda la instalación de las medidas de seguridad antes de empezar. Tras ello, se debía dejar cada planta completamente diáfana. Tan sólo conservar los muros que sustentan la construcción. Para ello se ha debido de retirar todo el material inservible y la limpieza de las zonas comunes. Los operarios han retirado todo el pladur, así como los suelos, ventanas y techos. Al pasear por cada una de las plantas terminadas, tan sólo se ven los cimientos que mantienen en pie la estructura y soportaron las altas temperaturas del fuego. Una de las pocas tareas que queda por finalizar será la retirada de los aparatos del aire acondicionado, situadas en la cubierta baja del edificio. Para ello, una grúa descenderá uno por uno todos los aparatos hasta la calle.
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En la actualidad, en lo que respecta a despejar las plantas, tan sólo quedan tres plantas por vaciar. «Cuando paseamos por las plantas puedes ver montones de escombros que todavía falta por bajar, pero son acumulaciones que forman parte de la distribución de los materiales. Como se puede ver, la planta en sí ya está despejada», puntualiza la directora de obra. «Ahora ya estamos con los dúplex, que son los pisos superiores de la finca alta. Estamos ya ultimando todos los trabajos», asegura Rincón.
LAS PROVINCIAS ha podido ver en primera persona esa evolución. Este periódico vio el grado de devastación que provocaron las llamas, convirtiendo cada una de las 138 viviendas en auténticos montones de cenizas y escombros. Tan sólo unos meses después, el olor a humo y el silencio que permanecieron en el inmueble de Campanar de febrero a septiembre, se ha transformado en el olor a obra y el ruido del trabajo de los operarios. «Una se acaba acostumbrando, pero las primeras semanas trabajando en las viviendas donde han perdido la vida varias personas es duro. Yo soy madre y pensar en la familia que murió atrapada en su daño pone los pelos de punta», asegura Katherine Rincón.
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Todos estos trabajos no han estado exentos de dificultades, tal y como explica Rincón: «Ahora nos ha retrasado un poco el tubo para tirar escombros. Al estar trabajando ya en los pisos altos, los residuos caen con mucha fuerza y es peligroso, así que estamos creando un tubo especial con piezas estrictamente pensadas para crear una caída segura. Esto al final te retrasa, porque cada detalle requiere su estudio». Por otro lado, la dana del pasado 29 de octubre también influyó al trabajo en el edificio de Campanar. «Al final el colapso de la movilidad por la riada también nos afectó. Los camiones no podían llegar, y i una pieza de nuestra cadena de trabajo falla, retrasa el resto de tareas», indica Rincón. Pese a todo, los plazos de Giticsa se mantienen. Si el objetivo era terminar la primera semana de enero, el desescombro finalizará antes de que termine la primera quincena.
El edificio de la calle Rafael Alberti número 2 se encuentra, por tanto, un poco más cerca de resurgir. Mientras finalizan las tareas de desescombro, los arquitectos encargados de la redacción del proyecto del nuevo complejo han estado realizando visitas a la estructura para tomar medidas y realizar los apuntes necesarios. El despacho de arquitectura Arqueha fue el elegido de los vecinos para llevar a cabo la redacción de dicho proyecto. «La colaboración con los arquitectos está siendo total, mientras nosotros terminamos nuestra labor, ellos vienen y realizan sus mediciones. Hoy por ejemplo están en la planta baja viendo la caja de suministro eléctrico», comenta la directora de obra de Giticsa.
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A este respecto, Enrique Salvador, presidente de Aproicam, asegura que tanto el desescombro como la redacción del proyecto del nuevo edificio «van por buen camino. De hecho, el proyecto va muy avanzado de cara a su presentación de cara al Ayuntamiento». Salvador asegura a este periódico que existen «conversaciones fluidas entre los arquitectos y el ayuntamiento», por lo que la presentación podría estar muy cerca. Preguntado el presidente de Aproicam por una fecha para dicha presentación, Salvador asegura que todo estará presentado «en breve».
Cabe recordar, además, que las previsiones temporales para dicha redacción era de siete meses empezando a contar desde agosto. Si la presentación al Consistorio de Valencia se produce antes de marzo, se estarán respetando todos los plazos que se les comunicó a los propietarios. A partir de aquí, los vecinos sacarán el proyecto a concurso y escogerán a la constructora que se encargue de llevar a la realidad lo estampado en el papel. Además, los propietarios con su capacidad de elección, tendrán la potestad de escoger los materiales -con especial interés en aquellos que revestirán la fachada- y que se ajuste mejor a sus pretensiones económicas. Con todo, el objetivo de los propietarios para volver a vivir en la urbanización de Rafael Alberti es a partir del año 2027.
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Además, desde Aproicam informaron hace unas semanas que las ayudas para el pago del alquiler tras el incendio de Campanar concedidas por la Generalitat Valenciana se prorrograrán en 2025. «Es una gran noticia que valoramos positivamente y que desde Aproicam agradecemos. La Generalitat Valenciana cumple con su compromiso de que ninguna familia de Rafael Alberti 2 se quede atrás y que la Administración se olvide de lo sucedido aquel 22 de febrero de 2024. Queda mucho camino por delante y estamos pendientes de que se prorroguen también las moratorias de los préstamos hipotecarios. Hay compromiso por parte de la Generalitat Valenciana de ayudarnos para conseguir dicho objetivo«, manifestaron los propietarios.
Lo que vivieron los afectados del incendio aquel 22 de febrero es algo que quedará en su recuerdo para toda la vida. Óscar recuerda aquel momento con todo lujo de detalles. «Recuerdo estar viendo humo, pero pensar que no era en nuestro edificio. Recuerdo salir de casa con los dos gatos en el transportín. Recuerdo bajar en el ascensor y al llegar a la calle que estuviera todo el dispositivo de seguridad desplegado y yo no me había dado ni cuenta», comenta el afectado. Óscar es propietario en Rafael Alberti desde hace 15 años.
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Al igual que el edificio, Óscar ha avanzado en su vida y sigue mirando hacia delante. Ahora vive en Ruzafa con sus dos gatos -los que salvó en el incendio- y espera con ansia volver a Rafael Alberti. «Yo he celebrado la Navidad siempre en casa. En ésta época montaba una decoración chula, una amiga que también es vecina de allí y yo decorábamos nuestras casa y era muy guay. Este año va a ser diferente, sobre todo más austeras, por todos los gastos que tenemos que afrontar», explica Óscar. El afectado se muestra preocupado porque son tres años esperando la vuelta casa mientras debe hacer frente a la hipoteca y paga su nuevo alquiler. En el momento en el que LAS PROVINCIAS habla con Óscar, es el periodista quien le comunica que les extienden la ayuda al arrendamiento de la Generalitat en 2025. Óscar trata de contener la emoción. «Esto cambia mucho la perspectiva», responde aliviado.
Respecto a echar en falta su casa, Óscar es claro: «Permíteme que hable en nombre de todos los propietarios. No sólo pierdes tu casa en la tragedia, pierdes tu barrio. El supermercado debajo de casa, la farmacia, el colegio de los niños. Moverte a trabajar y cambiar tu ruta es algo que te choca, pierdes tu zona de confort». Y pese a todo, Óscar mira al 2025 con positividad: «La palabra que mejor lo define es ilusión. Cada reunión de propietarios miramos como avanza todo con esa positividad de que en un tiempo volveremos a nuestras casas. Ojalá el tiempo pase rápido pero lo único que queremos es eso, volver».
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Mientras los avances continúan de cara a poder ver cómo resurge la comunidad de propietarios del barrio de Campanar, el proceso judicial también avanza semana tras semana. El magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Valencia ha denegado la mayoría de las diligencias de investigación solicitadas por los abogados de las familias de las víctimas, pero tomará declaración a otros dos bomberos que estuvieron al mando del operativo de extinción del incendio el fatídico 23 de febrero de 2023. Las familias de las diez personas desaparecidas, representadas por los tres abogados Ignacio Grau, Manuel Mata y Miguel Ferrer, siguen planteando recursos y pidiendo responsabilidades tras el fatídico suceso del pasado 22 de febrero.
En este sentido, el el juez que investiga el incendio rechazó tomar declaración como investigados a los responsables del revestimiento de las dos torres destruidas por el fuego, al considerar que cumplieron la normativa en lo que respecta al material no ignífugo de la fachada. Además en los últimos días también rechazo imputar al jefe de Bomberos del Ayuntamiento de Valencia, Enrique Chisbert. Eso sí, esta última decisión podría variar según la declaración de otros dos mandos del operativo de extinción del fuego, que tendrán que dar su versión ante el juez el próximo enero.
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