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Un total de 557 peticiones de los conductores, sobre poco más de 1.100, han evidenciado que los chóferes de la EMT prefieren conducir en las líneas que van al centro. Los conductores tienen que poner, por orden, las tres líneas donde prefieren trabajar, y ... casi 600 de ellos han colocado una o más de las nuevas líneas entre las tres opciones preferidas. Así lo ha desvelado el concejal de Movilidad y presidente de la EMT, Jesús Carbonell, durante el pleno extraordinario celebrado este miércoles por la tarde.
Este dato no es baladí porque el comité de empresa ha destacado en varias ocasiones la peligrosidad de esos trayectos, hasta el punto de hacer declaraciones públicas sobre el aumento de riesgo de atropello en la calle San Vicente Mártir por el paso de casi 600 autobuses al día. Los conductores, sin embargo, prefieren las líneas que van al centro, según los datos ofrecidos por Carbonell en el pleno extraordinario de este miércoles.
Compromís presentó cuatro mociones sobre modelo de ciudad, calidad del aire, protección de la Albufera o el aumento de las temperaturas. Todas ellas, al final, giraban sobre lo mismo: el tráfico y el modelo peatonal que defiende Compromís y para el que, en opinión de la portavoz del grupo, Papi Robles, la posición del PP supone una amenaza. Tanto la formación econacionalista como el PSPV afearon a Carbonell la presencia de decenas de coches eléctricos en la plaza del Ayuntamiento y el edil ha admitido su error. «Me he equivocado, no sabía que el evento iba a tener estas características», ha dicho, en una rara muestra de autocrítica.
Todo ello ha pasado en un pleno casi nocturno que comenzó a las 19 horas, pese a que estaba convocado para las 14 horas. El retraso vino motivado por un pleno de diciembre extraordinariamente largo, con 50 puntos, alargado por la pausa para comer instaurada por la junta de portavoces tras lo ocurrido hace un par de meses con la moción sobre la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) que perdió el equipo de gobierno porque algunos de sus concejales habían salido a picar algo.
El pleno, así las cosas, terminó cerca de las 20.30 horas, pese a que PSPV y Compromís pidieron que se pospusiera porque tenían compromisos ineludibles (en el caso de los de Gómez, la Ejecutiva de ciudad). Catalá decidió, con todo, seguir adelante con el pleno. Compromís ha denunciado que la alcaldesa hizo «todo lo posible por esconder el debate del pleno extraordinario» al imponerlo hacerlo rápido y con nocturnidad, con la intención «de que el desgobierno y la improvisación en la que se está basando la gestión de PP y Vox no se conozca».
Según ha denunciado Robles, «la señora Català ha vuelto a demostrar su autoritarismo, impidiendo que el pleno extraordinario se pueda celebrar a una hora coherente, con la única intención de esconderlo e, incluso, insinuando que había hablado con los concejales del gobierno para que agilizaran el debate y que diera tiempo a hacerlo hoy aunque ya fueran horas poco adecuadas».
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