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«Un Miércoles Santo gris y lluvioso». Como si se hubiera escogido adrede para una despedida triste, ha sidso el día en el que Joyería Giménez ha bajado la persiana del establecimiento que a lo largo de 132 años ha sido la referencia para la ... adquisición de joyas y relojes de alta gama en Valencia. Un ejemplo más de una despedida que por más que anunciada, como estaba, quedaba la esperanza de que algo pudiera cambiar. Carlos Giménez, último propietario de la firma, sin ocultar una voz emocionada ha confirmado la noticia a LAS PROVINCIAS. «Yo me jubiló y no hay relevo. Lo hemos intentado de todas las maneras, pero no ha sido posible», ha señalado. La de hoy ha sido la última mañana en la que se ha subido la persiana.
Adiós pues a ese irresistible escaparate de la calle Colón que también ocupó su espacio en la plaza del Ayntamiento, lo tuvo en Nuevo Centro, también en la calle de la Sangre y viajando en el tiempo conduce hasta la hitórica Bajada de San Francisco. Fue allí, cuando aquel era el auténtico centro comercial de la ciudad del Turia, donde el biasabuelo de Carlos Giménez dio en 1889 los primeros pasos de una firma que ha pervivido durante cuatro generaciones, «siempre en los mejores sitos» apostilla Carlos Giménez.
La larga trayectoria ha convertido los mostradores del establecimiento en testigo de la historia de la ciudad a la que en el ámbito comercial han aportado hitos como el de haber sido la «primera joyería que tuvo Voutique Cartier regentada por un español, pues la de Madrid y barcelona las dirigía la propia boutique Cartier», y fue Giménez tabién quien puso rostro en Valencia al tiempo medido por Rolex o Patek Philippe.
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