Borrar
Fachada de la Joyería Mora carbonell en la calle Correos. Iván Arlandis
Un cierre más, adiós a la joyería Mora Carbonell de la calle Correos de Valencia

Un cierre más, adiós a la joyería Mora Carbonell de la calle Correos de Valencia

Una trayectoria de más de cien años, un atraco que acabó con la vida de un policía y clientes de toda la vida acompañan la historia de un establecimiento que se suma al goteo de despedidas comerciales del centro de la ciudad

Laura Garcés

Valencia

Martes, 14 de noviembre 2023, 20:27

Una joyería. Es la última que ha anunciado su cierre en Valencia. Mora Carbonell está en liquidación. Se despide de la céntrica calle Correos. Una perla más que se desprende del hilo en el que a lo largo de la historia se ha engarzado la tradición comercial. Las tiendas de toda la vida, como ya lo ha dicho LAS PROVINCIAS, se van. En los últimos días, negocios tan emblemáticos como Guantería Piqueras, Guantes Camps y Gerpiel han anunciado su adiós, aunque alguno prolongará su presencia en el ocaso de las liquidaciones.

Con la joyería se va parte de la historia de la ciudad, del recorrido por distintas calles en las que esta casa tuvo sede donde, entre muchas joyas más, se vendían 'joies', 'arracades', y peinetas pasa vestir de valenciana, como también las inolvidables joya de detalle. Este adiós arranca otra página distinguida de la crónica de la ciudad en la que también está escrito aquel atraco al establecimiento que acabó con el triste desenlace de un agente de la Policía Nacional asesinado.

Mora Carbonell está en liquidación hasta el 29 de diciembre. Ese será su último día, el que pondrá el broche de oro a una tradición que se inició en 1914 en la calle Transits para después pasar a Ballesteros y finalmente a Correos, donde se asentó en 1982, como recuerda su actual propietario Antoni Mora Carbonell, el hijo del fundador, José Mora Cosín, de una firma que con los años se fue desplegando.

El propietario de la joyería en uno de los expositores. Iván Arlandis

Todo empezó con un joven que se puso a trabajar en «el almacén de bisutería de Ubaldo Fuentes Biosca». Llegó un día que el único hijo de aquel primer comerciante se decidió por otra actividad. Y salió al camino el padre de Antoni para seguir adelante con una tienda que entonces se encontraba en la calle Transits. Y allí estuvo José Mora regentando el establecimiento de bisutería hasta que en 1957 la riada que tanto marcó a Valencia empujó al traslado que les llevó a la calle Ballesteros, «detrás del Teatro Principal».

Los tiempos empezaban a cambiar, la sociedad se esforzaba por saldar la triste posguerra y poco a poco, como relata Antoni Mora, «mi padre introdujo también la joyería». El camino por esta senda no había hecho más que empezar en un escenario que combinaba la bisutería con las joyas que llevaron a Antoni Mora a tener tienda también en la calle Monjas de Santa Catalina.

Antoni quiso seguir adelante con la actividad a la que desde 1914 se había consagrado su padre. Allá por el final de los años setenta y los primeros ochenta del pasado siglo «cuando empezaba a cambiar la sociedad y había más capacidad adquisitiva» se decidió por abrir la casa de la calle Correos. Allí ha permanecido desde entonces, y allí fue donde el 4 de noviembre de 1983 la joyería sufrió un atraco que como resultado trajo la muerte de un agente de la Policía Nacional que había acudido al establecimiento ante el aviso de lo que estaba sucediendo.

El triste suceso llevó a la firma a mejorar las instalaciones en lo que a seguridad se refiere y a mantenerse detrás del mostrador desde el que se han vendido «según las épocas, porque también en la joyería hay modas, piezas minimalistas y otras de gran tamaño» que con el paso de los años han conducido hasta la actualidad en la que se observa que «la moda ya no es tan restrictiva como era. Ahora se lleva todo».

Noticia relacionada

Y en medio de esta sociedad en la que se lleva todo, a este experimentado joyero le ha llegado la hora de jubilarse sin sucesión. Y va a cerrar, no sin la nostalgia que genera tener que despedirse de familias enteras de clientes de siempre, los que han encontrado en su casa lo que buscaban. «Ha sido toda mi vida», comenta este joyero que ha visto cómo otros de su gremio en la ciudad también se han despedido de las calles. Habla de referentes como Giménez o la joyería Atenea, casas de solera, de aquellas que concedían personalidad a las calles, como también lo ha hecho Mora Carbonell desde su posición.

Se va a jubilar con una trayectoria bien completa de un negocio que es «muy complicado». Ahora está vendiendo bastante «porque estamos liquidando», pero los años de crisis han dejado a las joyerías «tocadas». Y no sólo porque el público tal vez ha recortado sus gastos, sino también porque el precio del oro se disparó y el concepto del «regalito ahora ya no existe». Sea cual sea la razón, lo cierto es que otro comercio de toda la vida se va. Valencia ya no es la que era.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Un cierre más, adiós a la joyería Mora Carbonell de la calle Correos de Valencia