![Valencia se queda sin tiendas de toda la vida](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/11/12/tiendas-kmaE-Re2BJIlennMVwaKIAS82nmI-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Las tiendas de siempre, las de toda la vida se van. Ya no está la papelería donde de pequeño su padre le compraba los mapas. Ha desaparecido el establecimiento donde tal vez adquirió el traje de novio. Las lanas para las labores de su madre ... ya no se venden en aquella esquina. Y los preciosos guantes y pañuelos de esa tienda encantadora no lucen en el escaparate. ¿Dónde comprará ahora uno de aquellos encantadores abanicos? Reflexión a la luz de una realidad. Desde 2015 hasta hoy, en ocho años, una veintena de establecimientos con solera han desaparecido de Valencia. El comercio tradicional pierde.
Sirva esta semana de triste ejemplo. En 48 horas se anunció el cierre de dos establecimientos centenarios que han dejado la capital del Turia sin guantes. Guantes Camps y Guantes Piqueras bajan el telón. El primero ya ha bajado la persiana, el segundo seguirá abierto unos meses. Pero no hay duda: se va. A estas dos despedidas se ha sumado también la de Gerpiel, cuyos bellos escaparates se han quedado sin contenido a los ojos de la Avenida del Oeste. Triste noticia para estas casas centenarias, herederas de la tradición, y también para una ciudad acostumbrada a ver sus escaparates brillar y sus rótulos apuntando el nombre de espacios únicos. Nada será igual, la ciudad muda la piel y obliga a buscar nuevos referentes en los que encontrar identidad.
Y hasta aquí sólo lo más reciente. Echar la vista atrás hasta 2015, cuando el Ayuntamiento de Valencia publicó el libro 'Comercios Emblemáticos', descubre que el constante goteo de cierres ha llenado de vacíos el índice de esa obra que retrata un paisaje comercial cargado de historia. Catorce de los 45 comercios inmortalizados en el libro ya no están. Pero la nómina es más larga. Tiendas que no salen en el libro, pero que habitan la vida de los valencianos ahora ya son ausencias que elevan el total a una veintena.
Gerpiel, Guantes Camps, Guantes Piqueras, Paños Mallén, Lanas La Estambrera, López Criado,Hija de Blas Luna, Joyería Giménez, Horno de San Nicolás, Confecciones La Purísima, Armería Pablo Navarro, Brocal, Abanicos Nela, Regalos Momparler, Mas Masiá, Papelería Regolf, Farmacia Rubio, Chocolates Santa Catalina, Chocolates Sanz, Ferramo & Cotino, Joyería Zarco y Relojería Filiberto León. Todas han desaparecido. Algunos locales se han reconvertido acogiendo negocios distintos que vienen a demostrar que la ciudad cambia porque lo hace la sociedad que se refleja en sus tiendas. Porque qué, dónde y cómo compramos también nos describe, cuenta cómo somos.
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El recorrido por la hoja de despedidas descubre que es el centro histórico la zona más afectada por la sangría comercial. Aunque también el Ensanche sufre el mismo mal. Y no hay actividad que pueda vencer a la corriente que a tantos ha arrastrado sin que existan garantías de que pueda detenerse. Gran parte de estas casas atravesaron varias épocas, algunas incluso habitaron localizaciones distintas, pasaron incluso hasta por cuatro generaciones.
Pero llegó el día de la jubilación de los propietarios. O fueron víctimas de la asfixia económica ante las exigencias al pequeño comercio. O sucedió que los bienes que interesaban de las tiendas de toda la vida cayeron de la lista de la compra en una sociedad instalada en la era del 'low cost', en la cultura del usar y tirar. Quizás fue que el turismo colonizó el que siempre había sido territorio de las tiendas y las circunstancias empujaron.
Uno u otro de estos motivos ha estado en las razones que han ofrecido los comerciantes en su declaraciones en el momento de las despedidas. Rosario Vidal Camps, biznieta del fundador de Guantes Camps, apuntaba esta semana que en el fin de estos negocios pesa un cambio en las formas de vestir que ya no gozan «del gusto» de otros tiempos, mandan los precios. Y Margarita Piqueras, la propietaria de Guantería Piqueras apuntaba al cierre de fábricas tras la pandemia que ha complicado encontrar producto de calidad. Y eso es algo irrenunciable para la casa que estárá unos meses en liquidación.
Cambio social y económico. Transformación cultural que se los lleva consigo en medio de una conjunción de factores entre los que hay que considerar que «al pequeño comercio no se le trata muy bien», dijo la propietaria de Guantes Camps. Por lo que sea. lo cierto es que la ciudad ya no es la que era.
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