Cisma vecinal en Orriols por tres bancos

El tema es que la remodelación de los alrededores de la plaza de la ermita, que no se llama así pero es el nombre popular en el barrio, ha terminado con tres bancos menos. Los vecinos de los edificios lo celebran, pero otros, quienes usan el jardín como espacio de ocio, lo lamentan. Y ahí viene el problema porque quienes 'sufren' a gente que se queda en los bancos hasta altas horas de la madrugada no quieren los asientos cerca de sus casas (ese agresivo «¡vosotros no vivís aquí!») y el resto, pues bueno, les valen en casi cualquier lado. Con sombra, pero donde sea.

La alcaldesa Catalá ha asegurado este jueves que buscará una solución. «No puede ser que tres bancos creen un problema de convivencia», ha dicho. «Vamos a buscar la ubicación de los bancos en zonas de sombra, lo más lejano posible a las viviendas que existen para que no les molesten. Vamos a seguir trabajando con todos los vecinos, con unos y con otros», ha remarcado.

Sobre las mesas de ping-pong que algunos rechazan y otros reclaman en espacios peatonales como la citada plaza, Catalá ha dicho que se va a «intentar trasladarlas, llevarlas a un lugar dentro de Orriols que no generen problemas con l vecindario». «Esto es cirugía fina, ya social. En ello estamos», ha apostillado.

La alcaldesa ha visitado las obras de reurbanización del barrio de Orriols, que han concluido tres meses antes de lo previsto. Esta actuación municipal ha originado una zona peatonal más amable para todo el vecindario, con un presupuesto de más de 1,9 millones de euros. Se han introducido mejoras al proyecto original, demandadas por los vecinos, como la eliminación de algunas jardineras para facilitar el acceso de los vehículos de emergencias.

Además, se han renovado unos tramos de colectores de la red de saneamiento que se encontraban en mal estado y se han ampliado las zonas de carga y descarga, lo que ha supuesto una mejora de los accesos a comercios y talleres. Catalá ha agradecido el trabajo de los técnicos municipales de Urbanismo. «Hemos pisado el acelerador para que este espacio estuviera listo antes del verano y los vecinos pudieran disfrutar de él», ha afirmado la alcaldesa de Valencia.

Respecto a los resultados obtenidos a partir de la instalación de cámaras de seguridad en el barrio, Catalá ha asegurado que estas «han funcionado muy bien» y ha reiterado que se ha registrado «un 30 por ciento menos de peticiones de intervenciones de la Policía Local» desde que están en marcha.

Así, ha afirmado que los vecinos «están muy satisfechos de cómo está funcionando» porque «están sirviendo para disuadir». «La sensación de falta de convivencia, de intranquilidad, que había en este barrio se ha mejorado muchísimo. Bajar un 30 por ciento la solicitud de intervención de la Policía Local es un buen balance», ha declarado.

Por otro lado, preguntada por la negociación con los bancos propietarios de pisos okupados en Orriols, la alcaldesa ha explicado que se sigue trabajando en este tema. «Estamos con la Sareb. Vamos a trabajar con alguna de las propiedades que ellos tienen y vamos a ver, a negociar, para quedarnos nosotros» algunas «e intentar ofrecer vivienda de protección oficial», ha expuesto.