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Es una joven valenciana de sólo 17 años que padece problemas cardiacos que le hacen tener riesgo de muerte súbita. Necesita un trasplante, pero ... mientras recibe la ansiada llamada de que hay un corazón compatible para ella, el hospital Clínico ha encontrado una solución novedosa transitoria. Se trata de un chaleco desfibrilador portátil que le ha proporcionado a la joven, un nuevo dispositivo que permite monitorizar el corazón de forma ambulatoria hasta que se implante el definitivo.
Es el primero de estas características que ofrece el centro, que se suma así a los otros tres hospitales de la Comunitat Valenciana que ya incorporan esta terapia. Según ha informado la Generalitat, se trata de una terapia novedosa que ofrece la posibilidad de que pacientes con alto riesgo de presentar muerte súbita puedan controlarse de forma ambulatoria «con seguridad», hasta el momento que pueda implantarse un dispositivo automático definitivo.
Estos chalecos, como el que va a llevar la joven, se utilizan en pacientes en espera de un trasplante cardíaco o revascularización, pacientes de alto riesgo pendientes de valorar la implantación de un dispositivo automático definitivo en función de su evolución (pacientes con infartos agudos de miocardio recientes) o aquellos a los que se ha tenido que retirar temporalmente el dispositivo por infecciones.
El jefe de sección de la Unidad de Arritmias del Hospital Clínico de València, Ángel Ferrero, explica que el chaleco desfibrilador «es un modelo que se lleva directamente sobre la piel de forma cómoda y con la tranquilidad de que los pacientes están protegidos frente a la muerte súbita. Lo que les permite retornar a sus actividades cotidianas con normalidad y en este caso es especialmente importante por tratarse de una adolescente de 17 años».
Este dispositivo desfibrilador cardioversor portátil está diseñado para monitorizar el corazón del paciente de forma continua, detectar ciertos ritmos cardíacos acelerados potencialmente mortales y administrar automáticamente un tratamiento de descarga, si fuera necesario, para así restablecer un ritmo cardiaco normal. «Este tipo de chaleco desfibrilador permite evitar ingresos prolongados para tener al paciente monitorizado y próximo a un desfibrilador externo hospitalario, aportando un importante ahorro económico y añadiendo seguridad y comodidad para el paciente», ha destacado el doctor Ferrero.
El chaleco, de color blanco, va enganchado en la parte delantera y tiene los dos desfibriladores en la espalda, conectados con un cinturón de electrodos a una monitorización en la que hace un seguimiento del paciente y se activa una alarma en caso de que la frecuencia cardiaca sufra alteraciones considerables, como le puede ocurrir en algún momento a esta chica, motivo por el cual tiene ese riesgo vital y necesita ser trasplantada. La eficacia y seguridad del chaleco desfibrilador ha sido testada ya en varios estudios de la última década.
La primera paciente a la que se le proporcionado este dispositivo en el Hospital Clínico tiene antecedentes de síndrome de QT largo congénito. «Se trata de un trastorno de señalización cardíaca que puede hacer que el corazón lata rápido y de manera caótica. Este dispositivo le permitirá llevar una vida normal, contando con la seguridad de una monitorización continua, hasta que se le implante el dispositivo definitivo», ha añadido Ángel Ferrero.
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