![Nuevos comercios en Ciutat Vella | El comercio resurge en Ciutat Vella tras la pandemia](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202206/13/media/comercios-gif-1968x1202.gif)
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De estar medio muerto, a empezar a coger impulso y renacer. La actividad comercial en el centro de Valencia comienza a resurgir después de dos años duros de restricciones y aforos limitados. El regreso masivo de los turistas y el hecho de que muchos empleados hayan vuelto al trabajo presencial, y no haya tanto teletrabajo, está permitiendo que se vean brotes verdes.
Más de la mitad de los bajos comerciales que bajaron las persianas durante la pandemia están levantándola otra vez, eso sí con nuevos negocios y adaptándose al gusto de los clientes que pasan por la puerta. Es decir, está habiendo rotación.
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Julia Martínez, gerente de la asociación de Comerciantes del Centro Histórico, hace un símil con la teoría de Darwin y la idea de que las especies que sobreviven no son las más fuertes ni las más inteligentes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio, y argumenta que en los comercios, «el que adapta su oferta según el punto donde se encuentre y teniendo en cuenta la gente que pasa por delante, sobrevive».
Limitaciones. Los hosteleros de la Coordinadora de Barrios y el colectivo Ciutat Vella i Viva critican que las restricciones al tráfico, las cámaras de vigilancia y la falta de aparcamientos estrangulen a los comerciantes del casco antiguo
Recuerda que Ciutat Vella es el distrito que más población ha ganado en 2021 (con un incremento del 1,7%), según los datos de la Oficina de Estadística de Valencia, «y estamos viendo que están surgiendo más tiendas de comida para llevar, de bisutería, complementos, moda vintage o de ropa para el hogar».
Otro dato que muestra la paulatina recuperación del centro es que en las calles más cotizadas como Colón, Jorge Juan, no quedan casi locales libres.
Como explica Jorge Caruana, director de Retail de Olivares Consultores, «con las restricciones cerraron media docena de negocios en Jorge Juan y se han vuelto a llenar y en Colón, cerraron seis o siete y ahora sólo quedan vacíos uno o dos». También lo confirma Alain Tabernero, propietario del grupo inmobiliario Alain, quien detalla que «si el local está bien ubicado, ahora se vuelve a alquilar con facilidad». Argumenta que «la pandemia paró muchos proyectos que se iban a implantar y es ahora cuando se están desarrollando. Si antes había un 20% de locales vacíos, ahora sólo hay un 4% o 5% en zonas 'premium'».
Álex Calatrava, de la firma inmobiliaria Asa, añade que «están surgiendo franquicias de helados, complementos para móviles y moda. En algunos casos se trata de gente que perdió el empleo y está invirtiendo la indemnización en el autoempleo».
Las inmobiliarias reconocen que además del sector de moda y complementos, son muchos los grupos de hostelería que están buscando locales y piden que ya tengan licencia de terraza.
Si este sector fue uno de los más afectados en la pandemia, ahora son los primeros que intentan recuperar la actividad.
El tipo de negocio que se abre varía por calles. En las más 'VIP' como Colón, Xàtiva, Paseo Ruzafa o Jorge Juan hay muchas firmas de moda, calzado o deporte.
En el tramo de la plaza del Ayuntamiento, San Vicente a la plaza de la Reina, los locales con venta de souvenirs ya han copado la oferta y, además de los puntos de comida para llevar, hostería, moda y bisutería, hay una firma de dulces 'macarrons' y se ha abierto una nueva, en el cruce de San Vicente con Cerrajeros, de venta de chucherías de tamaño XXL. En este último local, llegó a haber una mercería, luego pasó a ser cafetería, luego freiduría y ahora desembarca la firma Captain Candy. Está dentro de la ruta de los turistas y se nota.
En calles como Lauria, han surgido dos tiendas de ropa de hogar, de decoración o ropa vintage. Y en Don Juan de Austria triunfan las nuevas dedicadas a la cosmética y perfumería.
También hay negocios nuevos que han abierto en puntos como la calle Escolano, detrás de la avenida del Oeste, donde se busca a la clientela fiel del textil. Así, por ejemplo, en el antiguo local de Tejidos Atienza, un empleado de esta antigua firma, Fernando Zapater, ha retomado la idea con el nombre 'Sueña entre telas'. «Tengo abierto el negocio desde hace cuatro meses. Encaramos el resto con ánimo porque la clientela que había fija está volviendo».
Justo al lado, en la otra mitad del antiguo local, se está montando una tienda de ropa de hogar de la empresa valenciana (de Palomar) Llar Textil. Ya tiene 20 tiendas, tres en Valencia y en muchos pueblos, pero «hemos decidido apostar por ir al centro. No queríamos estar en la calle Colón sino en una más tipo barrio», detallan. En el lema de la tienda figura la frase «Volvemos a Ciutat Vella para estar más cerca de ti».
Si bien las instituciones de comercio y las asociaciones no tienen cuantificados qué número de locales de los que bajaron sus persianas han reabierto, valga como muestra la diferencia entre unas imágenes publicadas en portada de LAS PROVINCIAS del 10 de noviembre de 2020, con nueve locales con el cartel de 'Se alquila', y la actualidad.
Tras realizar una visita a los mismos bajos, seis de los nueve ya tienen nueva vida. En la calle Alta 38 ha pasado de ser un local de moda vintage (que se trasladó a la plaza del Mercado) a una librería y editorial Araña; en Correjeria 9 se ha instalado Eugeni Haletsky, con su tienda de alquiler de bicis y patinetes eléctricos; en San Vicente (cerca de María Cristina) una tienda de ropa ha pasado a vender joyas y una joyería se ha transformado en un local de piedras ámbar. En Caballeros, desapareció una tienda de trajes de ceremonia y ahora hacen crepes con forma de genitales masculinos. Un antiguo restaurante de Caballeros con Reloj Viejo sirve de ampliación de un local de hostelería.
En cambio un antiguo restaurante de Caballeros con Calatrava y otro de ropa de Caballeros siguen cerrados y un local de la calle la Paz no ha encontrado nuevo uso, ya que esta vía está en obras y así es difícil emprender.
Esta tendencia de brotes verdes tiene como contrapunto la preocupante situación del Carmen y el casco antiguo. Gemma Piqué, portavoz de los hosteleros de la Coordinadora de Barrios y del colectivo de comercios, hosteleros y vecinos de Ciutat Vella i Viva, advierte de que «las medidas que ha tomado el Ayuntamiento de impedir lo que ellos llaman el paso de tráfico de conveniencia, la falta de aparcamientos, las obras y la instalación de cámaras están hundiendo las ventas».
Explica que «antes había mucho trasiego y ahora impiden que seamos zona de paso. Como la accesibilidad es deficiente y sólo hacen que poner dificultades, la gente no viene. Sólo hay turistas».
Argumenta que se mantienen los hornos, pero «han desaparecido mercerías, droguerías y muchos restaurantes ya sólo abren en horario de tarde-noche y no queremos que se llene de franquicias como ha ocurrido en el centro histórico de Barcelona».
Entre los negocios que se mudaron al centro histórico y que están sufriendo se encuentra la librería y editorial Araña. Como comenta Julia de la Rúa «estábamos en la zona de la Politécnica y vinimos a la calle Alta para dinamizar culturalmente el barrio. Primero llegaron las restricciones y no podíamos hacer ni foros. Luego han puesto las cámaras y esto está muerto. Han destrozado el barrio y la gente no viene al centro y encima con las últimas lluvias se desbordó el alcantarillado y me ha dañado muchos libros, y el Ayuntamiento todavía no lo ha resuelto».
La reapertura de nuevas tiendas es un síntoma esperanzador y un gesto de valentía de los emprendedores, pero no hay que perder de vista a los comerciantes de toda la vida que han aguantado la embestida de la pandemia y más en calles que se han convertido en un polo de atracción para franquicias y locales enfocados al turismo. Se puede citar a firmas como Olegario o Palomar, de moda de hombre, en la calle San Vicente. «Antes desde la plaza del Ayuntamiento hasta aquí había trece tiendas de ropa de hombre y ahora quedamos dos», explica Olegario Fayos, tercera generación. Afirma que han hecho lo imposible por aguantar durante la pandemia «llegando a acuerdos con proveedores y ahora han regresado las celebraciones de bodas y comuniones que se habían cancelado». En la plaza del Mercado se encuentra la Cestería Trilles. Amparo es la cuarta generación. «Las ayudas sirvieron para pagar facturas, pero tuvimos que tirar de ahorros y ahora el problema es que pasean turistas, pero se llevan cosas pequeñas, lo que cabe en la maleta. Los valencianos no vienen por las cámaras y la falta de aparcamiento y no se llevan los objetos de decoración».
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Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
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