Vuelve Convent Carmen. Al menos el convento de San José y Santa Teresa, que se reabrirá como hotel. No habrá ambientación musical, que no teman los vecinos, pero uno de los espacios más emblemáticos y, por qué no decirlo, también más desaprovechados de la ciudad ... volverá a tener uso. El Consistorio ha aprobado la concesión de licencia para hotel de 44 habitaciones. Se llamará Calma Wellbeing y se ubicará en el convento.
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La licencia permite intervenir en el BRL dentro del conjunto formado por la casa del vicario, la iglesia y el convento, aunque sólo afectarán a este último edificio. El programa funcional incluye planta baja y dos pisos. A nivel de suelo habrá recepción, lobby, aseos, comedor, armarios, cocina y 14 suites con baño, una de ellas accesible. En esta planta hay también acceso al patio norte, zona de claustro, cubierto como descubierto, patio sur, terraza y jardín trasero. Esta zona es la que se puso en funcionamiento hace años y que motivó quejas vecinales en 2019, por lo que el gobierno de Joan Ribó decidió clausurarlo en marzo de 2020, en plena pandemia.
En las dos plantas superiores se plantean 30 habitaciones, 15 por planta. En la cubierta, quedará un almacén, aseos, zona de uso para clientes del hotel y zona de instalaciones, sin concretar al menos en la licencia a la que ha tenido acceso este diario.
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Los informes favorables de la comisión de Patrimonio y de las concejalías de Policía Local o Bomberos son condicionados. No se permite, por ejemplo, la instalación de placas fotovoltaicas y se supedita la intervención de terciarización del edificio a que se reconstruya la marquesina en forma de «L» de la luna del claustro conforme al proyecto original de Luis Gay. Además, la licencia marca que la estructura de pilares y jácenas de cuelgue de hormigón y secciones similares y la cobertura será cerámica por tratarse todo ello de elementos de interés patrimonial.
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Además, un técnico especializado tendrá que intervenir en los azulejos históricos, hay que mantener el distribuidor en el primer piso y la escalera tiene que llegar de la planta primera a la segunda «a fin de no desvirtuar» su funcionalidad. Los ascensores tienen que mantener el estado actual del espacio de conexión con la iglesia vista desde el patio, lo que se ponga en la cubierta no se podrá ver desde la calle, habrá que rehabilitar la cerca que da a la calle Blanquerías y los dueños tendrán que ponerse de acuerdo con la contrata de recogida de residuos para sacar los contenedores a la calle cuando pasen los camiones.
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